Epitáfios

Epitáfios

Tengo que disculparme, supongo, por mis ausencias programadas. Por esos periodos de tristeza gris ceniza que son parte del ciclo normal de mi deambular emocional. Esa tristeza gris que se aglomera como neblina espesa que forma nubes, que pasan de difuminar mi silueta a desaparecerla, para luego formar bloques imaginarios pero tangibles. Que te dejan saber que sigo ahí pero en un plano existencial paralelo al tuyo.

Esa sensación de estar rodeado de una burbuja de cristal se ha vuelto cotidiana como la náusea después de ingerir mis medicamentos o el escozor del aire frío en mis narinas por la mañana.

Es como ver un documental en sentido inverso. Los veo viéndome, los escucho comentando, pero se que si me estirará e intentará romper la cuarta pared está no cedería ni al impacto de todo mi cuerpo y tan solo sentiría el crujir de todos mis huesos al fragmentarse con el contundente golpe contra ese muro virtual que me aísla de todos los demás.

Te juro que no he quemado ningún puente. Es solo que el caos de mi mente y está maldición, que mi psiquiatra llama trastorno, dinamitan cualquier estructura que me conecte con alguien más.

No es que me culpe de toda la lista de despedidas, ya sea a gritos o con silencio. Pero no puedo negar que el amarme parece ser corrosivo como la sal.

He sido para muchos trinchera en tiempos de guerra o refugio en tiempos de invierno. Chaleco salvavidas en sus naufragios o cápsula de escape en sus catástrofes. He sido muchas veces el papel secundario en la obra de alguien mas, ese secundario con una sentencia de muerte y capitulos contados en la novela.

Con todos estos lazos rotos por los años tuve que construir un cementerio en mi corazon, donde entierro las osamentas de cada uno de mis vinculos putrefactos. Lo visito a diario y jamás he dejado de ponerle flores a todos los mausoleos. Es que de alguna forma ninguno de ustedes ha dejado de ocupar espacio en mi memoria. Ninguno de ustedes me ha abandonado del todo. Aún hay una parte espectral y eternamente embalsamada de todos los que he amado conservada en mi.

Todavía siguen aquí. Todos siguen aquí. Eso solo hace a la ausencia más terrible.

-Apollo Pontifice-

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8 years ago

¿Dejaste, dejas o dejaras?

Desperté esta mañana, con miedo de abrir los ojos. Me desperté con el miedo de no saber de ti. Me desperté sin ganas de despertar, sin ganas de continuar fingiendo. Me desperté y supe que este era mi punto de quiebre. No quise ponerme los audífonos, por miedo a encontrar esas canciones que me hacen pensar en ti, que me hacen pensar en nosotros. Esas que últimamente solo consiguen hacerme sentir nostalgia. Me puse de pie y repasé lo que sabía. Hoy te vería, eso lo sabía. Tenía que bañarme, eso también lo sabía. Deje que el agua fría terminara de quitarme el sueño y que el silencio terminara de quitarme los sentimientos. Abrí el ropero y observé el espacio vacío. ¿Debía vestirme bien para dejarte o para que me dejes? ¿debía vestirme mal para dejarte o para que me dejes? ¿Me dejarías tu o te dejaría yo? Quizá no pasaría nada y quizá, me estaba vistiendo por nada. Quizá me levante por nada y mejor debería seguir durmiendo o quizá mejor debería dejar de pensarlo tanto y tomar lo primero que alcanzara.

Tome la playera más cómoda que pudiera encontrar. Lisa y azul, como el cielo esa tarde. Tome el pantalón más neutro que pudiera encontrar. Gris y ondulante, como las nubes esa tarde. No quise verme en el espejo, por temor a encontrar allí aquello que había hecho que dejaras de quererme o que sencillamente impidió que llegaras a hacerlo. Quizá fueron mis escuálidas muñecas o la línea en la mitad del puente de mi nariz. Quizá fueron mis uñas a medio comer o la deformidad del tercer dedo de mi pie derecho. No importaba, ya conocías demasiado bien mi cuerpo como para esconder algo de eso. Recuerdo esa última mañana que pasamos en una tina de la habitación de un auto hotel, en que estudie cada esquina de tu cuerpo con las manos, intentando grabarme sus líneas y sus ángulos, mientras tu dormías en la tibieza del agua burbujeante.

Recogí tus cosas. Los episodios que grabe para que te entretuvieras mientras trabajabas y que jamás te entregue. El suéter que me diste para tener cerca tu olor cuando te extrañara que mi madre lavo y jamás volví a pedirte que impregnaras de ti. El cable que dejaste en mi carro cuando cargaste tu celular para seguir jugando a eso que juegas cuando yo te hablo y tú me ignoras. Por ultimo aparte el caramelo que mi hermana dulcemente me dejo para ti. Repasé una vez más la ruta a nuestro encuentro y salí de mi casa. Encendí el carro y apagué el radio. Quería escuchar el viento sobre el ronroneo del motor de mi automóvil, mientras me alejaba por la carretera hacia la ciudad. Aparqué en una calle perdida y comencé a caminar, buscándote entre callejones y callejuelas. Tu intentaste guiarme por teléfono y te reías de mi falta de sentido de la ubicación. Tengo esa tendencia a perderme en entre las calles, tanto como en las palabras.

Cuando finalmente di contigo, estas en una esquina, con el celular en la mano, buscándome en la dirección equivocada. Tenías una de esas camisas azul oscuro que tanto me gusta que te pongas. Tenías esa pose que siempre pones cuando te inquietas, con la mano en el bolsillo, el cuello rígido y los hombros hasta las orejas. Paso a tu lado una hermosa chica de silueta sensual, curvada como el rio y la piel bronceada, dorada como el rio. No me notaste hasta que me tenías a centímetros de un beso. Te reíste y ambos nos detuvimos, estorbando el paso de los transeúntes. Caminamos hasta el parque y te hice dar vueltas por los puestos de libros usados. Ya sabes cuánto disfruto de los libros viejos, que cuentan más historias que las que tienen escritas. Encontramos una banca y yo comencé con antojos de algo dulce. Estaba embarazado de mi ansiedad y tenía las náuseas y los antojos del primer trimestre. Algodón de azúcar de colores o helado con sabor artificial. Mejor tus ojos, viendo cualquier otra cosa que no fuera yo. A las personas, a tus vicios en el celular, al viento.

Te pedí me acompañaras a visitar el cementerio y nos perdí en el trayecto. Mágicamente llegamos y me dirigí al mausoleo de mis ancestros. Recordé ese matrimonio que marco a toda mi familia y la más grande figura de amor que he conocido. Me sentí culpable por las cosas que no hice, por las decisiones que tomé, ya sabes cuánto me gusta arrastrar mi pasado clavado a mi piel con clavos y cadenas. Disfrute del silencio del recuerdo del llanto de los vivos que habita en ese lugar. Observe un enjambre de avispas juguetear entre las flores y escuche tu absoluto mutismo. Abandonamos el sitio con mi garganta seca por anudarse y desenrollarse repetidas veces. Volvimos al parque y nos sentamos junto a la fuente y aun evangelista sin audiencia. Te conté como mi padre solía hacerlo cuando era joven y me pregunté si él había tenido audiencia. Mi padre que sabe hablar, pero no escuchar sin nadie que lo escuche. ¿Es eso posible? A mí me pareció inconcebible. Compre un cigarro a un niño y nos cambiamos de sitio para no contaminar a la pareja que se sentó a nuestro lado con mis vicios.

Me burle de una señorita que se sentaba con gracia forzada junto a su novio, pero bostezaba como un hipopótamo con insomnio de una semana. Me reí de un niño persiguiendo a las palomas con su lagartija de juguete y pensé en los hijos que algún día quise criar y que ahora no se si podría si quiera mantener. Quise tomar tu mano, pero cometí el error de voltear a ver tu cara. Perdida, vagando entre las personas. Me llené de valor y te hice tres preguntas. Primero pregunte que creías. No me entendiste, así que te pregunte más directamente. ¿Es esta una mala época para nosotros o sencillamente ya no funcionamos? ¿o acaso soy yo el que está loco? Te reíste y me dijiste que estoy loco. Me reí y te respondí que lo sé, que todos estamos jodidamente desquiciados, pero esta vez no hablaba de ese tipo de locura.

Me respondiste con tu frase favorita, cuyo autor, sea quien sea, maldeciré toda la vida. Me respondiste esas dos palabras que son tu lema y tu canción. No se me dijiste y yo supe que la conversación había muerto. Tus piernas comenzaron a temblar, inquietas como cuando te conocí. Tus brazos se cruzaron en un gesto de inseguridad y tu cuello se tensó en un gesto de inconformidad. Te caracterice lo tenso, inseguro e inquieto que te mirabas. Disimulaste esos gestos que tan naturales se te ven. Te pregunte qué era lo que querías.

Me explicaste como querías regresar a estudiar; como querías dejar ese trabajo que te está matando, pero sabes que no puedes dejar; y como conseguir otro trabajo solventaría todo lo demás. Me explicaste que crees que todo lo demás se arreglaría de esa manera. como eso permitiría que tú y yo nos viéramos más, como eso repararía lo que sea que se rompió entre nosotros. ¿significa eso que aún me quieres? ¿significa que aun estas luchando por nosotros? ¿significa que aun soy parte del futuro para ti?

Al final pregunte que, a tu parecer, quien había cambiado primero, tu o yo. De nuevo, me llenaste de insatisfacción con tu clásica respuesta de dos palabras. Decidí, que quería comer y caminé al restaurante de comida rápida más próximo. Pedí una hamburguesa y tú no quisiste nada. Me senté a observar las grasientas papas de mi orden y tú a observar la pantalla de tu celular. Tan discretamente como pude te dije cuanto odio que tengas el celular en la mano cuando estás conmigo. Mis papas desaparecieron en mi boca, al igual que las palabras se acabaron de la tuya. Busque tus ojos e intentaste sonreírme. Me lanzaste un beso desde donde estabas y yo no pude responder. Te pedí que no lo hicieras y gire la mirada hacia la calle. Me pediste que te viera y te pedí que no lo hicieras. Que me dolía verte hacerlo.

Esas cosas, que antes me parecían tan lindas, ahora solo me producen incertidumbre y para mí el no saber, duele más que cualquier áspera certeza. Ahora yo busqué tu mirada y solo encontré un rostro inexpresivo y unas cejas arqueadas, como preguntándome que buscaba allí. Me quede perdido un rato en tus ojos y te enumere las únicas tres cosas tiernas que tienes. Tus ojos, que tanto me gustan, siempre con esa tonalidad de tristeza impregnada en las pupilas. Tus orejas, diminutas y perpendiculares a tu rostro con forma de diamante. La última de las tres, no estaba para verla y había perdido la cuenta, de cuantos meses llevaba sin verla. Esa leve sonrisa nerviosa y la manera en que tu mirada huía nerviosa cuando yo te veía fijamente y te sonreía. Esa particular expresión que pones cuando te azareas, que fue de lo primero que me enamoré cuando te conocí.

Termine de comer mi hamburguesa y tu silencio. Nos levantamos y salimos, en busca de mi carro. Compré otro cigarro para trayecto y comencé a caminar intentando averiguar donde había estacionado. Estuve una hora deambulando entre las calles, a pasos rápidos, casi un trote, angustiado. Tú te mantuviste a mi espalda, sin decir una palabra. Quise varias veces que te fueras, que me dejaras, pero te quedaste. Me acompañaste hasta que lo encontré, de la misma forma en que te has quedado todos estos días, a pesar de todo, a pesar de lo perdido que estoy. Conduje hacia la salida de la ciudad, donde tomarías tu autobús y yo saldría hacia mi casa. Me besaste los labios, me besaste la frente, me besaste la mejilla. Te despedí con la voz quebrada y te observé por el retrovisor mientras seguía conduciendo. Y me fui, entre los árboles y la luz filtrada de la carretera, preguntándome si dejaste días atrás, si es hoy que lo dejas o si aún no ha llegado el día que dejaras de quererme. Y conduje hacia mi casa con la única certeza, de que sin importar lo inseguro que puedo llegar a ser, nunca podre dejar de amarte y de quererte y de esperarte.

3 months ago
The Shape Of This Guy's Feet Is Phenomenal 👀

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2 years ago

*El diablo toco la puerta*

Debo confesar que si sentí la punzada dolorosa con tu partida, fría y localizada, pero está vez la cuchilla no se forjo con ausencia, fue forjada con el final del juego que no quería abandonar. La partida que disfrute desde el inicio, que me permitió desplegar todas mis piezas en el tablero. Se adelantó el final con un golpe fugaz, con un descuido. Cuando te marchaste y el punzante dolor cedio, no hubo espacio para la ausencia, solo para un incómodo aburrimiento. Estábamos en la habitación mi aburrimiento, mi diablo y yo. Siempre he seguido las enseñanzas de mi mentor platónico, Oscar Finegan Wilde, cuando dijo "lo único peor que hablen mal de uno, es que no tengan absolutamente nada que decir".

*El Diablo Toco La Puerta*

Lealtad al carácter le quiero llamar, al talento de saber representar el papel que te toca en cada etapa de la vida y amar hacerlo. A todos nós llega el turno de ser el villano en la historia de alguien más y yo quiero ser un villano memorable. Con motivos, con principios, con un carisma que te lleva a amar odiarlos. Quiero ser un villano tan espectacular que lo único que quede al final de mi venganza sea mi perfecto acto de redención para convertirme, no nuevamente en el héroe caído que un día fue, sino en el antiheroe perfectamente balanceado entre la nobleza de su cruzada angelical y sus propios demonios internos.

Ya fui en la vida refugio de invierno y la experiencia solo me dejó con muros desgastados y las puertas agrietadas. Vacío y lleno de escarcha.

Ya fui en la vida terapeuta de rotos y descosidos, y la experiencia me dejo con los hilos halados y el esqueleto fracturado.

Ya fui en la vida cementerio abnegado y la experiencia me dejo lleno de tumbas olvidadas que ya solo yo visito y mausoleos decorados con ramos de flores marchitas.

Por eso, está vez, cuando el diablo toco la puerta, le abrí sin titubear, lo senté en el sofá y le servi un te frío, para el calor tan infernal. Comenzamos a conversar, mi diablo y yo, sobre la entropia que recorre mis venas, la paz que añora mi corazón y negociamos armonía para finalmente dejarme llegar a ser el ángel de alas negras que siempre ha estado destinado a ocupar el reflejo de mi alma.

9 months ago

La frustración de que no te den la oportunidad ni si quiera de fracasar. Ni tan solo eso. Nada.

8 years ago

Amor completo

Graba con fuego en tu alma mis palabras, que si no consigo marcarte de por vida todo será una pérdida de tiempo. toma mi nombre y ponle derechos de autoría si deseas, pero grítalo al viento hasta que te escuche, que no me conformare con ser un susurro entre tus labios. Quiero ser un grito de euforia a mitad del día, que espante a las aves y despierte la expectación. Una llamada de atención al destino, que se entere que ha perdido su independencia. Tómame de la mano hasta que nos duelan los huesos. Con tal fuerza que ya no sepas diferenciar entre tus dedos y los míos. No me aburras con charlas sobre el tráfico y la cotidianidad. Cuéntame de aquel amigo imaginario que no pudiste olvidar y de esa pesadilla que aun te hace temblar. Bésame hasta que los labios se resequen y nos sangre la boca. Déjame ver toda tu gama de colores emocional. No me conformo con verte desbordante de incontenible felicidad. Exijo verte ahogándote de tanto llorar y a tu corazón ardiendo de tanta furia. No me importa recibir el conjunto holístico de tus demonios, mientras me cubras con tus alas cuando el cielo este gris y tenga miedo de enfrentar a los míos. Quiero que seas mi pecado capital personal, ese que me dé la absolución absoluta. No quiero tu cielo si no me das también tu infierno, ni quiero tu absoluta confianza si no me darás tus celos sin sentido. Cúbreme de tus miedos cada vez que des tus esperanzas, los guardare juntos y forjare un camino con ellos. quiero bailar contigo, aunque no sepa bailar. No me basta con ser tu novio, quiero ser también tu amante. Quiero sesiones de sexo animal por las noches y madrugadas abrazados tiernamente. Quiero despertarte al amanecer para animarte a seguir un día más. Quiero esperarte al atardecer para felicitarte por cada paso que hallas dado. Dame la totalidad de tu vida y complementa tus carencias con la mía. Que esto será un romance de jóvenes en verano y un matrimonio viejo en los inviernos. Quiero que te vuelvas la rutina que cambia todos los días. Si vas a amarme que sea así como yo te amo, en la totalidad de sus aspectos y en cada una de sus facetas. Inhala mi amor, exhala tu dolor y dejemos que la vida se alborote a nuestro alrededor. Déjala que gire, que se revuelque, que nos arroje a todos los agujeros que le queden, que te amare con tal fuerza que no le quedara más alternativa que ajustarse a nuestro ritmo y seguirnos el paso.

Atte. Apolo

F_ʝ���

9 years ago

Carta de los 20 días. (fragmento)

'Te conté cuanto me gustaba armar cosas. Tu me dijiste que para ti era difícil. Respondi que no importaba, que contigo cualquier cosa era mejor y que mejor armaramos... Y corte la frase, por miedo a tu reacción, por miedo a ir muy rápido. Insististe en que la completará. Entonces añadí "una linda relación". Me respondiste que estabas de acuerdo, que la idea te encantaba. Yo sonreí y me quede viendo al techo, sabiendo que te había mentido, porque lo que realmente quiero armar, es una vida contigo. Así de seguro estoy de lo que siento y eso me aterra, porque la decisión no es solamente mía.'

9 years ago

20 days letter. (fragment)

I told you how much I like to build things. You said that it is hard for you. I replied that it didn't mattered, that with you anything it's better and instead we should build a... And I cut the phrase, because I was afraid about your reaction, about going to fast. You insisted me to finish it. So I added "a beautiful relationship". You answered that you agreed, that you loved the idea. I smiled, looking at the ceiling, knowing I had lied, cause what I really want to build is a life with you. That's how sure I am from what I feel and it frightens me, because the decision isn't only mine.

Sucinto

Fuiste un remolino de viento en medio de una caminata de verano.

El sereno frío de una mañana neblinosa y la primer estocada de dolor de una aguja de tatuador . El primer sorbo de café después de una noche de insomnio.

Fuiste un Extended play a medio camino para ser album de estudio. Un interludio en la obra maestra de Dios en mi vida.

Fuiste un beso de mi madre al despertar por la mañana.

Tuviste la magia de todo lo breve y limitado. Demasiado sucinto para llegar a hacerme sufrir.

Solo puedo recordarte como un cortometraje de felicidad en mi compendio fílmico autobiográfico.

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  • mrs-grey5
    mrs-grey5 liked this · 1 year ago
  • camaleondeplastilina
    camaleondeplastilina reblogged this · 1 year ago
camaleondeplastilina - Superposición emocional
Superposición emocional

Pensamientos nocturnos y cosas por el estilo. Javier/Bipolar/SaberQueSexual pero sexual/Causipoeta

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