Autorretrato

Autorretrato

Dudo que exista una pregunta más difícil de responder. Es una respuesta que cambia cada día. Que ha cambiado a lo largo de los años. Que se transforma con las estaciones, con las personas que me rodean. Es una respuesta ambigua e insegura. Y la única persona que se lo pregunta, la única persona que lo puede responder y la persona más insegura al respecto, no tienen identidades separadas. Si fuera un pintor y lo expresara de esa forma, te juro que no me diría más que una hoja de papel sin tocar. Es un tema que todos los días discuto con las voces que habitan mi cabeza. Es un tema que me confunde, que me aturde, que me frustra. Me hace hundirme en mi cama, en mi pereza, en mi intento de ignorar a la misma existencia de mi propia persona.

Si vez la vida como un camino, para mi es una calle de doble vía, en la que yo disfruto caminar en medio, siguiendo una dirección y luego la otra. Si la moral es un espacio con dos polos, yo estoy parado en medio, con los brazos extendidos hacia los extremos. Con mis manos al alcance de lo bueno, con mis dedos rozando lo malo. Con la capacidad de tirar, de empujar y de alternar entre los dos. Porque no, no soy tan mala persona, pero no vendré a vender mi alma al precio de la de un santo. Un día le dije al amor que yo soy un ángel de alas negras y este me respondió que soy un demonio vestido de blanco.

Porque soy una tormenta. Soy un huracán, incapaz de entrar con calma, sin marcar el terreno, sin transformar el entorno. La pesadez de mi presencia, el estruendo de mis emociones, el vertiginoso movimiento de mis pensamientos; que en el centro solo ocultan un claro, donde todo yace en un absoluto silencio. Porque mi personalidad es una combinación ambivalente entre mi forma de sentir y mi forma de pensar. Porque al pensar soy un hombre de matices, que gusta de ver toda la gama de colores, para finalmente asentarse en una mezcla de los que le combinen. Pero al sentir soy un niño extremista, que si no ama no quiere y si no sufre no duele.

Me describirías como un drama, pero a veces mi vida se siente como una comedia. Puedo ser tan despectivo y a la vez tan egocéntrico que he llegado a sentirme el chiste favorito de Dios o el cuento más desabrido del mundo. Me han llamado impetuoso en la cara y luego me han criticado de frígido a mis espaldas. Es el precio de andar con medio rostro entre las sombras. Con media sonrisa oculta. Escondiendo a veces su amplitud, a veces su verdadera naturaleza y muchas otras su absoluta ausencia. Y es que después de caminar entre tantas mascaras que he fabricado, a veces me cuesta reconocer que rostros son reales.

Me han dicho inteligente y yo seguiré sintiéndome como un tonto. A veces un viejo tonto, con el cansancio de sus años y una vida que ya no puede darle nada nuevo. A veces un niño tonto, incapaz de decidir por su cuenta sin temblar de miedo al no tener una mano que lo sostenga. Mis comportamientos y mis emociones discordantes. Porque cuando más siento es cuando menos expreso. Cuando más silenciosa esta mi boca es cuando más ruidosa esta mi mente. Cuando más ausente me sientes es cuando más necesito de la presencia de alguien, que me ayude a no sentir la soledad, aun si quiero estar solo.

Pregúntame quien soy y no puedo responderte. Pregúntame quien soy y me debato en una mesa hexagonal. Pregúntame quien soy y te responderé que no se ni si quiera como estoy. Porque mis amigos te dirán que yo pienso demasiado, pero yo te cuento que el problema es que siento demasiado.

Atte. Jasper

More Posts from Camaleondeplastilina and Others

2 years ago

*El diablo toco la puerta*

Debo confesar que si sentí la punzada dolorosa con tu partida, fría y localizada, pero está vez la cuchilla no se forjo con ausencia, fue forjada con el final del juego que no quería abandonar. La partida que disfrute desde el inicio, que me permitió desplegar todas mis piezas en el tablero. Se adelantó el final con un golpe fugaz, con un descuido. Cuando te marchaste y el punzante dolor cedio, no hubo espacio para la ausencia, solo para un incómodo aburrimiento. Estábamos en la habitación mi aburrimiento, mi diablo y yo. Siempre he seguido las enseñanzas de mi mentor platónico, Oscar Finegan Wilde, cuando dijo "lo único peor que hablen mal de uno, es que no tengan absolutamente nada que decir".

*El Diablo Toco La Puerta*

Lealtad al carácter le quiero llamar, al talento de saber representar el papel que te toca en cada etapa de la vida y amar hacerlo. A todos nós llega el turno de ser el villano en la historia de alguien más y yo quiero ser un villano memorable. Con motivos, con principios, con un carisma que te lleva a amar odiarlos. Quiero ser un villano tan espectacular que lo único que quede al final de mi venganza sea mi perfecto acto de redención para convertirme, no nuevamente en el héroe caído que un día fue, sino en el antiheroe perfectamente balanceado entre la nobleza de su cruzada angelical y sus propios demonios internos.

Ya fui en la vida refugio de invierno y la experiencia solo me dejó con muros desgastados y las puertas agrietadas. Vacío y lleno de escarcha.

Ya fui en la vida terapeuta de rotos y descosidos, y la experiencia me dejo con los hilos halados y el esqueleto fracturado.

Ya fui en la vida cementerio abnegado y la experiencia me dejo lleno de tumbas olvidadas que ya solo yo visito y mausoleos decorados con ramos de flores marchitas.

Por eso, está vez, cuando el diablo toco la puerta, le abrí sin titubear, lo senté en el sofá y le servi un te frío, para el calor tan infernal. Comenzamos a conversar, mi diablo y yo, sobre la entropia que recorre mis venas, la paz que añora mi corazón y negociamos armonía para finalmente dejarme llegar a ser el ángel de alas negras que siempre ha estado destinado a ocupar el reflejo de mi alma.

9 months ago
Wish For Me

Wish for me

5 months ago

Xodó 1: plegarias contra tus pesadillas

Es que lo quiero todo. Las tardes cocinando y discutiendo sobre la receta correcta a seguir, entre tu obstinada decisión de hacer todas las recetas lo más tradicionales posibles y mi deseo infantil de siempre experimentar. Las fiestas llenas de color y musica y formulas químicas, verte bailar entre el tumulto y que parezca no existir otro cuerpo mas que el tuyo, sentir como me buscas siemore en la pista y como siempre me tomas de la mano para no perderme. Quiero las peleas en el coche porque dices que soy imprudente al manejar pero aun así tengo la certeza de que no te sientes seguro con nadie más al volante que conmigo. Quiero verte discutir con el gato que dices odiar, al que llamas apestoso siempre que lo saludas al regresar, porque se que como Shakira es por qué has aprendido a quererlos, porqué te he visto buscarlo para acariciarlo cuando te distraes y bajas la guardia. Quiero enseñarte a quererme aunque me pueda parecer imposible y aterrador, porque sé que soy particular y peculiar y lleno de rarezas e intereses que parecen no tener sentido entre sí pero en mi forman parte de la jungla que existe en mi cabeza. Quiero estar en todo tu camino de sanación, aunque no pueda caminar por ti, aunque sea duro, aunque te de miedo, aunque duela, quiero acompañarte en cada paso que des en el. Quiero estar junto a ti en todas las madrugadas que una pesadilla te hace respirar agitado entre tu sueño y comienzas a gritar dormido, para abrazarte y susurrarte al oído: "estoy aquí y todo está bien, estás en casa". Quiero verte bailar borracho una y mil veces más y verte reír hasta ahogarte todos los días de mi vida y tampoco quiero perder un solo llanto que pueda secar con un abrazo o un solo mal día de trabajo en que pueda ser tu refugio.

Contigo supe desde la primera mirada que quería esa certeza de la incertidumbre. La certeza de saber que te quiero conmigo a través de toda la incertidumbre que la nos traería.

Xodó 1: Plegarias Contra Tus Pesadillas
8 years ago

La vida de un moro

Acompañado de la nada, viaja. Charlando con el silencio, se mantiene. Vagando con un rumbo invisible, se guía. Buscando la sombra de día, huyendo del fuego del cielo, porque la luz hace de su rostro una vergüenza. Buscando el fuego de noche, huyendo del frio de las sombras, porque la vida en la solitaria oscuridad le congela el corazón. Así es la vida de un moro. Un vago del desierto. Solitario nómada. Inadaptado por decisión propia. Juzgado por no seguir los rumbos ya trazados. Perseguido por buscar respuestas en otro lado. Rondando el desierto en silencio, viviendo en una fantasía mental, ausente de la realidad. Una mente libre en un cuerpo que roza lo inanimado. Tanto tiempo dentro de su mente confunde los sentidos, la fantasía pasa a ser parte de su realidad o quizá su realidad pasa a fundirse en su fantasía, puede ser que sencillamente sean lo mismo. ¿Quién es capaz de probar que el reino de nuestra mente no es real?

El imponente sol, rey dorado de nuestro mundo, erigido por nuestros abuelos, con sus poderosos e implacables rayos, destroza lentamente nuestra piel, deforma nuestro rostro. Ya han pasado tantos años desde que se estableció sobre nuestras cabezas y lo que se llama progreso, ha sido bajo su luz, ni más lejos, ni más alto. Obliga este regente a cubrir las caras de los moros con mantos y ropajes. Son sus ojos lo único descubierto del interior. La única ventana de su verdadera identidad. El único rasgo real de la piel. Caminado a un ritmo propio y único. Una danza inimitable, siguiendo la música que resuena en el interior de sus oídos; provenientes del pesebre de la razón, inaudible para el resto. Siguiendo un rumbo errante y sin sentido, excepto a sus ojos atentos. Corrigiéndolo cuando lo necesitamos, guiándonos por nuestra estrella, aquella luz que anhelamos. Visible solo en las sombras, cuando la cegadora luz del sol se ha desvanecido. De noche buscamos cobijo de las sombras que de día tanto anhelamos. Estas sombras ahora nos absorben y nos congelan. Nos paralizan. A pesar de ser nuestro santo refugio, andar muy profundo dentro de ellas puede ser la perdición. Bestias nocturnas rondan en busca de nuestra sangre. ¿Cuándo llega realmente el descanso del moro?

El alimento y la bebida, escasos alientos de vida. Alimento que nos nutre, nos llena, nos hace sentir tan revitalizados. Nos ayuda a mantener la fuerza. Lo buscamos en todos lados. Enterrado bajo nuestros pies y volando sobre nuestras cabezas. El alimento toma muchas formas y muchos nombres. A pesar de su escases y que agradecemos al encontrarlo, no todos nos satisfacen de la misma forma. Aquellos que son falsa carne a nuestro paladar, tan secos como el desierto mismo, a veces venenosos, saben a arena en nuestras bocas. Aun así, seguimos probando lo que podemos, lo que encontramos, pues sabemos que entre las dunas hallaremos el verdadero alimento. A veces agrio, a veces dulce, pero siempre vigorizante. Queremos saciar nuestra necesidad de sentirnos llenos. El agua, aún más escasa. Refresca nuestras gargantas y nuestra mente. Nos ayuda a recordar porque vamos a dónde vamos. Ilusiva y evasiva. Más escasa que el alimento. Mas imprescindible también. Los momentos en su presencia son añorados y recordados. ¿Por qué elegimos un rumbo tan duro?

La arena es la única habitante constante, pasamos sobre ella, con un paso pesado, obligados a recorrer sus engañosas formas. Nos enfrentamos a su cólera cuando revuela en forma de tormenta contra nosotros y no podemos hacer otra cosa que andar en su contra, esforzándonos por avanzar, intentado no morir enterrados. Miles de partículas, sin voluntad propia, a la merced de las decisiones de sus monarcas. El viento y el sol trazan su destino. Así es la vida de un moro. Solitaria, destinados a la compañía de nuestros pensamientos. Buscamos desesperadamente un encuentro con otro. Otro moro que vague en el desierto y por los extraños cambios en el viento se cruce en nuestro horizonte. Nuestras miradas se conecten y sepamos que hemos encontrado a un semejante. Otro solitario en busca de respuestas. Encuentros raros, bizarros, escasos y cortos suelen ser. Superados infinitamente por las dunas. ¿Será que somos un pueblo muy escaso o que el desierto es demasiado vasto?

Pocos se atreven a buscar respuestas. Muchos se acomodan a lo que el poder establece. Silencioso es el desierto. Muerta la humanidad.

Atte. Apolo.

Soy una constelación de momentos tristes

De besos sinápticos, con los labios divididos por espacios que no podian cerrarse.

Solo un intercambio de aliento en la oscuridad.

El equivalente a dos personas soñandose mutuamente en la misma habitación, quizá hasta en la misma cama, soñandose con los ojos abiertos, soñandose hablando dormidos, soñandose en pleno sonambulismo, soñandose y no pudiendo despertarse para hacer los sueños realidad.

El frío es la ausencia de calor de la misma forma en que mi nombre es la ausencia de la permanencia.

Mi nombre es el sinonimo de temporal.

Se escribe con P de: Pudimos vivir tantísimo más juntos pero tenía que marcharme.


Tags
3 months ago
OMAR AYUSO — BUTT Magazine (2025)

OMAR AYUSO — BUTT Magazine (2025)

9 months ago

Oh but my mind, my fucking mind, excels at filling voids. I have so much of you to fill all the blank spaces you leave in your trails

8 years ago

Tan egocéntrico soy, que sonrió de saber que alguien me lee. Siempre.

camaleondeplastilina - Superposición emocional
Superposición emocional

Pensamientos nocturnos y cosas por el estilo. Javier/Bipolar/SaberQueSexual pero sexual/Causipoeta

116 posts

Explore Tumblr Blog
Search Through Tumblr Tags