Yogurt Griego

Yogurt griego

Pregúntame si estoy enamorado

Mientras te muerdes el labio y deslizas tus dedos por el interior de mi muslo. Pregúntame si estoy enamorado mientras conduces y las canciones que parecen profecías sobre nosotros suenan en el radio de tu automóvil. Pregúntame si estoy enamorado con tu sonrisa en la cara, esa que me despoja de cualquier armadura que haya construido y me hace querer penetrar con mi cráneo en tu pecho para sumergirme en la tibia luz de tu alma.

Pregúntame si estoy enamorado sin verme a la cara, con la sombra del miedo en los ojos, junto al lunar de tu escalera, y ese tremor fino en tus manos, de cuando sientes que el mundo y tus fantasmas te persiguen y yi solo quisiera blindarme de amor para hacerte sentir seguro.

Que no, que no estás solo.

Que si, que si te cuidaré.

Que estoy enamorado de tí.

Pero preguntame una vez más, con un cigarrillo en la mano, que en este momento nada me da más placer que romper tu realidad y responderte con actos estruendosos pero sin una sola palabra, cuan enamorado estoy de ti.

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3 months ago

Nerd gives a footjob to a bottle!

8 years ago

¿Dejaste, dejas o dejaras?

Desperté esta mañana, con miedo de abrir los ojos. Me desperté con el miedo de no saber de ti. Me desperté sin ganas de despertar, sin ganas de continuar fingiendo. Me desperté y supe que este era mi punto de quiebre. No quise ponerme los audífonos, por miedo a encontrar esas canciones que me hacen pensar en ti, que me hacen pensar en nosotros. Esas que últimamente solo consiguen hacerme sentir nostalgia. Me puse de pie y repasé lo que sabía. Hoy te vería, eso lo sabía. Tenía que bañarme, eso también lo sabía. Deje que el agua fría terminara de quitarme el sueño y que el silencio terminara de quitarme los sentimientos. Abrí el ropero y observé el espacio vacío. ¿Debía vestirme bien para dejarte o para que me dejes? ¿debía vestirme mal para dejarte o para que me dejes? ¿Me dejarías tu o te dejaría yo? Quizá no pasaría nada y quizá, me estaba vistiendo por nada. Quizá me levante por nada y mejor debería seguir durmiendo o quizá mejor debería dejar de pensarlo tanto y tomar lo primero que alcanzara.

Tome la playera más cómoda que pudiera encontrar. Lisa y azul, como el cielo esa tarde. Tome el pantalón más neutro que pudiera encontrar. Gris y ondulante, como las nubes esa tarde. No quise verme en el espejo, por temor a encontrar allí aquello que había hecho que dejaras de quererme o que sencillamente impidió que llegaras a hacerlo. Quizá fueron mis escuálidas muñecas o la línea en la mitad del puente de mi nariz. Quizá fueron mis uñas a medio comer o la deformidad del tercer dedo de mi pie derecho. No importaba, ya conocías demasiado bien mi cuerpo como para esconder algo de eso. Recuerdo esa última mañana que pasamos en una tina de la habitación de un auto hotel, en que estudie cada esquina de tu cuerpo con las manos, intentando grabarme sus líneas y sus ángulos, mientras tu dormías en la tibieza del agua burbujeante.

Recogí tus cosas. Los episodios que grabe para que te entretuvieras mientras trabajabas y que jamás te entregue. El suéter que me diste para tener cerca tu olor cuando te extrañara que mi madre lavo y jamás volví a pedirte que impregnaras de ti. El cable que dejaste en mi carro cuando cargaste tu celular para seguir jugando a eso que juegas cuando yo te hablo y tú me ignoras. Por ultimo aparte el caramelo que mi hermana dulcemente me dejo para ti. Repasé una vez más la ruta a nuestro encuentro y salí de mi casa. Encendí el carro y apagué el radio. Quería escuchar el viento sobre el ronroneo del motor de mi automóvil, mientras me alejaba por la carretera hacia la ciudad. Aparqué en una calle perdida y comencé a caminar, buscándote entre callejones y callejuelas. Tu intentaste guiarme por teléfono y te reías de mi falta de sentido de la ubicación. Tengo esa tendencia a perderme en entre las calles, tanto como en las palabras.

Cuando finalmente di contigo, estas en una esquina, con el celular en la mano, buscándome en la dirección equivocada. Tenías una de esas camisas azul oscuro que tanto me gusta que te pongas. Tenías esa pose que siempre pones cuando te inquietas, con la mano en el bolsillo, el cuello rígido y los hombros hasta las orejas. Paso a tu lado una hermosa chica de silueta sensual, curvada como el rio y la piel bronceada, dorada como el rio. No me notaste hasta que me tenías a centímetros de un beso. Te reíste y ambos nos detuvimos, estorbando el paso de los transeúntes. Caminamos hasta el parque y te hice dar vueltas por los puestos de libros usados. Ya sabes cuánto disfruto de los libros viejos, que cuentan más historias que las que tienen escritas. Encontramos una banca y yo comencé con antojos de algo dulce. Estaba embarazado de mi ansiedad y tenía las náuseas y los antojos del primer trimestre. Algodón de azúcar de colores o helado con sabor artificial. Mejor tus ojos, viendo cualquier otra cosa que no fuera yo. A las personas, a tus vicios en el celular, al viento.

Te pedí me acompañaras a visitar el cementerio y nos perdí en el trayecto. Mágicamente llegamos y me dirigí al mausoleo de mis ancestros. Recordé ese matrimonio que marco a toda mi familia y la más grande figura de amor que he conocido. Me sentí culpable por las cosas que no hice, por las decisiones que tomé, ya sabes cuánto me gusta arrastrar mi pasado clavado a mi piel con clavos y cadenas. Disfrute del silencio del recuerdo del llanto de los vivos que habita en ese lugar. Observe un enjambre de avispas juguetear entre las flores y escuche tu absoluto mutismo. Abandonamos el sitio con mi garganta seca por anudarse y desenrollarse repetidas veces. Volvimos al parque y nos sentamos junto a la fuente y aun evangelista sin audiencia. Te conté como mi padre solía hacerlo cuando era joven y me pregunté si él había tenido audiencia. Mi padre que sabe hablar, pero no escuchar sin nadie que lo escuche. ¿Es eso posible? A mí me pareció inconcebible. Compre un cigarro a un niño y nos cambiamos de sitio para no contaminar a la pareja que se sentó a nuestro lado con mis vicios.

Me burle de una señorita que se sentaba con gracia forzada junto a su novio, pero bostezaba como un hipopótamo con insomnio de una semana. Me reí de un niño persiguiendo a las palomas con su lagartija de juguete y pensé en los hijos que algún día quise criar y que ahora no se si podría si quiera mantener. Quise tomar tu mano, pero cometí el error de voltear a ver tu cara. Perdida, vagando entre las personas. Me llené de valor y te hice tres preguntas. Primero pregunte que creías. No me entendiste, así que te pregunte más directamente. ¿Es esta una mala época para nosotros o sencillamente ya no funcionamos? ¿o acaso soy yo el que está loco? Te reíste y me dijiste que estoy loco. Me reí y te respondí que lo sé, que todos estamos jodidamente desquiciados, pero esta vez no hablaba de ese tipo de locura.

Me respondiste con tu frase favorita, cuyo autor, sea quien sea, maldeciré toda la vida. Me respondiste esas dos palabras que son tu lema y tu canción. No se me dijiste y yo supe que la conversación había muerto. Tus piernas comenzaron a temblar, inquietas como cuando te conocí. Tus brazos se cruzaron en un gesto de inseguridad y tu cuello se tensó en un gesto de inconformidad. Te caracterice lo tenso, inseguro e inquieto que te mirabas. Disimulaste esos gestos que tan naturales se te ven. Te pregunte qué era lo que querías.

Me explicaste como querías regresar a estudiar; como querías dejar ese trabajo que te está matando, pero sabes que no puedes dejar; y como conseguir otro trabajo solventaría todo lo demás. Me explicaste que crees que todo lo demás se arreglaría de esa manera. como eso permitiría que tú y yo nos viéramos más, como eso repararía lo que sea que se rompió entre nosotros. ¿significa eso que aún me quieres? ¿significa que aun estas luchando por nosotros? ¿significa que aun soy parte del futuro para ti?

Al final pregunte que, a tu parecer, quien había cambiado primero, tu o yo. De nuevo, me llenaste de insatisfacción con tu clásica respuesta de dos palabras. Decidí, que quería comer y caminé al restaurante de comida rápida más próximo. Pedí una hamburguesa y tú no quisiste nada. Me senté a observar las grasientas papas de mi orden y tú a observar la pantalla de tu celular. Tan discretamente como pude te dije cuanto odio que tengas el celular en la mano cuando estás conmigo. Mis papas desaparecieron en mi boca, al igual que las palabras se acabaron de la tuya. Busque tus ojos e intentaste sonreírme. Me lanzaste un beso desde donde estabas y yo no pude responder. Te pedí que no lo hicieras y gire la mirada hacia la calle. Me pediste que te viera y te pedí que no lo hicieras. Que me dolía verte hacerlo.

Esas cosas, que antes me parecían tan lindas, ahora solo me producen incertidumbre y para mí el no saber, duele más que cualquier áspera certeza. Ahora yo busqué tu mirada y solo encontré un rostro inexpresivo y unas cejas arqueadas, como preguntándome que buscaba allí. Me quede perdido un rato en tus ojos y te enumere las únicas tres cosas tiernas que tienes. Tus ojos, que tanto me gustan, siempre con esa tonalidad de tristeza impregnada en las pupilas. Tus orejas, diminutas y perpendiculares a tu rostro con forma de diamante. La última de las tres, no estaba para verla y había perdido la cuenta, de cuantos meses llevaba sin verla. Esa leve sonrisa nerviosa y la manera en que tu mirada huía nerviosa cuando yo te veía fijamente y te sonreía. Esa particular expresión que pones cuando te azareas, que fue de lo primero que me enamoré cuando te conocí.

Termine de comer mi hamburguesa y tu silencio. Nos levantamos y salimos, en busca de mi carro. Compré otro cigarro para trayecto y comencé a caminar intentando averiguar donde había estacionado. Estuve una hora deambulando entre las calles, a pasos rápidos, casi un trote, angustiado. Tú te mantuviste a mi espalda, sin decir una palabra. Quise varias veces que te fueras, que me dejaras, pero te quedaste. Me acompañaste hasta que lo encontré, de la misma forma en que te has quedado todos estos días, a pesar de todo, a pesar de lo perdido que estoy. Conduje hacia la salida de la ciudad, donde tomarías tu autobús y yo saldría hacia mi casa. Me besaste los labios, me besaste la frente, me besaste la mejilla. Te despedí con la voz quebrada y te observé por el retrovisor mientras seguía conduciendo. Y me fui, entre los árboles y la luz filtrada de la carretera, preguntándome si dejaste días atrás, si es hoy que lo dejas o si aún no ha llegado el día que dejaras de quererme. Y conduje hacia mi casa con la única certeza, de que sin importar lo inseguro que puedo llegar a ser, nunca podre dejar de amarte y de quererte y de esperarte.

9 years ago

20 days letter. (fragment)

I told you how much I like to build things. You said that it is hard for you. I replied that it didn't mattered, that with you anything it's better and instead we should build a... And I cut the phrase, because I was afraid about your reaction, about going to fast. You insisted me to finish it. So I added "a beautiful relationship". You answered that you agreed, that you loved the idea. I smiled, looking at the ceiling, knowing I had lied, cause what I really want to build is a life with you. That's how sure I am from what I feel and it frightens me, because the decision isn't only mine.

8 years ago

¿Bailarías conmigo?

Lustra tus zapatos y desempolva aquel viejo traje que usaste el día en que te graduaste. Ciérrate la camisa hasta el cuello y anúdate una corbata como si fueras a suicidarte con ella, porque esta es tu sentencia de muerte cariño. Aplícate una fragancia que oculte la esencia del miedo de tu piel y maquilla los moretones de tu rostro, que no podemos dejar que vean nuestra fragilidad. Procura que el color de tu camisa combine con el de mi corbata y el de tu alma con el de la mía. Recógeme a las diez en la puerta de mi casa, que estoy cansado de llegar temprano a la vida de los demás y suficientemente tarde llegaste tú a la mía. Cubramos nuestras caras con máscaras de porcelana como acostumbramos, pero mírame a los ojos y ten la certeza de que nunca podrían mentirte. Tómame de la mano y deja que se rompan las cervicales al intentar girar sus cabezas para vernos. Que murmuren a nuestra espalda y que sonrían en nuestra cara. Entremos al gran salón y sentémonos en al margen de la fiesta, en una esquina vacía junto a la mesa de las bebidas, que ya sabes que socializar no es mi fuerte y dialogar no es mi pasatiempo favorito. Sírveme una copa y déjame encenderte un cigarro. Ahora obsérvalos bailar, velos danzar para nosotros. mira cómo se coordinan en una coreografía tan perfecta que resulta innatural. Escucha la melodía tan estruendosa que la orquesta preparo para esta noche. Velos directo al rostro enmascarado, pero ignora sus falsas expresiones. Vigila sus ojos en cambio, vigila sus manos. Deja que el alcohol de mi copa suavice mis sentidos y el humo del tabaco adormezca mis pensamientos. Déjame a mi calmar las ansias que se comen tu mente y los temores que se acurrucan en tu corazón. Deja a mis dedos deslizarse entre los tuyos hasta que sienta que nuestro nudo es firme, fuerte como para soportarnos a los dos y a la vez delicado como para no lastimar nuestras manos. Déjame llevarte al centro de la pista, pero dirígeme que ya te he dicho que al bailar soy más torpe que al hablar. Déjalos a ellos fingir un aplauso al vernos movernos. Deja que finjan su risa y su ovación. Tu finge que no temes a nada y yo fingiré que ya nada me duele; pero veme, te insisto, justo a los ojos y no pierdas mi mirada. Deja que se unan, que bailen a nuestro alrededor. Déjalos que se acerquen y apartémonos con un giro. Esta es nuestra noche y mañana, mañana amor mío nos espera nuestra vida. obsérvalos bailar y fingir y mentir. Tu y yo encarguémonos de luchar, de seguir y de amar. Ve, amor mío, el vals que la vida preparo para nosotros, para que busquemos amigos entre una multitud de falsos rostros. Escucha amor mío la sinfonía que escribió para nosotros, llena de dulces tonadas de tristeza, hermosas notas de alegría y agonizantes silencios de suspenso. Baila conmigo hasta que nos den las doce y llévanos a casa, que te quiero acompañar de aquí hasta donde tropieces, para besarte y dejar que te levantes. Que yo estoy aquí para verte llegar hasta donde ni si quiera tu creíste que llegarías.  Que tu estas aquí para recordarme que el futuro es incierto, pero lleno de oportunidades. Prepárate para esta noche, para este baile, para el tramo de vida que nos toca compartir. Prepárate para verlos bailar. Prepárate para vernos bailar.

Atte. Apolo

3 years ago

Mi lado de la cama

Anoche tuve una epifanía emocional. De esas que te golpean de madrugada, que te hacen sentarte en la cama viendo al vacío. Anoche volví a entender esas pequeñas cosas a las que las personas no les dan relevancia, pero que a mí me resultan tan trascendentales. Anoche entendí que no quiero ceder mi lado de la cama y que en este punto de mi vida, mi lado de la cama es la cama entera. Que me gusta acostarme viendo a la ventana cuando me siento soñador y darle la espalda cuando me siento solo. No me molestan las caricias en mi espalda o los abrazos que te dejan sin aliento, pero quiero el espacio para estirar la totalidad de mi alma y contorsionarme.

Anoche entendí que no quiero hablar de mañana, porque entre el ayer que me sofocaba y el hoy que me mantiene en movimiento tengo suficiente fricción. Que quiero guardar mis mañanas para mí, para cuando vuelva a tener sueños con los que llenarlos. Entendí que no estoy solo porque sea mi destino estarlo, que estoy solo porque necesito estarlo. Que cuando la soledad comience a hacerse pesada puedo abrazarme fuerte y no soltarme, que cuando se haga inmensa tengo a mi alcance la luminosidad de aquellas personas que han aprendido a querer toda esta tormenta que cargo dentro.

Y no quiero promesas de amor, que siempre me las paro cumpliendo yo. Que me prometieron llevarme al lago y me lo tuve que presentar yo. Que me prometieron nunca dejarme solo y la compañía ahora me la hago yo. Que me prometieron por siempre amarme y el que toma la decisión diaria de darme amor soy yo.

Es que hasta hablar de amor se me hace demasiado grande. Porque pase tantos años de mi vida dedicándome a amar a otros, explotando las capacidades de mi corazón, siendo un completo ignorante. Porque ahora entiendo bien que nunca he entendido lo que es el amor, porque si no puedo ver las razones para amarme, mucho menos puedo repartir apropiadamente todo ese amor con que me lleno el alma.

Ahora el adiós, que tanto miedo me daba, se ha convertido en mi palabra favorita. Porque lo que siempre vi pintado con el poder de dar finales, ahora entiendo como la palabra cargada con el poder de dar nuevos comienzos.

Y no quiero ceder mis tardes con café y cigarro en mano.

              No quiero ceder mi voluntad propia de elegir con quien comparto mí tiempo y mi espacio.

                            No quiero ceder mi autonomía y tampoco quiero ceder mi espacio en la cama.

Que la cama es mía, que el cuerpo es mío, que el corazón es mío, que el amor es para mí. Que el futuro vendrá y lo dejare llegar, porque cuando lo haga sé que estaré lleno de amor para mí. Pero por ahora, solo quiero fluir, respirar, existir. Por ahora solo quiero disfrutar del poder escoger que lado quiero ocupar en mi cama.

-Apolo (pero en realidad es Javier)-


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3 months ago

look at this view and enjoy it boy

7 months ago

Me declare la guerra a mi mismo

A mis miedos y mis prejuicios

A mis ataques de pánico y los terrores nocturnos

Al miedo de despertar solo a mitad de la noche

Declare la guerra a los fantasmas que viven en las cicatrices.

A los pensamientos intrusivos que invaden mi mente

A los recuerdos de todo lo que podría haber Sido y no fue.

A el agobiante dolor asfixiante de simplemente no saber que hacer.

Una guerra sin cuartel contra el sabor a derrota en cada victoria

El olor a tristeza en todos los momentos felices,

La sombra del fracaso en cada logro,

Y la soledad que queda entre cada abrazo.

No dejaré espacio para todo lo que odio de mi,

Mataré de hambre todas mis preocupaciones,

Dejaré sin agua a todos los que hubiera sido,

Solo quiero paz, solo cabe paz.

Voy a luchar contra mi,

Contra todo lo que odio de mi,

Hasta que se me acabe vida

Sintiendo que lo he vivido todo.

-Javi-

Me Declare La Guerra A Mi Mismo

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4 months ago
Feel The Love Of The Balkans 🦶🏼🔥🦶🏼🔥🦶🏼🔥🦶🏼🔥🦶🏼🔥🦶🏼🔥
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Feel the love of the Balkans 🦶🏼🔥🦶🏼🔥🦶🏼🔥🦶🏼🔥🦶🏼🔥🦶🏼🔥

IG:@antonjokrizicc & @ante_vrankic

11 months ago

Suficientemente viejo

Para deberle la mitad de mi vida al estado

Y la otra mitad al plástico del banco

Suficientemente joven

Para que cuestionen lo mucho que se del amor

Lo tantísimo más que se del sufrir

Soy un toro de polvo de recuerdos

Un huracán atrapado en un globo rojo

Un camaleón de plastilina

Hijo de la madre que me pario

Con más dolor en su corazón

Que en sus entrañas

Hijo del padre que me abandono

Sin tartamudear o tocar su corazón

Cuando se trató de su felicidad o la mía

Hijo del padre que me adoptó

Que me amo con el gran miedo

De que yo no lo amara tanto como el a mi

Médico de los cuerpos de mis pacientes

Médico de las almas de mis amigos

Pero nunca médico de mi

Bipolar

Bisexual

Bicolor

Bugambilias

Cactus

Y mi árbol de San juan

28 años de ver a mi gente ir y venir

A mis amigos irse sin despedir

A mis amores arrancar pedazos de mi

Sigo vivo

A ratos sin ganas

A ratos sin intención

Pero sigo vivo

Con ganas de ver mas

Con ganas de amar mas

Porque Dios me dió el talento de amar

Y quiero enamorarme de mil paisajes

Enamorarme de un millón de sabores

Cuando era niño mi papá (el adoptivo) solía

Decirme que yo tenía tres papás

El que se quedó, el que me dejó y el divino

El primero me enseñó a dar todo al amar

El segundo me enseñó a tenerle miedo al amor

El tercero me regaló una capacidad inmesurable de amar

Dónde pongo todo este amor

Que duele si no se da

No sé hacer otra cosa que amar

Que amar y llorar cuando duele

Que amar y sanar cuando hiere

Que amar y sobrevivir cuando mata

-Apolo Pontífice-


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camaleondeplastilina - Superposición emocional
Superposición emocional

Pensamientos nocturnos y cosas por el estilo. Javier/Bipolar/SaberQueSexual pero sexual/Causipoeta

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