¿como Estas?

¿como estas?

Lo intente. Te juro que lo intente. Sentarme y dejarme llevar. Dejar que mis manos danzaran con la tonada de mi mente y escribieran una sinfonía de mis sentimientos, pero no pude. Se me ha vuelto tan difícil explicar todo lo que siento. Se me ha hecho tan raro eso de expresarme. Como si mis emociones no fueran propias. Fueran implantadas desde otra alma. Ajenas a mi mundo interno. Me siento un extraño en mi propio cuerpo. Desconozco a mi propia mente. Pregúntame como estoy y mi mente se encuentra en blanco. No se ya si me siento de una u otra forma o sencillamente estoy tan acostumbrado a determinadas sensaciones que cualquier otra opción me resulta imposible de reconocer. Como si estuviera encerrado en una caja sin la capacidad de ver más allá de cuatro paredes, un techo y un suelo. Es como vivir con un extraño sin dirigirle la palabra. Intentando entender costumbres que no son tuyas. Es como caminar en un cuarto oscuro, en el que no importa a donde avances todo te resultara igual. La misma mierda cada día. Despertar de madrugada, sudando, después de una pesadilla. Abrazar la almohada sin poder llorar porque no sé si lo que siento es miedo, pero algo en mí me dice que esa es la respuesta natural. ¿Queda algo de natural en mí? Volver a conciliar el sueño solo para despertar por la mañana sintiendo que es todo un sueño. Reír cuando los otros ríen; sonreír, saludar, comer. El tabaco me sabe a ceniza. La lluvia me moja porque es agua, pero yo no lo siento. Escuchar mi voz como si fuera un instrumento extranjero y desafinado. Verme en el espejo y tener esa sensación de ver fotografías familiares viejas, con tantos rostros que a personas cercanas a mí les pueden resultar familiares, más a mí no me producen ni ternura ni rencor. Un extraño con quien estoy tan familiarizado. ¿Estoy cansado? ¿De qué estoy cansado? ¿De tanto hacer nada? Es el efecto de aquella herida, cuyo dolor ha pasado tanto tiempo contigo que ya no duele, solo existe. Es lo que pasa cuando estás tan mojado que ya no sientes frio, pero si dejara de llover comenzarías a temblar. ¿Es que acaso estoy temblando y no lo noto? ¿O es que ardo en llamas y mi piel ya se ha carbonizado? ¿Qué ocurre cuando acá todos me entienden menos yo? ¿Cómo estas, querido extraño que vives conmigo?

Atte. Apolo

More Posts from Camaleondeplastilina and Others

3 months ago
The Shape Of This Guy's Feet Is Phenomenal 👀

The shape of this guy's feet is phenomenal 👀

3 months ago
OMAR AYUSO — BUTT Magazine (2025)

OMAR AYUSO — BUTT Magazine (2025)

3 years ago

Nudo eterno

Aunque me lo pidas no podría encontrar el inicio de la soga que nos une a ti y a mí. Tu fuiste la reacción química que nunca predije y los poemas que nunca quise escribir.

Nunca quise enamorarme de tu evasiva pero arrolladora sonrisa, ni pensé romperme con el tacto de tus dedos en mis nudillos. Aún así te grabaste en mi alma, forjandola con cada golpe que dabas a mi vida. Un impacto breve y sonoro, seguido de ausencia, luego repetir.

Podría contar cada uno de los besos que nos hemos dado, pues en todos ellos he dejado un trozo de mi, aún así, en ninguno de ellos has Sido mío. Porque tu corazón tiene grabado el nombre de alguien que nunca he sido yo y cuando ha sido efimeramente libre, el del corazón comprometido he sido yo. Cómo si estuviéramos condenados a solo amarnos en realidades alternas y solo tocarnos en las noches de luna llena.

Puesto que nuestra historia carece de que inicios y no alcanza un final. Es solo un nudo, un nudo eterno, que ninguno de los dos se atreve a cortar. Y no he podido dejar de hacerle barquitos de papel al amor que te tengo, ni he dejado el vicio de encenderle un cigarrillo a tu nombre cuando mi boca comienza a extrañar tu aliento. A pesar de eso le agradezco a la vida el que siempre, de alguna manera, seré tuyo, a pesar de jamás te he pertenecido.

Apolo

3 years ago
Por Ahora Necesito Aprender A Ser Solo Mío, Antes De Querer Ser De Cualquiera. . . . . . . . . . . .

Por ahora necesito aprender a ser solo mío, antes de querer ser de cualquiera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . #poolside #gay #boy #gayboy #mentalhealth #bipolar https://www.instagram.com/p/Cc3lHtJO_65/?igshid=NGJjMDIxMWI=


Tags
7 months ago

Me declare la guerra a mi mismo

A mis miedos y mis prejuicios

A mis ataques de pánico y los terrores nocturnos

Al miedo de despertar solo a mitad de la noche

Declare la guerra a los fantasmas que viven en las cicatrices.

A los pensamientos intrusivos que invaden mi mente

A los recuerdos de todo lo que podría haber Sido y no fue.

A el agobiante dolor asfixiante de simplemente no saber que hacer.

Una guerra sin cuartel contra el sabor a derrota en cada victoria

El olor a tristeza en todos los momentos felices,

La sombra del fracaso en cada logro,

Y la soledad que queda entre cada abrazo.

No dejaré espacio para todo lo que odio de mi,

Mataré de hambre todas mis preocupaciones,

Dejaré sin agua a todos los que hubiera sido,

Solo quiero paz, solo cabe paz.

Voy a luchar contra mi,

Contra todo lo que odio de mi,

Hasta que se me acabe vida

Sintiendo que lo he vivido todo.

-Javi-

Me Declare La Guerra A Mi Mismo

Tags
7 years ago

Sobrecarga

Vendado. Comenzó con una sensación suave y caliente sobre la piel. Tan familiar en cierta forma, pero tan desconocida. Con un aroma extranjero impregnado en un tejido autóctono. Ese sentimiento sin nombre que solo pueden darte aquellos rostros marcados en tu memoria que vuelves a ver años después, cuando ya se han convertido en alguien distinto. Al principio fue un perdón, fue una cura, cargada de esperanza. La esperanza de que llegaría a curar tanto más.

Comenzó como una vibración placentera. Luego siguió creciendo. Creció hasta que mis oídos escuchaban tanto, mi piel palpaba tanto y a mi nariz llegaba tanto olor, a mi boca tanto sabor, que mis ojos se cerraron. Y mi corazón se hundió en los arbustos del bosque que eres. Se perdió entre tus ramas, entre tus flores enzarzadas y las raíces de tus cedros. Me interne en el laberinto, con los ojos cerrados. Camine entre sus muros, sin saber en qué momento chocaría con uno. Sentí tus hojas acariciando mi rostro, sin saber hasta que punto era accidental. Sentí tus espinas clavándose en mis brazos, sin saber hasta que punto era intencional.

Seguí caminando, sin saber exactamente donde estaba, pero con la seguridad de que todo lo que encontraría seria a ti. Llevaste mi corazón a sus limites y los rompiste. Entre mas te conozco, mas siento que no se que quien eres. Entre mas me sofocan mis emociones, mas me enamoro de ti.

¿Has visto a una rosa nacer? La forma en que crece, en que el botón asciende y se abre, la forma en que los pétalos se van extendiendo, cayendo y la flor se termina marchitando. Las emociones en mi funcionan un poco diferente. Como un tumor más bien. Creciendo y creciendo. Sin dejar de crecer. Un asesino inmortal. Que solo sabe crecer y crece tanto que empieza a matar, matar para tener más espacio para crecer.

Así ha ido creciendo todo lo que siento por ti, sin saber hacia dónde crecerá. Así he ido caminando entro de ti, sin saber hacia dónde me llevaras. Pero ya no hay marcha atrás. Ya no puedo parar. Estoy demasiado dentro de ti. Demasiado perdido, demasiado enredado. Con mis sentimientos haciendo fricción entre sí, soltando chispas por ti. Me induces una sobrecarga emocional, que me ahoga, que me asfixia, que me paraliza. Que me encanta. Jamás me había sentido tan vivo.

Atentamente, Apolo.

8 years ago

¿Los hombres se regalan flores?

Recuerdo bien ese día. Me encontraba yo entre la sociedad, entre una multitud de rostros. Muecas despreciables y engañosas. Bocas torcidas y gestos perversos. Miradas heridas y tristes, tantas miradas y entre todas esas miradas, estaba la tuya. Me mirabas y mi mundo entero parecía concentrarse en esos ojos. En el único par de ojos que no huían de la oscuridad de mis pupilas. Allí estabas, sonriendo. Con tu sonrisa triste y cansada, tan tierna que estremece cada fragmento de mi quebrada existencia. Allí estabas tú, parado en medio de la nada, tan solo. Allí estaba yo, temblando de frio y cansado de vivir, completamente abandonado. Ambos rodeados de tantos rostros vacíos. Ambos acompañados únicamente de la soledad.

El sol entraba a través de cristales empañados con lágrimas secas. Recuerdo que apenas pude sostener la intensidad de la conexión entre nuestros ojos, pero fue suficiente para que tu rostro quedara grabado en mi memoria y tu sonrisa en mi corazón, mi temeroso y débil corazón. Ese momento domino completamente los torcidos pensamientos de mi cabeza durante todo el día y lo escondí, en lo más recóndito de mi mente. No quería que nadie viera. Poco me imaginaba que ese día comenzaría lo que sería, la más intensa de mis aventuras hasta ahora. Me encontraba yo tan frágil y débil en ese momento. A penas habiendo salido de una cruenta batalla en que mis sentimientos habían salido desgarrados. Tu solo me mirabas. La verdad no sé cuánto tiempo lo hiciste, pero la sensación que embargaba todo mi ser se mantuvo en el ambiente por el resto del día.

Recuerdo que los días pasaron y que poco a poco la sensación se fue apagando, hasta desvanecerse. Caminaba yo sin pensarlo. Vivía solo porque no estaba muerto y me movía con las masas, pensando en tantas cosas que al final no pensaba en nada. Solo quería una respuesta y entonces, allí estabas. Sentado, tan tranquilo y me mirabas. Tu mirada parecía penetrar en mí ser y perderse en el interior de mi debilidad humana. Sonreías y yo no podía dejar de verte temblando. Me sentía tan vulnerable e indefenso, pero tampoco sentía necesidad alguna de protegerme. Mi corazón convulsionaba en mi interior y por unos segundos, me volví a sentir tan vivo.

Recuerdo que los encuentros entre tu mirada y la mía se repitieron varias veces. Cada uno era igual de intenso que el anterior. Cada uno me hacía pensar más y más tiempo en ti. Preguntarme quien eras y que era lo que buscabas en mis ojos. Aun así no me preocupaba. Tenía tanto encima que no tenía tiempo para sentirme atrapado por ti, puesto que me sentía amordazado por mis pesares y mis culpas. Aun así cada vez que te miraba me sentía más tranquilo, porque de alguna manera sentía que nos acompañaba la misma soledad y que eso de alguna manera, significaba que nos acompañábamos mutuamente. Al menos así me sentía yo.

 Recuerdo que el día que eso cambio el sol me quemaba los ojos. La nicotina aun transitaba mis venas y la risa salía forzosamente por mi garganta, no era más que un ejercicio para no perder la habilidad. Yo escuchaba las voces que me rodeaban y tenía la mirada perdida en el paisaje. Entonces paso. Tu esencia se difundió por el aire y en el instante sentí tu mirada sobre mí. Te veía sonreír y tú me veías temblar, aunque no sabías que estaba temblando. Me sonroje y no te pude quitarte la vista de encima. Cuando desapareciste recuerdo que me quede tan vacío y tan intrigado. Ese fue el día en que comencé a buscar tu mirada. Cada vez que caminaba entre las personas, que me sentaba bajo la sombra o que inhalaba un poco del aliento de la muerte, buscaba tus ojos. Solo quería volver a sentirme vivo.

Recuerdo que los días pasaron y tus ojos no se asomaron, hasta que me encontraste. Sabias mi nombre y ahora yo conocía el tuyo. La emoción era embriagante y no sabía que sentimiento era más fuerte, el miedo o la alegría. La intensidad de lo que tus ojos provocan en mi me atemoriza, pero la belleza de la sensación que dejan me hace sonreír esperanzado. De repente luchaba con una imagen en un monitor, intentando buscar en ella el mínimo rastro de lo que tus ojos provocan en mí. Durante horas estuve observando tu imagen, deseando encontrar en ella algún indicio del porqué de esta conexión. Al día siguiente todo lo que quería era verte y que tu no me vieras. Quería observarte desde la distancia y solo verte pasar. Verte sonreír. Ver que estabas vivo y averiguar si eso me hacía sentir igual de vivo. Me encontraba en un dilema en que no quería verte porque no quería me vieras y al mismo tiempo moría por hacerlo porque necesitaba observarte.

Recuerdo que, por cosas de la vida tu presencia parecía atraerme, pues te encontré. Estabas de espaldas y yo solo me paralice. Te observaba leer y esforzarte por aprender alguna lección. Por un momento pensé en sentarme a tu lado y solo verte, sonreír y luego marcharme. Sin embargo el miedo era más fuerte que el deseo y comencé a huir silenciosamente. Aun así tu tienes un efecto adictivo sobre mí, pues las ganas de sentirte cerca solo aumentaron. Cuando volviste a aparecer y me viste, apenas pude aguantarte la mirada. Comencé una lucha masoquista entre la opresión de tus ojos sobre mí y mi enorme deseo de verlos. Te posicionaste de tal manera que nos separaba una puerta de madera y lo único que podía ver eran tus pies. Comencé el fracasado intento de leer tus pensamientos por medio de tus pasos. Me preguntaba si me habías visto, si querías verme. Como todo tiende al equilibrio en esta vida, de la misma manera en que apareciste, te desvaneciste. De repente no estabas y yo me quedaba tan vacío. Con ganas de salir corriendo a buscarte.

Recuerdo que esa noche charlamos. En cuanto vi tu mensaje el mundo parecía contraerse y luego explotar entorno a mí. En cuestión de segundos calcule cada posibilidad, cada respuesta y sencillamente te respondí. Yo te pregunte el “por qué” que tanto me atormentaba y tú frenaste mi impulsividad. Propusiste un juego que me resulto de lo más encantador, después de tanto tiempo sin jugar la experiencia me parecía fascinante. Recuerdo que tú preguntabas y yo respondía, que posteriormente los papeles se invertían. Yo media cada pregunta, la planificaba intensamente y a través de preguntas aparentemente simples intentaba leer las palabras escondidas de tus respuestas. En contraste total con mis preguntas, mis respuestas en cambio eran totalmente espontaneas, tan sinceras y tan honestas, que dejaban al desnudo todo mi ser, pero nunca sentí necesidad de cubrirlo. Hablar contigo me resultaba tan natural.

Recuerdo que las preguntas lentamente iban aumentando de profundidad y sin avisar todo sencillamente exploto. No sé quién de los dos detono la bomba, solo sé que ambos la armamos. Nuestra tristeza, nuestra soledad y nuestros miedos comenzaron a brotar como hormigas defendiendo su hogar, pero no peleaban entre ellas, si no que de alguna manera parecían complementarse. La sinfonía de tu boca y los versos de la mía parecían formar una bella pieza musical. Esa noche acordamos vernos al día siguiente y yo no sabía que esperar de esto, de ti, de mí.

Recuerdo que me levante muy emocionado. No sabía ni que ponerme y tampoco importaba realmente, solo esperaba que hiciera que me vieras. El camino se me hizo eterno y deseaba no ser gato, sino ser un águila o al menos un colibrí, para salir volando y evadir los obstáculos terrestres. Cuando te vi deseaba sorprenderte, no tenía idea de qué hacer cuando te tuviera cerca, pero intente acercarme sigilosamente. Aun así mi nerviosismo y mis ganas de ver tus ojos parecieron delatarme. Por primera vez hice contacto con tu piel y aunque solo fue por unos segundos que tu mano choco con la mía, grabe la sensación en mi memoria para el resto del día, quizá para el resto de la vida.

Recuerdo que entramos a un salón y nos retiramos al fondo. Tú comenzaste a pelear contra el silencio contándome de tus aficiones. Yo solo quería verte hablar y grabar tu voz en mi memoria. Escuchaba atentamente a todas tus manías y tus excentricidades. Atentamente veía y oía todas tus peculiares aficiones que me parecen tan bellas y tiernas. Tu mirada ya no me hacía temblar, pero aún me hacía sentir muy vivo. Me preguntaba cómo se sentía tu piel y cuál era el olor de tu cabello. Me cuestionaba que pasaba por tu cabeza. Salimos de allí y nos fuimos a sentar. Me senté primero deseado que te sentaras a mi lado, en cambio elegiste poner una mesa de muralla entre nosotros. Pensé por un momento cambiarme de lugar, pero no quería incomodarte, pues ya conocía tus miedos. Recuerdo que terminamos hablando de tus temores y solo conseguiste remover en mí el recuerdo de cómo me sentía yo cuando los tenia.

Recuerdo que me dijiste que lo que querías era un amigo, no era que no desearas otra cosa, sencillamente preferías un amigo y quizá, solo quizá, podría ser que algún día de una amistad saliera algo más. Notaste la decepción en mi mirada o la escuchaste en mi tono de voz, no sé qué fue lo que me delato. Yo solo te mentí con la verdad. Al final te dije que lo único que quería era darte lo que querías, lo cual es cierto. Te dije que lo mejor que podía hacer seria acompañarte, lo cual es verdad. Te dije que sabía que tarde o temprano me lastimarías, de lo que estoy seguro. Te dije que eso no significaba que me alejaría de ti, cosa que es un hecho. Lo que no te dije, era que en el fondo moría por besarte. Lo que no te conté, era que yo tengo más miedo que tú, pero yo tengo más experiencia ocultándolo. Lo que te oculte es que en el fondo, solo soy un niño asustado que ruega por un poco de amor reciproco. Porque si, mi corazón funciona de manera diferente de la del resto de personas. Nunca he necesitado que me quieran para querer, ni que me amen para amar. Quiero por decisión propia, amo por razones de mi corazón. En lo que te mentí, fue cuando te dije que no estaba decepcionado, porque si lo estoy, profundamente decepcionado… de mí. De no poder hacer más. De no poder arrancarte el miedo como quisiera. De no poder demostrarte que el amor no se elige y que venga de donde venga, el amor es amor.

Recuerdo que comencé a pensar en cuanto tiempo pase en el mismo dilema que tú. Por un momento comencé a discutir con todas las voces de mi cabeza intentado decidir si debía alejarme por ti, por mí o no debía hacerlo. Sencillamente concluí que era tonto pensarlo puesto que, aunque quisiera alejarme, aunque me lastimara estar contigo, ya era adicto a tu presencia.  No importa lo que pase, va en contra de mi naturaleza abandonar a las personas. Tome tu mano por primera vez y solo quería entrelazar nuestros dedos, pero no quería aferrarme a ti. Comencé a leer cada uno de tus falanges sin decirte una palabra de lo que halle. Tú escribiste mi nombre en tu cuaderno y me lo regalaste. Subestimaste el valor que yo le doy a las cosas insinuando que podía desecharlo si quería. Realmente no te imaginas que las cosas más simples son las que más valor tienen para mí. No tienes idea alguna de lo que esa hoja significara para mí el resto de mi solitaria existencia.

Recuerdo que nos levantamos y caminamos otro rato, buscando un sitio que no tuviera una barrera entre nosotros. Volví entonces, después de mucho tiempo, a un sitio donde había dejado muchas emociones. Donde había derramado muchas lágrimas. Donde había dado tantos besos. Donde me habían apuñalado no por la espalda, si no lentamente por el pecho. Mas el estar contigo, hacía que no importara. El dolor de esa herida parecía haberse desvanecido ya para siempre. Tú cortaste una flor de un árbol y me la regalaste. Sentí su aroma y comencé a pensar tantas cosas. ¿Los hombres se regalan flores? Esa flor. Esos pétalos amarillos me parecieron un regalo tan extraño, peculiar e inusual. Aun así, me parecía el regalo más sencillamente tierno y lindo que alguien me haya hecho. Jugué un rato con la flor en mi mano y la guarde. Me trague las ganas de llorar y comencé a abrir aún más mi corazón contigo, esperando así sacarte un poco de tristeza, al meterla dentro de mi alma. Mis esfuerzos fueron en vano pues éstas fuertemente sellado.

Recuerdo que fui sincero contigo y te conté mi propósito en este mundo. Te hable de lo triste que se ha vuelto mi vida y de cómo he dejado de interesarme por ella. Te revele que mi principal propósito en este momento es hacerte sonreír de verdad. Tu solo me abrazaste. Yo moría por hacerlo también. Por aferrarme por un momento a ti y sentirme seguro, a la vez que te protegía. Pero sabía que si lo hacía terminaría llorando en tu hombro y quizá no podría controlar las malditas ganas de arrancarte la tristeza. Me calle tantas cosas y solo te pedí que me dejaras acompañarte. Nos ocultamos de la lluvia y nos sentamos un poco más cerca. El calor de tu cuerpo parecía tener un efecto hipnótico sobre el mío. Bese tu mejilla y tú te recostaste en mi hombro. Te rodee con un brazo y tomaste mi mano. La besaste y yo quería llorar en ese momento. Termine recostado sobre tu pierna y charlamos otro rato. Tu intentabas decirme algo de muchas maneras diferentes y yo no entendía nada de lo que decías, estaba muy ocupado traduciendo el único lenguaje que sé que no puede mentir, el de tus ojos. Parecías sentirte feliz o al menos contento. Esperaba así fuera, eso me hacía sentir un poco mejor conmigo mismo. El tiempo pareció escaparse de mis manos y llego la hora en que te marchaste. Cuando te fuiste y te vi alejándote, solo sentía como gradualmente me arrancaban la sensación de estar vivo y pasaba a un profundo estado catatónico.

Recuerdo bien todo esto. Ahora me acompañara por toda mi vida. Solo espero que no sea el final de nuestros recuerdos, pues hay mucho que quiero hacer contigo. Tanto que voy a mostrarte. Solo espero que me lo permitas. Quisiera que entendieras que cuando te veo a los ojos y te sonrió tiernamente, es porque cuando hago eso consigo enterrar mis lágrimas dentro de mí. Quisiera que supieras que cada vez que suspiro es un beso que no te doy, aunque muero por hacerlo, pues sé que es quizá el método más eficaz para extirpar la depresión. Quisiera que vieras las cosas como yo, pues no puede ser que el amor, que no daña a nadie más que a quienes lo sienten, este mal. Quisiera que me creyeras cuando te digo que yo solo quiero hacerte feliz y no podría hacerte daño ni abandonarte. Quisiera estar contigo y nunca dejar de sentirme vivo. Quisiera, solo quisiera, saber porque es tan malo es que los hombres se regalen flores. Quisiera tanto decírtelo. Decirte este sentimiento inexplicable que comienza a quebrantar mis murallas nuevamente buscando salir. Pero sé que no me creerías. Yo tampoco lo creería de no ser porque lo siento. Porque no puedo evitar sentirlo. Aunque acabamos de conocernos. Aunque para ti este mal. Aunque tus temores sean tan enormes. Aunque yo esté tan quebrado. Aunque el mundo esté en contra de ello. Aunque tú no puedas creerlo. Aunque parezca completamente imposible e ilógico que suceda esto tan rápido. Aunque tú no quieras que pase todo tan aceleradamente. A pesar de todo eso no puedo evitar sentir, que de alguna manera, la profunda tristeza de tus ojos y la soledad que compartimos. Lo hermoso de tu ser y las sensaciones que provocas en mí. La flor que me regalaste y mi nombre en tu cuaderno han provocado que yo me esté enamorando, tan alocadamente, como mi corazón hexagonal puede hacerlo.

Atte.: Apolo.

8 years ago

Amor completo

Graba con fuego en tu alma mis palabras, que si no consigo marcarte de por vida todo será una pérdida de tiempo. toma mi nombre y ponle derechos de autoría si deseas, pero grítalo al viento hasta que te escuche, que no me conformare con ser un susurro entre tus labios. Quiero ser un grito de euforia a mitad del día, que espante a las aves y despierte la expectación. Una llamada de atención al destino, que se entere que ha perdido su independencia. Tómame de la mano hasta que nos duelan los huesos. Con tal fuerza que ya no sepas diferenciar entre tus dedos y los míos. No me aburras con charlas sobre el tráfico y la cotidianidad. Cuéntame de aquel amigo imaginario que no pudiste olvidar y de esa pesadilla que aun te hace temblar. Bésame hasta que los labios se resequen y nos sangre la boca. Déjame ver toda tu gama de colores emocional. No me conformo con verte desbordante de incontenible felicidad. Exijo verte ahogándote de tanto llorar y a tu corazón ardiendo de tanta furia. No me importa recibir el conjunto holístico de tus demonios, mientras me cubras con tus alas cuando el cielo este gris y tenga miedo de enfrentar a los míos. Quiero que seas mi pecado capital personal, ese que me dé la absolución absoluta. No quiero tu cielo si no me das también tu infierno, ni quiero tu absoluta confianza si no me darás tus celos sin sentido. Cúbreme de tus miedos cada vez que des tus esperanzas, los guardare juntos y forjare un camino con ellos. quiero bailar contigo, aunque no sepa bailar. No me basta con ser tu novio, quiero ser también tu amante. Quiero sesiones de sexo animal por las noches y madrugadas abrazados tiernamente. Quiero despertarte al amanecer para animarte a seguir un día más. Quiero esperarte al atardecer para felicitarte por cada paso que hallas dado. Dame la totalidad de tu vida y complementa tus carencias con la mía. Que esto será un romance de jóvenes en verano y un matrimonio viejo en los inviernos. Quiero que te vuelvas la rutina que cambia todos los días. Si vas a amarme que sea así como yo te amo, en la totalidad de sus aspectos y en cada una de sus facetas. Inhala mi amor, exhala tu dolor y dejemos que la vida se alborote a nuestro alrededor. Déjala que gire, que se revuelque, que nos arroje a todos los agujeros que le queden, que te amare con tal fuerza que no le quedara más alternativa que ajustarse a nuestro ritmo y seguirnos el paso.

Atte. Apolo

F_ʝ���

9 years ago

I used to think of love like a sensation. Something completely different from anything I've ever felt. Then I understood that love is more like an expansion, a powerful intensification of every feeling, of every sensation provoqued by that someone you love. Happiness us stronger, sadness is stronger. You care more, you miss more, you need more, you hurt more.

8 years ago

Autorretrato

Dudo que exista una pregunta más difícil de responder. Es una respuesta que cambia cada día. Que ha cambiado a lo largo de los años. Que se transforma con las estaciones, con las personas que me rodean. Es una respuesta ambigua e insegura. Y la única persona que se lo pregunta, la única persona que lo puede responder y la persona más insegura al respecto, no tienen identidades separadas. Si fuera un pintor y lo expresara de esa forma, te juro que no me diría más que una hoja de papel sin tocar. Es un tema que todos los días discuto con las voces que habitan mi cabeza. Es un tema que me confunde, que me aturde, que me frustra. Me hace hundirme en mi cama, en mi pereza, en mi intento de ignorar a la misma existencia de mi propia persona.

Si vez la vida como un camino, para mi es una calle de doble vía, en la que yo disfruto caminar en medio, siguiendo una dirección y luego la otra. Si la moral es un espacio con dos polos, yo estoy parado en medio, con los brazos extendidos hacia los extremos. Con mis manos al alcance de lo bueno, con mis dedos rozando lo malo. Con la capacidad de tirar, de empujar y de alternar entre los dos. Porque no, no soy tan mala persona, pero no vendré a vender mi alma al precio de la de un santo. Un día le dije al amor que yo soy un ángel de alas negras y este me respondió que soy un demonio vestido de blanco.

Porque soy una tormenta. Soy un huracán, incapaz de entrar con calma, sin marcar el terreno, sin transformar el entorno. La pesadez de mi presencia, el estruendo de mis emociones, el vertiginoso movimiento de mis pensamientos; que en el centro solo ocultan un claro, donde todo yace en un absoluto silencio. Porque mi personalidad es una combinación ambivalente entre mi forma de sentir y mi forma de pensar. Porque al pensar soy un hombre de matices, que gusta de ver toda la gama de colores, para finalmente asentarse en una mezcla de los que le combinen. Pero al sentir soy un niño extremista, que si no ama no quiere y si no sufre no duele.

Me describirías como un drama, pero a veces mi vida se siente como una comedia. Puedo ser tan despectivo y a la vez tan egocéntrico que he llegado a sentirme el chiste favorito de Dios o el cuento más desabrido del mundo. Me han llamado impetuoso en la cara y luego me han criticado de frígido a mis espaldas. Es el precio de andar con medio rostro entre las sombras. Con media sonrisa oculta. Escondiendo a veces su amplitud, a veces su verdadera naturaleza y muchas otras su absoluta ausencia. Y es que después de caminar entre tantas mascaras que he fabricado, a veces me cuesta reconocer que rostros son reales.

Me han dicho inteligente y yo seguiré sintiéndome como un tonto. A veces un viejo tonto, con el cansancio de sus años y una vida que ya no puede darle nada nuevo. A veces un niño tonto, incapaz de decidir por su cuenta sin temblar de miedo al no tener una mano que lo sostenga. Mis comportamientos y mis emociones discordantes. Porque cuando más siento es cuando menos expreso. Cuando más silenciosa esta mi boca es cuando más ruidosa esta mi mente. Cuando más ausente me sientes es cuando más necesito de la presencia de alguien, que me ayude a no sentir la soledad, aun si quiero estar solo.

Pregúntame quien soy y no puedo responderte. Pregúntame quien soy y me debato en una mesa hexagonal. Pregúntame quien soy y te responderé que no se ni si quiera como estoy. Porque mis amigos te dirán que yo pienso demasiado, pero yo te cuento que el problema es que siento demasiado.

Atte. Jasper

camaleondeplastilina - Superposición emocional
Superposición emocional

Pensamientos nocturnos y cosas por el estilo. Javier/Bipolar/SaberQueSexual pero sexual/Causipoeta

116 posts

Explore Tumblr Blog
Search Through Tumblr Tags