Siento como me devoran largas noches de velar ideas inconclusas, mientras escucho el crujir de mis nudillos sincronizarse con el de las ramas azotadas por el viento. Dejare que sea el frio abrigo de la incertidumbre el que me acoja y veré un amanecer gris dibujarse con lápiz sobre el lienzo de Dios. Quizá una gota de nostalgia escape de mis acorazados ojos negros o un diluvio fluya desde la caverna de mis palabras. Esperare pacientemente en un letargo añorante la llegada del futuro. Dibujare con mis falanges círculos concéntricos y veré aproximarse la próxima estación de mi vida. No busco otra gloria que la de vivir a mi manera, ni codicio otra riqueza que la de ser libre. No añoro otra aventura que no sea la que me espera, ni pretendo interpretar otro personaje, más que el de mi carne. Abrazare a la tristeza mi lúgubre amiga y me despediré de ella por un tiempo. Cantare a mi amada luna y sus destellos perdidos, y ella se alejara al compás de la sinfonía del tiempo. Soñare que estoy perdido en un abismo y quizá allí pueda encontrarme, conversando con el polvo. Me hundiré en un mar de interrogantes, sin ahogarme en la desesperación de la duda. Tomare tu mano como un niño, inseguro y torpe. Primero me aferrare a tu meñique y dejare que tires suavemente de mis pasos. Luego entrelazare nuestros dedos y te llevare la colina en que algún día, deje escapar un suspiro eterno. Te pediré que me mientas y me digas, que todo estará bien. Te sonreiré y te creeré, que no vas a lastimarme. Aunque quiera reparar todos los corazones que he roto, no puedo reparar aquello que me mata. Negociare la paz con mis fantasmas y les construiré tumbas para que puedan descansar. Fundiré las cadenas que me atan, con las llamas que prenderé de mi culpa acumulada a lo largo de estos años. Me dejare fluir con la corriente de los eventos que llaman y veré el reflejo de mi esperanza en tus ojos. Dejare de tener miedo para darte a ti el valor de partir conmigo. Trazare un nuevo pacto conmigo y buscare la fotografía de mi felicidad, para reproducirla. Me atreveré a deslizar una vez más por la ladera y profundizar el bosque de crecientes posibilidades y plantare en el los planos de mis sueños. Dejare de existir como un niño asustado, para vivir como un joven, aunque me sienta tan viejo. Seré un insensato y arriesgare mi vida, con tal de sentirla llenando mi pecho. Sobreviviré a esta noche con los mil temores que me atormentan y a la mañana gris que precede a la tormenta. Y cuando caigan las primeras lágrimas de lluvia, las beberé para comenzar este viaje. Pues esta es la última noche, de los años largos…
Atte. Apolo
Tan egocéntrico soy, que sonrió de saber que alguien me lee. Siempre.
Soy una constelación de momentos tristes
De besos sinápticos, con los labios divididos por espacios que no podian cerrarse.
Solo un intercambio de aliento en la oscuridad.
El equivalente a dos personas soñandose mutuamente en la misma habitación, quizá hasta en la misma cama, soñandose con los ojos abiertos, soñandose hablando dormidos, soñandose en pleno sonambulismo, soñandose y no pudiendo despertarse para hacer los sueños realidad.
El frío es la ausencia de calor de la misma forma en que mi nombre es la ausencia de la permanencia.
Mi nombre es el sinonimo de temporal.
Se escribe con P de: Pudimos vivir tantísimo más juntos pero tenía que marcharme.
Enjoy breakfast 🦶🏼🔥👅🦶🏼🔥👅🦶🏼🔥👅🦶🏼🔥👅🦶🏼🔥👅
IG:@pedropablo.photo
¿Qué fue lo primero que viste en mí? ¿Qué fue lo primero que capto tu atención? ¿Qué te impulso a acercarte a mí? No puedo evitar pensar que lo nuestro tuvo una marcada sensación de predestinado. Incluso cuando no eras más que un nombre que se comentaba en las conversaciones más esporádicas. Tu nombre tenía ese sabor a golpe contundente contra el suelo. Ese sabor a viento en la cima de una colina. Como estar hasta el fondo, indiscutiblemente derrotado y a la vez en la cima, con una sensación de absoluta victoria. La primera noche que hablamos, debo reconocer, que fuiste un capricho de mis lágrimas retenidas. Solo una necesidad de sentir una narcisista forma de control. ¿Tenías idea de lo que encontrarías al acercarte a mí? ¿te lo imaginabas? Debo admitir que apostaba a que salieras huyendo al momento de quitarte la venda de los ojos. Pero cuando te deje ver la realidad en que existo, cuando observaste por primera vez el infierno congelado en que habitaba, rodeados por todos esos demonios en estasis, esperando al momento en que pudieran abalanzarse sobre mí, tu respuesta fue abrazarme. Me sostuviste y no pude hacer otra cosa más que romperme en mil pedazos, derramándome sobre ti. Tus ojos siempre tienen esa expresión de niño triste, de frágil inocencia. La primera vez que vi a ese niño determinado a protegerme, cuando apenas podía protegerse a sí mismo, no pude evitar reconocer una parte de mi la que me avergüenzo. Recuerdas que te conté sobre los hilos. Sobre como los veía a todos en un cuarto oscuro, a mi alrededor. A todas esas personas involucradas en ese comercio del dolor en que estaba participando. Todos estrangulados por hilos amarrados a mí. Que si me movía hacia un lado o hacia otro los asfixiaba lentamente a todos. Esa imagen me persigue en pesadillas. Pero la verdad es que descubrí que era yo el que estaba siendo estrangulado por todo ese dolor ajeno. Al final todo colapso mientras yo me encontraba anestesiado. Sedado sin poder reaccionar ante la realidad que colapsaba a mi alrededor. Polvo. Todo lo que quedo fue una nube de polvo que se disipo para mostrarme que ya no había nada. donde antes había tantos que no eran nadie, solo estabas tú. Debo reconocer que fue mi culpa. Mi necedad de luchar contra mi dolor, de intentar contenerlo, hizo que mi accionar resultara errático y sin sentido para todos, para todos menos tú. Tú me viste, me viste romperme. Me escuchaste gritar cada uno de sus nombres mientras iban cayendo y te quedaste, te quedaste mientras tu pasabas por una guerra similar. Creo que nadie entendió realmente porque te elegí a ti al final. Cuando tantos me apuñalaron por la espalda y al girarme para verles la cara me apuñalaron en el rostro también, solo estabas tú para sostenerme. Creo que algún día podre contar mientras rio, con un cigarro entre mis labios, el relato de ese infierno congelado en que yo estaba viviendo cuando tu llegaste a rescatarme. Ese día ese recuerdo ya no será una herida sangrante, solo será una asquerosa cicatriz en mi pecho, acompañante de tantas otras. Por ahora lo único que puedo hacer cuando alguien me pregunta porque si estoy tan decepcionado de todo, porque si estoy tan desanimado de la vida, porque si estoy tan desilusionado sobre las personas; el simple hecho de escuchar tu nombre me hace sonreír como un niño, es responderles que al final de todo decidí vender una paz vacía a cambio del cielo que existe entre nuestros infiernos.
Atte. Apolo
Aunque me lo pidas no podría encontrar el inicio de la soga que nos une a ti y a mí. Tu fuiste la reacción química que nunca predije y los poemas que nunca quise escribir.
Nunca quise enamorarme de tu evasiva pero arrolladora sonrisa, ni pensé romperme con el tacto de tus dedos en mis nudillos. Aún así te grabaste en mi alma, forjandola con cada golpe que dabas a mi vida. Un impacto breve y sonoro, seguido de ausencia, luego repetir.
Podría contar cada uno de los besos que nos hemos dado, pues en todos ellos he dejado un trozo de mi, aún así, en ninguno de ellos has Sido mío. Porque tu corazón tiene grabado el nombre de alguien que nunca he sido yo y cuando ha sido efimeramente libre, el del corazón comprometido he sido yo. Cómo si estuviéramos condenados a solo amarnos en realidades alternas y solo tocarnos en las noches de luna llena.
Puesto que nuestra historia carece de que inicios y no alcanza un final. Es solo un nudo, un nudo eterno, que ninguno de los dos se atreve a cortar. Y no he podido dejar de hacerle barquitos de papel al amor que te tengo, ni he dejado el vicio de encenderle un cigarrillo a tu nombre cuando mi boca comienza a extrañar tu aliento. A pesar de eso le agradezco a la vida el que siempre, de alguna manera, seré tuyo, a pesar de jamás te he pertenecido.
Apolo
La frustración de que no te den la oportunidad ni si quiera de fracasar. Ni tan solo eso. Nada.
Pensamientos nocturnos y cosas por el estilo. Javier/Bipolar/SaberQueSexual pero sexual/Causipoeta
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