Angels Ministering to Christ, 1820, William Blake
Medium: pen,wash,ink,watercolor,paper
https://www.wikiart.org/en/william-blake/angels-ministering-to-christ-1820
Anónimo
“Sobre la intensidad del amor, o del acto de amar: ¿Cuánto es preciso y, dentro de lo que cabe, prudente amar a alguien? ¿Es posible medir el amor? ¿Es justo, quizá? Muchos dan una respuesta aparentemente razonable: amar siempre, pero no hacer imprescindible a la persona amada; es decir, que la unión sea eso: unión, nunca un lazo, un amarre, un apego. Otros alegan que es bueno amar hasta cierto punto, nunca entregarse por completo para evitar salir lastimados. Curiosamente, quienes lo dicen son los mismos que hicieron todo lo contrario. La experiencia determina un par de cosas: lo primero es que, luego de ser conscientes del daño, se crean nuevas actitudes (o quizá se eliminan las que había). Se deja de idealizar a la persona amada, la jerarquía de prioridades cambia y es uno mismo quien ocupa ahora el primer lugar. Lo segundo es que nuestra vida toma una ruta basada en la filosofía de nunca correr riesgos, medir los pasos, los tiempos; calcular los movimientos, limitar los detalles, entre otras cosas que garanticen cierta seguridad emocional. Y es inevitable preguntarme: ¿es amor esto? Si la respuesta es sí, ¿qué era, entonces, lo anterior? Si la respuesta es no, ¿por qué esto es más saludable? ¿Es que acaso lo dañino es intrínseco al amor? Y veo a otros demostrar su amor siendo incondicionales, siendo fuertes; y a quienes se ponen límites. ¿Quién determina qué es amor y qué no? ¿Cuál es el veredicto que nos permite determinar qué es lo bueno y lo malo? Pero los gurús del amor parecen darnos otra respuesta: hay que amar en su justa medida, que es amar sin medidas y, sobre todo, saber corresponder el amor que se nos entrega, evitar que la llama del ser amado se apague, cuidar la ilusión. En otras palabras, que el amor debe ser recíproco y que es responsabilidad de uno mismo saber a quién y de qué modo amamos. No es fácil, desde luego, porque nuestra humanidad nos hace propensos al fracaso. Pero también queda la buena intención y la comprensión de la otra persona ante nuestros yerros: fallamos no porque hayamos dejado de querer, sino porque estamos aprendiendo a querer bien.”
— Heber Snc Nur
Calendário antigo previu desastres em 2020 – também o coronavírus
Sempre se deve ter cuidado ao interpretar símbolos em calendários antigos, mas um pesquisador de história diz que um calendário de 2 mil anos previu os tempos difíceis que estamos enfrentando agora, inclusive o surto de coronavírus.
Esquerda: 12 calendário de calendário animal turco. Fonte da imagem – Esquerda: Coronavírus – Fonte da imagem
Um calendário antigo, chamado ’12 Hayvanli Türk…
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Brujería: Conjunto de prácticas habilidosas que consisten en la manipulación ritualística o ceremoniosa de diversas ilusiones y símbolos con el fin de evocar y (hasta cierto punto) controlar sentimientos, sensaciones, ideas y pensamientos en otras personas, estableciendo así una relación de poder entre el individuo que ejerce dichas prácticas y las personas que son objeto de las mismas.
Este conjunto de prácticas abarca una gran variedad de habilidades y la noción de “manipulación de la ilusión” es central en este concepto de brujería. De este modo, la brujería se entiende de un modo amplio y no solo se restringe a las prácticas tradicionalmente asociadas a ella (como tirar las cartas o jugar con símbolos paganos), sino que incluye también actividades y técnicas como la oratoria, la pintura, la música, la literatura, la artesanía, la legislación, la lectura y el estudio, la ejercitación matematica, la preparación de infusiones como té, café o mate, la cocina, la danza, el teatro, la preparación y el acto de fumar pipas de tabaco, los juegos con burbujas, juguetes o ilusiones de prestidigitación, la contemplación astronómica, la jardinería, el arte de contar cuentos orales y un largo etcétera. Se trata de actividades que incluyen pasos ritualísticos y ceremoniosos y la manipulación de un conjunto de elementos simbólicos.
En grandes sistemas filosóficos como la cosmovisión hindú, el gnosticismo o la filosofía platónica se sostiene que la realidad es un velo ilusorio y simbólico, el velo de Maya, la danza de Shiva, el sueño de Brahma, la Matrix. Todos los elementos que somos parte de esta realidad, de este universo que percibimos con los sentidos, somos formas cambiantes, manifestaciones temporales del ser eterno e intemporal. La brujería consiste entonces en jugar habilidosamente con esas formas, con los elementos de la realidad simbólica, manipular la ilusión del mundo. El carácter ritualístico y ceremonioso de la brujería es fundamental, su objetivo es otorgarle una relevancia única al momento en que se realiza el “acto mágico”, en ese momento todas las personas participantes deben estar presentes en el aquí y ahora, la mente no puede estar en otro lado. Solo cuando se está realmente presente es posible manipular los símbolos, la ilusión del mundo, por eso todos los gobiernos y grandes empresas tienen un área de brujería ritualística especial llamada “ceremonial y protocolo”.
Aquellas personas que juegan y manipulan habilidosamente las formas manifiestas, los símbolos, para evocar sentimientos, sensaciones, ideas y pensamientos (que son también formas) en otras personas y que crean una estructura de poder asociada a dicha práctica ceremoniosa, son brujos. Los hechiceros nunca desaparecieron, al día de hoy, en pleno siglo XXI, los alquimistas, magos y brujas son las personas que saben manipular la ilusión del mundo (sea a través de ilusiones ficticias como la palabra, los números, el dinero o el cine) para configurar estructuras de poder a nivel personal y/o colectivo con distintas finalidades.
Una de las mayores ilusiones creadas por expertos brujos de nuestra época es el dinero, más específicamente el dólar. Su valor está respaldado por nada más que la fe de todo el mundo en que el dólar tiene un valor intrínseco. Por eso se llama moneda fiduiciaria: “la fe mueve montañas”. Los Estados-Nación también son ilusiones creadas y sostenidas por magos expertos en la brujería de la palabra, la religión civil nacional y la ley humana. Cotidianamente, los brujos modernos que llamamos abogados realizan todo tipo de sortilegios, pronuncian y escriben palabras sagradas mágicas, invocan leyes escritas y predicen cómo actuará el poder político en el futuro en base a las normativas que ellos, por arte de magia, acaban de establecer. Al igual que en las antiguas civilizaciones y tribus, los legisladores y jueces modernos son grandes sacerdotes intérpretes y ejecutores de la ley sagrada.
Al contrario de como nos quisieron hacer creer, la magia nunca desapareció del mundo. Siempre estuvo ahí y es la brujería la que controla y transforma el mundo constantemente.
CONVERTIRSE EN RESIDENTE INTERIOR
Para llevara a cabo como corresponde las obligaciones que tenemos en el o, uno debe aprender a ser una persona con información privilegiada para obtener la fuerza necesaria para enfrentar el estrés y la tensión del mundo.
De la misma manera que regulamos los hábitos de la comida y el sueño, deberíamos aprender a sentarnos tranquilos y relajarnos, a respirar y a concentrar la mente.
De esta manera, damos descanso a los músculos y al sistema nervioso, y regulamos los conductores de prana al establecer la armonía en la respiración.
Cuando hablamos de la mente y la concentración en un punto, es necesario recordar que aquietar la mente ayuda a tranquilizar el cuerpo y a regular la respiración.
El método de la meditación no se refiere sólo a la mente.
Es necesario entender el cuerpo y regular el comportamiento de la respiración antes de tratar de practicar la meditación.
La práctica de la meditación es una de las necesidades d la vid a moderna, y es en especial útil para la salud mental, sin la cual la salud física tiene menos importancia.
Cuando empezamos a trabajar con la mente, el cuerpo y la respiración nos distraen, y la mente se inquieta.
Mientras más queremos calamar la mente, más nerviosa se pone.
Es por eso que los estudiantes no experimentan la felicidad de la meditación y la contemplación.
La felicidad que se experimenta durante la meditación es una felicidad especial e inexplicable, sin comparación con las otras alegrías de este mundo.
Unos pocos afortunados experimentan el silencio.
Es bueno que la mente esté activa en el mundo exterior.
Pero durante la meditación, uno está en busca de algo que no se puede encontrar afuera.
Aquellos que no entienden el método de la meditación piensan que nos hacen pasivos.
En realidad, el arte de la meditación ayuda a establecer un control ordenado sobre la mente que nos permite estar activos y, al mismo tiempo, relajados y sin que nos afecten los estímulos externos.
La mente es el único instrumento para medir los objetos del mundo exterior; pero es necesario lograr que se aquiete para así poder ver si hay algo más allá.
Y hay algo más allá.
* * *
Déjame quererte tanto, déjame contar las horas para verte. Déjame quererte, hasta que la luna caiga y te abrace hasta encerrarme en este amor que te profeso y que no quiero dejar. Toma mi mano y entrelaza tus dedos con los míos. Déjame quererte, hasta que se haga de día y yo te mire y sonría.