Te extraño tanto
Que no quiero que vuelvas
Nunca mas
Soy una constelación de momentos tristes
De besos sinápticos, con los labios divididos por espacios que no podian cerrarse.
Solo un intercambio de aliento en la oscuridad.
El equivalente a dos personas soñandose mutuamente en la misma habitación, quizá hasta en la misma cama, soñandose con los ojos abiertos, soñandose hablando dormidos, soñandose en pleno sonambulismo, soñandose y no pudiendo despertarse para hacer los sueños realidad.
El frío es la ausencia de calor de la misma forma en que mi nombre es la ausencia de la permanencia.
Mi nombre es el sinonimo de temporal.
Se escribe con P de: Pudimos vivir tantísimo más juntos pero tenía que marcharme.
Quiero verte contra la pared, sin más fuerzas para correr. Verte yaciendo en la grama, observando el cielo. Quiero que susurres tus deseos en mis oídos. Quiero que desnudes tu cuerpo con mis manos y tu mente con mis preguntas. Quiero que te prendas y que ardas. Que te consumas en mis vicios y asi ya no puedan atarte. Quiero verte débil, vulnerable. En un estado de fragilidad que solo te vuelva una creatura aún más peligrosa. Quiero que me digas que no quieres nada. Que me dejes darte todo. Perdernos en un bosque sin linternas, buscando estrellas entre los árboles, robando besos entre las piedras. Rodar por una colina y escapar siguiendo el rio. Quiero que me lleves hasta donde nunca has llegado, que me enseñes lo que no has querido aprender. Quiero que te poses en mi piel con la delicadeza de una pluma o la intensidad de un huracán. Sacude mi mundo, destruye mi realidad. Hazme ver que nada de lo que se es cierto, que nada es verdad, que podemos hacerlo todo. Quiero que me bañes con tus lágrimas, con tu sudor. Dame tus besos de beber y tus anhelos de comer. Quiero que te extravíes y prefieras no moverte, para no perderte más. Que me extrañes estando cerca, que me sientas a tu lado estando lejos. Quiero marcar tu cuello con mis labios, tus bazos con mis dedos, tu camino con mis pasos. Quiero que me dejes sin opciones, sin salidas, sin más remedio que rogarte un poco más. Quítame el sueño antes que las prendas, el aliento antes que el deseo. Quédate mis miedos, guárdalos junto a tus pesadillas. Muérdeme los sentimientos y hazlos despertar. Arráncame las ganas de no querer nada. Desespérame, frústrame, despedázame… enamórame y hazme sentir vivo… o mátame y entiérrame, para jamás volver a pasar por mi corazón. Atte. Apolo
The shape of this guy's feet is phenomenal 👀
No escogimos conocernos, pero aquí estamos. No elegimos encontrarnos, pero sucedió. Tu mirada consumió las sombras de mis ojos. Tus dedos se entrelazaron con los míos y tu sonrisa hizo vibrar la misma esencia de lo que soy. Y acá estamos, temerosos, cansados, preocupados. Tan heridos y tan dolidos por nuestro pasado, que aún nos persigue en forma de espectros. Tan agotados y tan frustrados por el presente, que se empeña insistentemente en derribarnos, cual demonios. Tan agobiados y tan ansiosos por el futuro, que no es mas que sombras a lo largo de nuestro trayecto. Quisiera, al igual que tú, detener el tiempo, quizá retrocederlo un poco, pero contigo a mi lado. Correr por el prado solo porque es primavera. Bailar bajo la lluvia buscando el abrigo de tus brazos. Vivir la vida con la intensidad de las sensaciones que puedes provocar en mí. Quisiera detener el tiempo y permanecer estancado contigo, pero sé que no se puede, tú también lo sabes. Los días pasan frente a nosotros cual manada de bisontes, debemos ser hábiles y fuertes para montarlos y no caer. El tiempo fluye velozmente y no se detiene por nada, como un rio inmenso que podría acabar en una cascada. Podría volver a refugiarme dentro de las blancas paredes que he construido dentro de mi alma. Podría escapar a los más oscuros rincones de mi existencia. Pero tú me infundes el valor para enfrentarme a estos espectros, estos demonios, a estas sombras. Si tú tomas mi mano y me sostienes, podre montar los días sin importar cuan salvajes sean. Si permaneces a mi lado construiremos una balsa voladora para remar sobre el tiempo mismo. El calor que emana tu cuerpo y el frio que provoca mi corazón, crean una templanza tan perfecta. Si tú te engañas al creer que yo podre derrotar todo lo que se nos avecina. Si yo me engaño al pensar que contigo podría llegar a sanar mi fragmentado corazón. Si los gigantes que te atormentan parecen ser invencibles, recuerda que yo tengo los propios, imponentes y obstinados. Si tus cicatrices duelen y te dejan desprovisto de valor, recuerda que por cada vez que te han herido, es una vez que a mí me han hecho pedazos. Mas a pesar de lo difícil de la travesía que nos aguarda, estoy dispuesto a marchar de frente hacia ella. Dispuesto a tomar una onda y una piedra, para matar a tus gigantes. Dispuesto a buscar incansablemente la cura para las heridas que te ha causado la vida. Estoy dispuesto a amarte como nunca nadie no ha hecho. ¿Estarías dispuesto a hacer lo mismo por mí? si el mundo entero se nos pone en contra. Si mis vicios que me matan lentamente me consumen. Si tengo que chocar una y otra vez contra las murallas internas de tu ser. Si debo luchar incasablemente durante días, meses e incluso años. Así deba renunciar a mi propia seguridad. Así deba permitir que mi cuerpo muera por pedazos. Incluso si tarde o temprano dirás adiós y me abandonaras. Si yo viviré con la mirada perdida en el horizonte y tú la mantendrás perdida en el camino recorrido. Nada de eso importara mientras me dejes besarte. Mientras me permitas aferrarme a tu cuerpo. Mientras pueda amarte, hare todo lo que deba y lo hare con una sonrisa. Pues la ternura de tus ojos y la dulzura de tu sonrisa. Lo suave de tu piel y lo dulce de tus manías. Lo contradictorio de tus comentarios y lo inestable de tus sentimientos. Pues todo lo que tú eres, provoca en mí una taquicardia acompañada de taquipnea. Una paresia de mi región bucal y convulsiones en todo mi cuerpo. Un sencillo estado de hiperestesia emocional. Pues eres tú, mío carino, quien me hace sentir vivo. Quien me recuerda porque vale la pena luchar. Quien me hace creer que el amar, no está mal.
Atte.: Apolo
Lo intente. Te juro que lo intente. Sentarme y dejarme llevar. Dejar que mis manos danzaran con la tonada de mi mente y escribieran una sinfonía de mis sentimientos, pero no pude. Se me ha vuelto tan difícil explicar todo lo que siento. Se me ha hecho tan raro eso de expresarme. Como si mis emociones no fueran propias. Fueran implantadas desde otra alma. Ajenas a mi mundo interno. Me siento un extraño en mi propio cuerpo. Desconozco a mi propia mente. Pregúntame como estoy y mi mente se encuentra en blanco. No se ya si me siento de una u otra forma o sencillamente estoy tan acostumbrado a determinadas sensaciones que cualquier otra opción me resulta imposible de reconocer. Como si estuviera encerrado en una caja sin la capacidad de ver más allá de cuatro paredes, un techo y un suelo. Es como vivir con un extraño sin dirigirle la palabra. Intentando entender costumbres que no son tuyas. Es como caminar en un cuarto oscuro, en el que no importa a donde avances todo te resultara igual. La misma mierda cada día. Despertar de madrugada, sudando, después de una pesadilla. Abrazar la almohada sin poder llorar porque no sé si lo que siento es miedo, pero algo en mí me dice que esa es la respuesta natural. ¿Queda algo de natural en mí? Volver a conciliar el sueño solo para despertar por la mañana sintiendo que es todo un sueño. Reír cuando los otros ríen; sonreír, saludar, comer. El tabaco me sabe a ceniza. La lluvia me moja porque es agua, pero yo no lo siento. Escuchar mi voz como si fuera un instrumento extranjero y desafinado. Verme en el espejo y tener esa sensación de ver fotografías familiares viejas, con tantos rostros que a personas cercanas a mí les pueden resultar familiares, más a mí no me producen ni ternura ni rencor. Un extraño con quien estoy tan familiarizado. ¿Estoy cansado? ¿De qué estoy cansado? ¿De tanto hacer nada? Es el efecto de aquella herida, cuyo dolor ha pasado tanto tiempo contigo que ya no duele, solo existe. Es lo que pasa cuando estás tan mojado que ya no sientes frio, pero si dejara de llover comenzarías a temblar. ¿Es que acaso estoy temblando y no lo noto? ¿O es que ardo en llamas y mi piel ya se ha carbonizado? ¿Qué ocurre cuando acá todos me entienden menos yo? ¿Cómo estas, querido extraño que vives conmigo?
Atte. Apolo
Mi mejor amigo dice
Que a veces soy frío y distante,
A ratos inalcanzable,
Que a veces mi silencio asfixia
Y mata.
Mi mamá dice
Que a menudo le preocupo
Cuando mis decisiones parecen erráticas,
Cuando me enamoro sin titubear,
Cuando me escabullo entre las nubes,
De mi mente.
Mi ex solia decir
Que cambio demasiado de pasiones,
Aún más rapido que de emociones,
Que a veces puedo ser tan desligado que rozo la crueldad,
Que a pesar de eso a veces soy muy lento para tomar acciones.
A veces me veo y no se decir,
Si la intensidad de mis emociones está ensombrecida
Por los medicamentos que recetó mi psiquiatra
O mis propios mecanismos de defensa;
Si mi rostro es el mismo de ayer
O ya es nuevo
De nuevo.
Soy un huracán
Y sus vientos a veces me gritan
Que no soy difícil de amar
Soy imposible.
Apolo
Me declare la guerra a mi mismo
A mis miedos y mis prejuicios
A mis ataques de pánico y los terrores nocturnos
Al miedo de despertar solo a mitad de la noche
Declare la guerra a los fantasmas que viven en las cicatrices.
A los pensamientos intrusivos que invaden mi mente
A los recuerdos de todo lo que podría haber Sido y no fue.
A el agobiante dolor asfixiante de simplemente no saber que hacer.
Una guerra sin cuartel contra el sabor a derrota en cada victoria
El olor a tristeza en todos los momentos felices,
La sombra del fracaso en cada logro,
Y la soledad que queda entre cada abrazo.
No dejaré espacio para todo lo que odio de mi,
Mataré de hambre todas mis preocupaciones,
Dejaré sin agua a todos los que hubiera sido,
Solo quiero paz, solo cabe paz.
Voy a luchar contra mi,
Contra todo lo que odio de mi,
Hasta que se me acabe vida
Sintiendo que lo he vivido todo.
-Javi-
Acompañado de la nada, viaja. Charlando con el silencio, se mantiene. Vagando con un rumbo invisible, se guía. Buscando la sombra de día, huyendo del fuego del cielo, porque la luz hace de su rostro una vergüenza. Buscando el fuego de noche, huyendo del frio de las sombras, porque la vida en la solitaria oscuridad le congela el corazón. Así es la vida de un moro. Un vago del desierto. Solitario nómada. Inadaptado por decisión propia. Juzgado por no seguir los rumbos ya trazados. Perseguido por buscar respuestas en otro lado. Rondando el desierto en silencio, viviendo en una fantasía mental, ausente de la realidad. Una mente libre en un cuerpo que roza lo inanimado. Tanto tiempo dentro de su mente confunde los sentidos, la fantasía pasa a ser parte de su realidad o quizá su realidad pasa a fundirse en su fantasía, puede ser que sencillamente sean lo mismo. ¿Quién es capaz de probar que el reino de nuestra mente no es real?
El imponente sol, rey dorado de nuestro mundo, erigido por nuestros abuelos, con sus poderosos e implacables rayos, destroza lentamente nuestra piel, deforma nuestro rostro. Ya han pasado tantos años desde que se estableció sobre nuestras cabezas y lo que se llama progreso, ha sido bajo su luz, ni más lejos, ni más alto. Obliga este regente a cubrir las caras de los moros con mantos y ropajes. Son sus ojos lo único descubierto del interior. La única ventana de su verdadera identidad. El único rasgo real de la piel. Caminado a un ritmo propio y único. Una danza inimitable, siguiendo la música que resuena en el interior de sus oídos; provenientes del pesebre de la razón, inaudible para el resto. Siguiendo un rumbo errante y sin sentido, excepto a sus ojos atentos. Corrigiéndolo cuando lo necesitamos, guiándonos por nuestra estrella, aquella luz que anhelamos. Visible solo en las sombras, cuando la cegadora luz del sol se ha desvanecido. De noche buscamos cobijo de las sombras que de día tanto anhelamos. Estas sombras ahora nos absorben y nos congelan. Nos paralizan. A pesar de ser nuestro santo refugio, andar muy profundo dentro de ellas puede ser la perdición. Bestias nocturnas rondan en busca de nuestra sangre. ¿Cuándo llega realmente el descanso del moro?
El alimento y la bebida, escasos alientos de vida. Alimento que nos nutre, nos llena, nos hace sentir tan revitalizados. Nos ayuda a mantener la fuerza. Lo buscamos en todos lados. Enterrado bajo nuestros pies y volando sobre nuestras cabezas. El alimento toma muchas formas y muchos nombres. A pesar de su escases y que agradecemos al encontrarlo, no todos nos satisfacen de la misma forma. Aquellos que son falsa carne a nuestro paladar, tan secos como el desierto mismo, a veces venenosos, saben a arena en nuestras bocas. Aun así, seguimos probando lo que podemos, lo que encontramos, pues sabemos que entre las dunas hallaremos el verdadero alimento. A veces agrio, a veces dulce, pero siempre vigorizante. Queremos saciar nuestra necesidad de sentirnos llenos. El agua, aún más escasa. Refresca nuestras gargantas y nuestra mente. Nos ayuda a recordar porque vamos a dónde vamos. Ilusiva y evasiva. Más escasa que el alimento. Mas imprescindible también. Los momentos en su presencia son añorados y recordados. ¿Por qué elegimos un rumbo tan duro?
La arena es la única habitante constante, pasamos sobre ella, con un paso pesado, obligados a recorrer sus engañosas formas. Nos enfrentamos a su cólera cuando revuela en forma de tormenta contra nosotros y no podemos hacer otra cosa que andar en su contra, esforzándonos por avanzar, intentado no morir enterrados. Miles de partículas, sin voluntad propia, a la merced de las decisiones de sus monarcas. El viento y el sol trazan su destino. Así es la vida de un moro. Solitaria, destinados a la compañía de nuestros pensamientos. Buscamos desesperadamente un encuentro con otro. Otro moro que vague en el desierto y por los extraños cambios en el viento se cruce en nuestro horizonte. Nuestras miradas se conecten y sepamos que hemos encontrado a un semejante. Otro solitario en busca de respuestas. Encuentros raros, bizarros, escasos y cortos suelen ser. Superados infinitamente por las dunas. ¿Será que somos un pueblo muy escaso o que el desierto es demasiado vasto?
Pocos se atreven a buscar respuestas. Muchos se acomodan a lo que el poder establece. Silencioso es el desierto. Muerta la humanidad.
Atte. Apolo.
Pensamientos nocturnos y cosas por el estilo. Javier/Bipolar/SaberQueSexual pero sexual/Causipoeta
116 posts