I told you how much I like to build things. You said that it is hard for you. I replied that it didn't mattered, that with you anything it's better and instead we should build a... And I cut the phrase, because I was afraid about your reaction, about going to fast. You insisted me to finish it. So I added "a beautiful relationship". You answered that you agreed, that you loved the idea. I smiled, looking at the ceiling, knowing I had lied, cause what I really want to build is a life with you. That's how sure I am from what I feel and it frightens me, because the decision isn't only mine.
Me encontré, varado, de pie, en una estación sin tren. En mi mano un boleto para una ciudad que no existe. A mi lado una maleta, llena de esperanzas muertas, que he acumulado a lo largo de estos años. Escucho el murmullo de una banda sin ritmo, al que baila un conjunto descoordinado. Observo sus tambaleantes pasos al compás de instrumentos discordantes, mientras la desafinada voz del cantante recita letras deprimentes. Y allí estoy yo, con un gato que ya no maúlla entre los pies, preguntando si tomar la ruta de ida o de regreso. De regreso a un hogar que ya no está allí o de ida a la incertidumbre del camino. Si me quedo, me cubriré de polvo y mi corazón de telarañas. Si me voy, es incierto si llegare. Cuando lo único que puedes perder es el miedo, lo único a lo que te arriesgas es a no ganar nada. ¿Cómo decides entre la seguridad de no tener nada y la incertidumbre de poder tenerlo todo? Me siento embriagado, más que los hombres de la caótica coreografía, embriagado de ilusiones que me dejan un mal sabor de boca. Mis ojos lloran, por las cenizas de flotan en el aire, de mis tantos planes que ardieron en la más cruel de las realidades. Mis manos tiemblan, por el frio viento que se lleva mis suspiros, todas aquellas palabras que no tuve la fuerza de decir. Pero no quiero y rehusó a seguir estancado en esta estación. Observando esta ridícula actuación de monotonía. Estos intentos fallidos de salir de una rutina. De escapar del vacío pozo de la vida que hemos excavado con las uñas. Me rehusó a seguir comiéndome las ganas de vivir. A lamentarme por los errores que no me atreví a cometer. Construiré con mis manos los rieles y aprenderé a montar bicicleta para recorrerlos. Llegare a un desierto en la frontera y fundare desde los cimientos la ciudad en que hare realidad mis sueño plantare las esperanzas que cargo en la maleta y las regare con mis lágrimas de dolor, hasta que sean satisfacción. Y las veré crecer, altas como un pino y fuertes como un roble, verdes como un bosque y tan amplias que darán espacio a mi imaginación. Y soñare, formando nubes con mi aliento y reiré, oyendo la música de mi alegría. Viviré, así me arriesgue a perderlo todo y buscare, amar y ser amado. Y el gato volverá a maullar, y el tren volverá a transitar. Veré a los hombres estar sobrios y a los músicos afinar sus instrumentos. Veré a mi amor sonreírle al firmamento y tomare su mano, disfrutando del camino aunque este perdido.
Atte. Apolo
Cuando muera sepultenme:
Con mi poema de Rimbaud
Para darme valor en el camino
Y mi álbum de Dan Reynolds
Para hacerme sentir comprendido
Con una cajetilla de Marlboro rojo
Para los días de nostalgia
Y una onza de sativa
Para las noches sin fragancia
Una botella de Carolina Herrera
Para sentir cerca a mi padre
Y un estuche de bolígrafos morados
Para pensar en mi madre
Mi baraja de tarot
En la bolsa azul que tejio mi abuela
Un par de guayabas
Del árbol que plantó mi abuelo
El control de la consola
Que compartía con mi hermano
Y el libro de mandalas
Que coloreaba con mi hermana
El peluche de pingüino
Que me regaló mi mejor amigo
Y una copia de la pelicula
Con la que llore con el que ya no está conmigo
La foto enmarcada de la tarde
En qué mi amor fue a buscarme
Y el primer poema que escribi
Cuando supe que no podría escaparme
Son pocas las cosas que amo
Que me hacen feliz cuando estoy roto
Entendí que el problema no es que te cedi en cada aspecto de mi vida. El problema fue que no exigi lo mismo a cambio.
Tan egocéntrico soy, que sonrió de saber que alguien me lee. Siempre.
No quiero sentirme solo
Nunca más
Nunca más
La realidad que me cuesta aceptar es que soy debil y un tonto, la verdad que me empeño en olvidar es esa. Soy fragil y particularmente insensato. Porque mis recuerdos, son los de un joven, cuya vida no ha sido sencilla, pero lo ha moldeado con manos toscas. Mi intelecto es el de alguien sin generación, con un hambre que lo hace crecer seis veces mas rápido de lo que envejezco. Mi ambición es la de un hombre obstinado, en el punto de equilibrio perfecto, entre la mente soñadora juvenil y la madurez planificadora del adulto. Mi expresión es la de un caballero, entrado en suficientes años como para saber moverse con sobriedad y delicadeza, sin dejar de ser contundente con lo que quiere decir. Mis impulsos, son los de alguien que ha vivido durante años, sin envejecer un solo día, cambiando de vicios y aficiones con cada nueva estación del año. Pero mi corazón es el de un niño, fragil, debil, temeroso y aun asi, esperanzado. Con una tendencia a ilusionarse con las mas simples de las palabras. Necesitando solo de sentir sinceridad en la voz de quien las dice, aunque puedan ser una gran mentira. Es por eso que soy debil y un tonto, porque no importa cuan viejo pueda sentirme y cuan maduro pueda ser en todos mis aspectos, mientras mi corazón sea un niño, solo necesitas dominar mis emociones para controlar mis sentidos y que yo caiga rendido ante tu voluntad. Atte. Apolo.
¿Alguna vez has visto al cielo, al errático movimiento de las nubes, lento y agraciado, intentando interpretar sus intenciones y llegando a la única conclusión, de que jamás podrás entenderlas? Así me siento cuando estoy contigo. Como si pudiera pasar durante horas, volviendo día tras día, por muchas semanas, a lo largo de muchos meses, con el pasar de muchos años y jamás podría entenderte. Esa extraña sensación que me recorre, cuando pienso en la enorme libertad que tienes. Porque lo eres, al menos conmigo, eres libre de ser lo que quieras y hacer lo que quieras, mientras sea lo que tú quieres. En verdad eres libre y esa libertad me resulta abrumadora. No es que te tema, le temo a lo que puedo llegar a sentir, pero he llegado a hacerme amigo del miedo. Cuando me siento en su compañía, frente a un café y el humo de mi cigarro, lo veo a los ojos y juego a las apuestas con él, para ver quien tendrá la razón al final del trayecto. Te podría decir, que no me preocupa que te marches. Que he visto tantas veces partir a las personas, que he tenido que decir adiós tantas veces y muchas otras me he quedado con las ganas de decirlo, que incontables veces he vuelto la mirada para descubrir que quien estaba se ha desvanecido. Te podría decir que estoy tranquilo disfrutando del tiempo que nos toque convivir, que he madurado y que sé que las personas tienen un tiempo de bendición en nuestras vidas, que cuando ese tiempo se acaba deben marcharse, pero todo eso sería una gran mentira. Hay un nudo en mi garganta cuando piense en el día en que ya no estarás al otro lado del cristal. Cuando pienso en el día en que ya no sentiré tu lejana presencia. Por eso evito el pensamiento, para no preocuparme por el final y solo disfrutar del viaje. Porque por extraño que parezca, aun cuando estamos en silencio, apartados el uno del otro, sé que estas allí y eso, de alguna forma, me reconforta. Quisiera que me vieras llorar para que sepas que soy tan humano como tú. Quisiera ver tus lágrimas para saber que no me equivoco. Quiero que tomes un martillo o un mazo, si prefieres usar tus manos no importa, y derribes cada una de las murallas que he levantado alrededor de mi alma, con las que he construido un laberinto, del cual todos pueden salir, pero pocas personas han conseguido entrar sin perderse entre los jeroglíficos que dibuje en las paredes. Quiero que tomes cada uno de mis miedos y los tritures con tus largos dedos. Quiero que tomes mis esperanzas e ilusiones y las tritures con la fuerza de tus propias pasiones. Quiero ver como pasas sobre mis sueños con paso de conquista y lo aplastas. Quiero ver como destruyes mi intangible corazón. Ese corazón que no es más que un espectro; un niño fúnebre sentado sobre su propia tumba, cavada con los huesos de amores perdidos. Quiero que tomes mi mano y desmorones mis defensas. Que desquebrajes cada una de mis convicciones. Que me demuestres que me equivoco y el mundo no está plagado de egoísmo y rencor. Táchame de loco si eso le da sentido a mis palabras o llámame un niño si eso te sirve para tomar una decisión sobre mí. Parecerá contradictorio la manera en la que te ruego que termines de lacerarme o me sanes de mis heridas, pero es que no me importa lo que hagas, solo quiero que lo hagas. La verdad es que no sé quién eres y aun así siento que te conozco. La realidad es que no sabes todo lo que escondo, porque has visto esbozos de mis rostros. De los seis rostros taciturnos que se sientan alrededor de una mesa hexagonal, intentando decidir si avanzar o girarse y volver atrás. Si te pido mucho, no hagas nada. Si sientes que no vale la pena, solo vuelve sobre tus pasos. Pero hagas lo que hagas la decisión ya está tomada. Serás tú, quien romperá lo que hay en mí. Ya sean mis miedos y decepciones o lo que queda de lo que alguna vez fueron sentimientos y emociones tan hermosas. Solo quiero que lo hagas. Que me tomes y me veas a los ojos. Que sonrías y estés convencido que no quiero hacerte daño. Que me rompas y me marques con tus dedos. Que me cambies para siempre y yo te haga sentir vivo.
Atte. Apolo.
Quizá si pudiera
desarmar mi historia
Y reordenar el mosaico
De todos mis traumas
Encontraría el trayecto
Que discurre desde la locura
Pasa por el genio
Y llega al éxito
Anoche tuve una epifanía emocional. De esas que te golpean de madrugada, que te hacen sentarte en la cama viendo al vacío. Anoche volví a entender esas pequeñas cosas a las que las personas no les dan relevancia, pero que a mí me resultan tan trascendentales. Anoche entendí que no quiero ceder mi lado de la cama y que en este punto de mi vida, mi lado de la cama es la cama entera. Que me gusta acostarme viendo a la ventana cuando me siento soñador y darle la espalda cuando me siento solo. No me molestan las caricias en mi espalda o los abrazos que te dejan sin aliento, pero quiero el espacio para estirar la totalidad de mi alma y contorsionarme.
Anoche entendí que no quiero hablar de mañana, porque entre el ayer que me sofocaba y el hoy que me mantiene en movimiento tengo suficiente fricción. Que quiero guardar mis mañanas para mí, para cuando vuelva a tener sueños con los que llenarlos. Entendí que no estoy solo porque sea mi destino estarlo, que estoy solo porque necesito estarlo. Que cuando la soledad comience a hacerse pesada puedo abrazarme fuerte y no soltarme, que cuando se haga inmensa tengo a mi alcance la luminosidad de aquellas personas que han aprendido a querer toda esta tormenta que cargo dentro.
Y no quiero promesas de amor, que siempre me las paro cumpliendo yo. Que me prometieron llevarme al lago y me lo tuve que presentar yo. Que me prometieron nunca dejarme solo y la compañía ahora me la hago yo. Que me prometieron por siempre amarme y el que toma la decisión diaria de darme amor soy yo.
Es que hasta hablar de amor se me hace demasiado grande. Porque pase tantos años de mi vida dedicándome a amar a otros, explotando las capacidades de mi corazón, siendo un completo ignorante. Porque ahora entiendo bien que nunca he entendido lo que es el amor, porque si no puedo ver las razones para amarme, mucho menos puedo repartir apropiadamente todo ese amor con que me lleno el alma.
Ahora el adiós, que tanto miedo me daba, se ha convertido en mi palabra favorita. Porque lo que siempre vi pintado con el poder de dar finales, ahora entiendo como la palabra cargada con el poder de dar nuevos comienzos.
Y no quiero ceder mis tardes con café y cigarro en mano.
No quiero ceder mi voluntad propia de elegir con quien comparto mí tiempo y mi espacio.
No quiero ceder mi autonomía y tampoco quiero ceder mi espacio en la cama.
Que la cama es mía, que el cuerpo es mío, que el corazón es mío, que el amor es para mí. Que el futuro vendrá y lo dejare llegar, porque cuando lo haga sé que estaré lleno de amor para mí. Pero por ahora, solo quiero fluir, respirar, existir. Por ahora solo quiero disfrutar del poder escoger que lado quiero ocupar en mi cama.
-Apolo (pero en realidad es Javier)-
Pensamientos nocturnos y cosas por el estilo. Javier/Bipolar/SaberQueSexual pero sexual/Causipoeta
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