ADVERTENCIA DE CONTENIDO: Esta historia incluye temáticas de transformación y control de cuerpos con un enfoque sugerente. Si este tipo de narrativa no es de tu agrado o no cumples con la edad recomendada, te sugerimos no continuar. Todas las imágenes utilizadas (si las hay) pertenecen a sus respectivos dueños. No reclamo ninguna autoría sobre ellas y solo se usan con fines ilustrativos.
Si decides seguir adelante, bienvenido a Possessed Desires, donde la mente y el cuerpo nunca están completamente bajo tu control.
Switch Up: Primer Nivel [ Versión Español ]
Mi nombre es Ethan, voy a terminar la preparatoria en unos meses y siento que no viví esa experiencia como tenía que hacerlo. Siempre me la pase con mis dos amigos de siempre, sin ir a fiestas, ni siquiera di mi primer beso, me la pasaba en las sombras, cómo un fantasma.
Sin nada en particular para que me recordarán, un cero a la izquierda.
Muy distinto a otros tipos de mi escuela: populares, musculosos, guapos, un éxito en las fiestas. Los envidiaba.
Quería ser uno de ellos con toda mi fuerza.
Pasar más allá de ser una sombra que se confundía con la pared de los pasillos, ser como uno de esos grandes deportistas, chicos populares, incluso aquellos con pinta de "malos" que por eso parecían ser furor.
— Esto apesta – murmuré en la biblioteca, acompañado de mis amigos: Logan y Miles.
Logan era un chico regordete, con algunos granos en su rostro y aficionado a los cómics, justo en ese momento parecía absorto de todo mientras tenía la cabeza oculta dentro de un nuevo tomo de héroes.
— ¿Estar en la biblioteca? – preguntó Miles. Delgado, pálido y con unos lentes gruesos qué hacían parecer sus ojos unos binoculares, era un genio, aunque tenía un extraño siseo cada que hablaba.
— Sí, ¿qué hay de las fiestas? Es la preparatoria, tendríamos que estar haciendo otras cosas que estar recluidos en una biblioteca como ratas.
— No somos populares para esa clase de cosas – Logan musitó, apenas asomando la cabeza de su lectura.
— Además de que nadie nos nota – Miles complemeto, haciendo lo que parecían ser garabatos en su libreta.
— ¿Y eso no les frustra? ¿No quisieran tener más? Tener más experiencias, más diversión, chicos a sus pies.
Algo que se me había olvidado mencionar, los tres somos gays.
— ¿Y sirve imaginar eso?... No vas a cambiar nada con anhelar más – Logan susurró con tono pesimista.
Suspiré, sabía que tenía razón. Sólo me quede callado, con un silencio entre los tres hasta que Miles se levantó de golpe, con una sonrisa en sus labios.
— ¡Eureka! – grito con la libreta en mano, se escuchó un fuerte "Shhh" por parte de la bibliotecaria, a lo que él volvió a sentarse, pero sin borrar aquella sonrisa.
— ¿Te sientes bien? – pregunté. A lo que me interrumpió, hablando rápido por su emoción.
— Mejor que nunca, estuve sintiendo lo que describes desde hace tres años, ha sido prueba tras error, experimentos fallidos tratando de encontrar la forma de lograrlo, pero al fin lo tengo.
— ¿De qué rayos hablas?
— ¡Esto! – extendió su libreta, enseñándome el contenido en ella. Lo que antes vi cómo garabatos, ahora tenía sentido: eran planos. Había todo un esquema detallado de una especie de caja rectangular, con fórmulas, cálculos y demás símbolos que no podía entender del todo.
— ¿Una... caja?
— Es un control remoto. O al menos eso parece – detalló, señalando el esquema – es un control bio eléctrico, está diseñado para lanzar una señal doble que intercambie los pulsos neuronales entre dos individuos y-
— En español, Miles.
— Es un control que permitiría cambiar conciencias entre dos cuerpos.
Me quedé pensativo en lo que decía. Pero era imposible, ¿no? Lo que él describía parecía perfectamente algo de las películas de ciencia ficción.
— Pero aun te faltaría armarlo, diseñar las piezas, el cableado...
— No – dijo, rebusco en su mochila algo para sacar un pequeño control remoto, parecía de una cochera. Con dos botones: uno verde y otro amarillo – sólo tenía que completar unos cálculos.
A un lado, parecía tener una perilla, alrededor tenía distintos números. Miles levantó la tapa para mover un par de cables o unirlos entre sí, después la cerró y movió la perilla, en busca de una frecuencia, supongo.
— Aún así, no creo que sea algo posible, es decir... Creo en ti, amigo, sin duda eres un genio pero creo que está clase de cosas rebasan...
— Tus capacidades mentales, Miles – y de la nada, quien hablaba parecía ser Logan. Con el único detalle, de que no era Logan en realidad, sino yo.
Me encontré mirando viñetas, héroes salvando al mundo y cosas que estaba leyendo mi amigo antes.
Me sentí más pesado, pero había algo raro en todo esto también... sentía distinto el peso en mis pantalones.
Abrí un poco las piernas, sintiendo cómo algo grueso caía contra la silla. ¡Carajo, Logan si que tenía algo escondido entre sus piernas regordetas!
Levanté con temor la mirada, encontrando mi reflejo revisando sus pectorales.
Los miraba curioso, pasando sus manos por la superficie plana mientras sonreía.
— ¿Decías algo, Ethan? – Miles dijo con una sonrisa burlona en sus labios. Mire mis nuevas manos, completamente sorprendido por la experiencia. Eran muy distintas a las mías, un poco más de pigmento en ellas, más grandes y voluminosas, con dedos pequeños y gordos. Sin duda no era el mejor cuerpo pero había algo en mí que envío una carga de sangre allá abajo. Y sí que "eso" era grande.
— ¿Nos acabas de usar como conejillos de indias? – Mi antigua voz sonó, era extraño "verme" ahí, claramente era yo, mi mismo rostro, ropa, complexión, absolutamente era todo yo. Pero la posición, el lenguaje corporal, su forma de hablar... sin duda era Logan.
— Fue un riesgo que estaba dispuesto a correr por nosotros, además. Ya había calculado los peligros, no hubiera pasado nada.
— ¿Y por qué no lo probaste en ti?
— ¿Y qué mi consciencia hubiera terminado en el aire quien sabe dónde? No gracias.
Sentí un poco de molestia hacia Miles. Pero todo eso era... espectacular. Si había funcionado en nosotros, entonces todo se podía.
¡Podía ser cualquier deportista! Un representante de la clase, alguno de esos chicos artísticos o del comité de bienvenida, un profesor, algún padre sexy. ¡Quién fuera!
— ¿Y ahora?...
— Primero déjame intentar algo – Miles volvió a apuntar a cada uno de nosotros, primero a Logan, presionando el botón amarillo, y finalmente a mí, presionando en botón verde.
No sentí nada. Sólo fue de un momento a otro observarme a mí y al otro, observar a Logan. Volví a tocar mi cuerpo, sintiendo un poco más de alivio al encontrarme con mis medidas correctas. Aunque había un detalle, mi masculinidad sin duda estaba rígida, casi cómo una roca.
Observé a Logan confundido, a lo que sólo se levantó de hombros.
— Fue emocionante perder casi todo mi peso en menos de un segundo, perdón.
Hubo otra vez silencio entre nosotros. No por la incomodidad, sino por todo lo que implicaba esto.
— ¿Y ahora?...
— Ahora eligen que hacer, claro – Miles se acomodó en su asiento, casi parecía una especie de CEO proponiendo una nueva estrategia comercial – Sí seguir en sus cuerpos y en la miserable vida que llevamos, o encontrar algún cuerpo que les guste.
Hubo un poco de silencio. Y el primero en romperlo fue Logan.
— Hagamoslo.
— Genial, me alegra que ambos me acompañen en esto – una sonrisa cargada de confianza emergió de Miles – creo que ya tenemos el plan, pero ahora falta la pregunta del millón. ¿Quién?
Había al menos trescientos en toda la preparatoria, todos los grados, todos los clubes. Altos, musculosos, delgados, fornidos, de intercambio, locales, adinerados, clases medias. Era como entrar a un buffet.
— ¿Tú tienes a alguien en mente?...
— Claro. Blake Jones.
— No jodas, ¿el mejor capitán del equipo deportivo? – Logan se sorprendió excesivamente.
Aunque en parte lo entendía. Blake era bueno en casi todos los deportes, había sido el capitán de al menos 4 disciplinas distintas, rey del baile, ponía nerviosas a casi todas las chicas, maestras y mamás incluidas. Era cómo un dios caminando en la tierra, su plan se sentía cómo querer quitarle el cuerpo a Hércules.
— ¿Quién más? – Miles levantó la ceja, cómo si la pregunta fuera tonta – Lo quiero a él, quiero esa grandeza.
Hubo algo en su mirada que me heló la piel, aunque entendía el sentimiento... Miles había estado a la sombra de muchas cosas sólo por su apariencia y su forma de hablar, era claro que quería el "vehículo" perfecto para acompañar a su cerebro.
— Entonces... Yo quiero a Caleb Hawks – Logan dijo.
Miles soltó una risa.
— No inventes, es una broma, ¿no? – Pero Logan se quedó callado – ¿El tipo sin cerebro de la escuela y con el peor aroma de todos, es en serio?
Miles tenía razón, Caleb era conocido por su idiotez, su mal olor y por ser relativamente "desagradable". Había en él algo que podía ser llamativo, lo admitía, aunque no sabía bien que era ese algo.
— ¿Se puede o no? – Logan dijo serio.
— Sí, sí. Es tu decisión, tranquilo – Miles dijo. A lo que él pareció calmarse, por lo qué volvió a esconderse detrás de su cómic – ¿Y tu, Ethan? ¿Quién será tu premio?
Mi mente estaba trabajando como loca, moviéndose por todos los grados, todos los clubes tanto deportivos cómo artísticos, asociaciones estudiantiles, programas de intercambio, profesores... Era una infinita carta de opciones. Pero entonces pensé en él: Ruben Hernández.
Parte del comité de arte, buen actor, influencer y con unos atributos para morirse, a pesar de no ser parte de ningún equipo deportivo, sin duda tenía un cuerpo perfecto.
— Ruben.
— ¿El latino?
— ¿También me pondrás un pero?
— Para nada, sólo me sorprenden sus elecciones, amigos. Pensé que escogerían a capitanes y deportistas, pero respeto sus decisiones. Logan levantó la mirada, cerrando por fin el cómic.
— ¿Y cuándo empezamos?
— Fácil. Cada quién cazara lo que desea.
Entonces Miles nos extendió el control, esperando por quién lo tomara primero.
Continuará.
———
Espero que hayas disfrutado esta historia tanto como yo disfruté escribiéndola. Si te gustó, no olvides darle follow y compartirla para que más gente la descubra. Siempre estoy abierto a sugerencias e ideas, así que si tienes alguna fantasía o escenario en mente, déjamelo saber en los comentarios o en mensajes.
Está es la primera parte de "Switch Up", una nueva serie para el blog, ojalá les guste, sé que este primer episodio fue algo corto, pero los que siguen sin duda serán más largos para seguir toda la aventura de Ethan y sus amigos.
Nos vemos en la próxima historia… ¿Quién sabe qué cuerpo ocuparás esta vez?
———
Happy Valentine’s Day you horny people. Just picked up this bodysuit from the shop and can I say he’s now my favorite in my collection. Anyone wanna help me test him out?
I never imagined my first real experiment would be with Aiden Cruz.
A guy like him—intimidating at first glance, but surprisingly polite—wasn’t exactly what I had in mind when I developed the serum. I always thought my first test subject would be some random thug, someone who deserved to have their mind turned into useless mush.
But Aiden? He was different And that’s exactly why I chose him.
It started with a simple tutoring gig. I was a nerdy college student just looking for a side hustle. Science was my thing, and I didn’t mind helping students out for extra cash, especially if they were willing to pay well.
Aiden was a criminology major, and he wasn’t exactly failing, but he needed help with his research paper. The guy was always in the gym, always training, always moving. He wasn’t the type to sit down and write for hours.
So when he found out I was available, he sent me a message.
“Bro, you do tutoring? Need help with this damn research paper. Got cash, just name your price.”
His messages were always short and to the point—just like what you'd expect him to be
That’s when I had the idea.
See, I’d been working on something—a neurological erasure serum. A drug designed to turn a person’s brain into a useless pile of goo while keeping their body fully functional. It started as a theoretical experiment, but curiosity got the best of me. I had finally perfected it.
But I needed a real test subject. Someone strong. Durable.
And Aiden?
He was perfect.
I told him I’d help, but I preferred tutoring at my place; quieter, fewer distractions. Aiden, being the chill guy he was, didn’t even question it.
“Cool, bro. I’ll swing by later.”
That was it. No hesitation. No suspicion.
I prepared everything—set up my laptop, cleaned my desk, and most importantly… spiked his protein shake.
Aiden was a fitness freak. I knew he wouldn’t turn down a supplement boost, so I made it look real—a proper protein mix, just laced with my serum.
When Aiden stepped into my place, I was immediately reminded of how casual yet intimidating he was.
He wore a simple sleeveless shirt and a jacket, thick enough to hint at the muscle underneath. But from a distance, he looked like a typical lean college guy, but up close?
You could tell.
he removed his jacket for his comfort, revealing his muscled arms. His arms were solid, veins lightly visible beneath his skin. His chest pushed against the fabric, and when he moved, his muscles shifted slightly, hinting at power.
He dropped his bag on my floor, glancing around. “Yo, nice place.”
I swallowed. “Uh, thanks.”
He pulled out a chair and sat down, stretching his arms with a sigh. “So, where do we start?”
I cleared my throat. “Uh, you said you’re working on a criminology research paper?”
“Yeah.” He scratched his head. “Shit’s boring as hell, bro. I’d rather be working out.”
I chuckled awkwardly. “Yeah, I figured…”
We actually worked for a while. A couple of hours, even. I helped him structure his arguments, fix up citations, and even explained some of the theories he barely paid attention to in class.
At first, Aiden was restless. His knee bounced under the table, his fingers drummed against his notebook, and he sighed a lot.
But over time, he got into it.
I caught him nodding along, genuinely thinking about what I was saying. It was weird seeing him so focused.
At some point, Aiden leaned back, stretching his arms over his head with a grunt. “Damn, bro… it’s hot as hell in here.”
I blinked. “Uh, is it?”
Aiden fanned himself with his hand. “Shit, man, I dunno if it’s just me, but I’m sweating.”
I hadn’t really noticed—until he pointed it out. There was a sheen of sweat on his arms, making his skin glisten slightly.
Then, without hesitation, Aiden grabbed the hem of his compression shirt and pulled it off.
I swear, for a second, my brain just stopped working.
His torso was… something else.
Lean, yet solid. His pecs were well-defined, his abs sculpted, and his skin smooth except for a light dusting of hair near his lower abdomen.
He sighed in relief, tossing the shirt onto the back of his chair. “Much better.”
I forced myself to look away. “Uh, yeah. I guess it’s a little warm…”
Aiden stretched his arms again, then smirked. “Bet you don’t sweat much, huh? No offense, bro, but you look like you avoid the gym like the plague.”
I laughed nervously. “Y-Yeah, uh… working out isn’t really my thing.”
He grinned. “Man, you should try it. Bet you’d get some gains if you actually trained.”
That’s when the idea hit me.
I hesitated, then casually said, “Actually, I’ve been working on something. A… uh, smart supplement.”
Aiden raised a brow. “Smart supplement?”
I nodded quickly. “Yeah! It’s, uh… a performance enhancer. Helps with muscle recovery and, you know… focus.”
He hummed, thinking. “That so?”
I pulled out the protein shake, heart racing. “Wanna try it?”
Aiden gave it a skeptical look. “You made this?”
“Yeah! It’s just, um… experimental.”
Aiden snorted. “Bro, you tryna turn me into some test monkey?”
I chuckled awkwardly. “N-No! I mean, well, sort of… but not in a bad way! Just, you know, feedback and stuff.”
He sighed, then shrugged. “Eh, screw it. Why not?”
I held my breath as he grabbed the bottle, twisted off the cap, and took a long sip.
At first, nothing happened.
He smacked his lips. “Tastes… kinda weird.”
Then, slowly, his expression changed.
Aiden blinked.
His fingers twitched.
His broad shoulders stiffened.
His breathing hitched.
“Yo…” he muttered, rubbing his temples. “Why’s my head feel heavy…?”
I said nothing.
He exhaled sharply, shifting in his seat. “Bro, this shit hittin’ weird. What was in that?”
His words slurred.
His muscles twitched.
Then, before he could say another word—
His body seized.
Aiden jerked violently, knocking over his chair as he collapsed onto his knees. His hands clawed at his head, his breath turning ragged.
I backed away, eyes wide.
“It’s working…” I whispered.
A deep, wet gurgle left Aiden’s throat. His body convulsed, arms locking up in unnatural positions. Veins bulged, sweat dripping down his temples.
Then came the drool.
Thick, viscous strands leaked from his mouth, trailing down his chin. His lips trembled, his eyes rolling back as his body shook violently.
Then—
The goo.
A dark, gelatinous substance seeped from his ears, trailing down his jaw. His brain; his thoughts, his memories, his intelligence; was melting.
I clutched my chest, my breath shallow. Then Aiden twitched one last time before suddenly going still.
The moment Aiden’s body finally stopped convulsing, the room fell into an eerie silence. His muscular form lay sprawled out on the floor, his limbs twitching slightly as the last remnants of his former self faded away. His eyes were half-lidded, unfocused, his mouth slightly open with a thin trail of drool running down his cheek. The air was thick with a mix of sweat and something darker, something almost unnatural. My heart was still hammering in my chest, but as I took a shaky step toward him, a slow realization settled in—Aiden was mine now.
"Aiden…?" I murmured, kneeling beside him. No response, of course. His head lolled slightly, his lips parting as a low, guttural moan escaped. I watched in fascination, gently nudging his jaw up with my fingers. He was still warm, still breathing, but there was nothing behind those eyes. A shell. A body with no mind. My fingers trembled slightly as I reached for his cheek, pressing against the firm flesh. He felt… real, solid, human. And yet, he wasn’t anymore.
I let out a breath, a mix of exhilaration and unease. "Alright, big guy. Let’s see if you can still move," I whispered to myself, grabbing his broad shoulders and shifting him upright. His muscles were stiff, resisting at first before going slack again. I adjusted my grip, sliding my hands down to his arms and lifting them up, forcing his entire body to follow. With a slow, deliberate motion, I pulled him into a standing position, his legs locking into place like a mannequin being propped up. His head bobbed forward, his lips parting as another sluggish moan slipped from his throat. "Nnngh… uhhn…"
I smirked. "Looks like you still got some sounds in you, huh?" I murmured, tilting his head side to side, watching how his body simply followed my guidance. No resistance. No understanding. Just pure, empty obedience.
I let my fingers trail over Aiden’s thick biceps, feeling the solid muscle beneath my touch. A chuckle escaped me as I pressed into the firmness, kneading and prodding at his arms like examining freshly sculpted marble. "You’re so stiff now… not like before," I murmured, running my hand down to his forearm, then back up to his delts. His muscles barely reacted, holding their shape without any sign of resistance or tension from within.
Aiden’s head wobbled slightly, his lips parting as another sluggish grunt rumbled from his throat. "Uhhhn… huhhh…" His eyes remained blank, completely uncomprehending of what was happening to him.
I pressed a finger into the center of his chest, feeling the warm, sweat-slicked flesh give slightly before bouncing back into place. "Damn, Aiden. You’re really just… nothing now?" I mused, squeezing at his pecs before running my fingers down his firm abdomen. He didn’t react, didn’t shift or acknowledge the attention. His body was there, but Aiden... the person he had been was long gone.
"Nnngh… huhhh…" he exhaled, his chest subtly rising and falling. His fingers twitched faintly at his sides, as though attempting to process the new posture, but no recognition flickered in his vacant eyes.
"Good boy," I murmured, admiring how effortlessly he stood now, completely under my guidance.
"Nngh… uhh…" His lips twitched as another sound rumbled from his throat, a low, clueless grunt. He blinked sluggishly, like his body was just now registering the concept of standing. I chuckled, patting his solid chest. "Now, let’s see how flexible you still are."
I took a step back, admiring how his muscles remained tense, as if locked in place. Slowly, I reached out and grasped his wrist, lifting his arm over his head. His bicep flexed naturally with the movement, the thick muscle taut beneath my fingertips. He made no attempt to resist or even acknowledge the action, only grunting softly as his arm moved. "Mmh… huhh…"
I smirked, giving his bicep a firm squeeze. "Damn, you’re really solid," I muttered, rubbing my fingers along the defined curve of his muscle. I leaned in, inhaling deeply against his exposed underarm. The scent hit me instantly—thick, masculine, heady with sweat. A shiver ran down my spine. "Hah… you smell strong, Aiden. Real strong." I murmured against his skin before dragging my tongue experimentally across the damp flesh. Salty. Musky. Perfect.
Aiden gave another mindless groan, his chest subtly rising and falling as I continued exploring his unresisting form. I trailed my hands down his torso, fingers mapping over every dip and ridge of his sculpted abs. The heat radiating from his body was intoxicating, his skin slick with the remnants of his former effort. My palms glided down to his waist, then back up to his pecs, tracing slow circles around the hardened muscle. Then, with deliberate slowness, my hands drifted lower, sliding down his abdomen, tracing the deep grooves leading toward his shorts. I pressed my palm against the bulge beneath, feeling the weight and heat radiating through the fabric. Aiden let out a sluggish moan, his hips shifting slightly in response to the touch.
"Mmmh… uhhn…" he exhaled, his fingers twitching faintly.
I chuckled, squeezing gently. "That’s a good boy," I murmured, my fingers grazing over the taut fabric of his crotch, testing his responsiveness. His body remained slack, obedient, a sculpted machine waiting for my guidance.
"Tell me, Aiden," I whispered, my fingers pressing firmly against the thick bulge beneath his shorts. "Who owns you now?" I traced slow, deliberate circles over the fabric, feeling the heat radiating from his body.
"Hnnnh… uhhn…" Aiden groaned, his lips parting as he tried to form words, but nothing coherent came out.
"That’s right," I murmured, leaning in close, my breath ghosting over his sweat-slicked skin. "You're mine. Completely mine. Say it. Say who owns you."
"Uhhn… y-you…" Aiden’s voice was weak, broken, the last remnants of his former self dissolving beneath my touch.
I smirked, dragging my fingers up his abdomen, feeling the way his muscles flexed instinctively under my control. "Good boy."
"Mmmh…" Aiden hummed blankly, his fingers twitching slightly as his arms dangled at his sides.
"Let’s get you to pose a little," I mused, grabbing his wrists and guiding his arms into a flexed position. His biceps bulged as I positioned them, his forearms coiling with dense muscle. His broad chest pushed outward, every inch of him sculpted into a perfect display of strength. His lips parted as a low, breathy moan escaped him.
"Uhhn…"
"Yeah, that’s it. Hold that for me." I stepped back, tilting my head as I examined him like an artist inspecting a sculpture. He was perfect. The raw definition of muscle, a body chiseled into peak form—and now completely under my control.
I reached forward again, pressing my fingers against his abdomen, feeling the tautness of his core. I leaned in once more, dragging my tongue along the edge of his obliques, tasting the salt and heat of his sweat. "So good…" I breathed, savoring every inch of my new creation.
Aiden let out another grunt, his muscles twitching slightly under my touch. He didn’t understand what was happening—he didn’t understand anything anymore. He was simply reacting to stimuli, a blank slate for me to shape and command.
"I let my fingers trace his rigid muscles, savoring the way his body barely responded beyond a sluggish twitch. "Tell me, Aiden," I whispered, my hands pressing firmly over his broad chest, feeling the slow rise and fall of his breath. "Who owns you again?"
"Uhhn… y-you…" Aiden groaned, his voice fragile, struggling to shape the words.
"That's right!" I smirked, trailing my hands down his abdomen, teasing along the sculpted ridges of his core. "You're mine. Forever. No more criminology, no more research. Just this. Just you, staying right here, as my perfect, obedient plaything. And tonight… tonight, we’re going to do something wild."
I grinned, stepping back to admire my masterpiece. His empty eyes stared ahead, waiting, unthinking.
============================
I woke up to the warmth of Aiden’s body beside me, his steady, rhythmic breathing filling the quiet room. A slow smile curled on my lips as I turned onto my side, drinking in the sight of my sleeping toy. His powerful chest rose and fell, his muscles relaxed, his expression blank and peaceful. It was real. He was real. And more importantly—he was mine.
The weight of my accomplishment settled in my chest, a thrill of satisfaction coursing through me. My little experiment had worked flawlessly, and now, Aiden was completely under my control. No thoughts, no resistance; just pure, obedient muscle, waiting for my every command. As I ran a hand over his thick arm, squeezing the bicep that I would soon make even bulkier, a deep sense of responsibility mixed with excitement settled in. Taking care of him, training him, growing him into the ultimate plaything—it was all up to me now. And I was more than ready to embrace it.
ADVERTENCIA DE CONTENIDO: Esta historia incluye temáticas de transformación y control de cuerpos con un enfoque sugerente. Si este tipo de narrativa no es de tu agrado o no cumples con la edad recomendada, te sugerimos no continuar. Todas las imágenes utilizadas (si las hay) pertenecen a sus respectivos dueños. No reclamo ninguna autoría sobre ellas y solo se usan con fines ilustrativos.
Si decides seguir adelante, bienvenido a Possessed Desires, donde la mente y el cuerpo nunca están completamente bajo tu control.
Switch Up: La Venganza de Logan [ Versión Español ]
— Al diablo, dámelo.
Murmuré tomando el control de su mano, examinándolo por un segundo.
— Ten cuidado, no lo tomes tan fuerte, Logan – Miles dijo un tanto nervioso, aunque tenía razón, el control era como la mayor invención del siglo XXI.
Pero estaba emocionado. No había dicho nada sobre haber estado en el cuerpo de Ethan, ¡pero cielos! Si no me había quitado la ropa en ese momento había sido por mero respeto a mí amigo.
Pero quería claramente quería ver cómo era tener el pecho delgado, o un cuerpo esbelto. Siempre había deseado ser distinto, lejos de... El típico estereotipo de un chico nerd: gordo, con granos en la cara, poco atractivo.
Yo también quería más. Tal cómo Ethan había dicho, deseaba tener algo más que esto.
— ¿Y ahora qué piensas hacer? – Ethan dijo un poco nervioso.
— Cazar... Cómo dijo Miles.
A todos les pareció extraño que escogiera a Caleb. Tenían razón en que era desagradable, y justo por eso era que se había convertido en mi objetivo. Estaba harto de sus risas, sus comentarios burlones sobre mí peso, una vez incluso había eructado en mi rostro.
Sabía que era un idiota, un patán, que casi no se ponía desodorante y que usaba su cerebro al mínimo. Sabía que había mejores cuerpos, pero quería venganza.
— ¿Y necesitas ayuda?
Ethan siempre era el que más se preocupaba por los otros, con una personalidad cálida y un gran corazón. Yo era un poco más reservado, callado y apenas asomándome de los cómics, Miles... Bueno, era Miles.
— No.
Pero algo que pocas veces demostraba a mis amigos, era la parte oscura en mí.
Una parte extremadamente vengativa y rencorosa, que estaba dispuesta a todo con tal de ver pagar a Caleb Hawks.
— Logan, ¿Estás seguro de qu-?
— Miles, ¿Cómo tengo que usarlo?
— Sólo apunta con la antena a dónde quieras que sea el primer cuerpo, luego presiona el botón amarillo. Al final, apunta al segundo cuerpo, botón verde, y eso es todo.
— ¿Y qué pasa si él se da cuenta del cambio?
Miles se quedó pensativo.
— Hay una función pero aun no está terminada, tendría que...
— Dame opciones seguras.
— Taclealo.
Trague saliva.
En parte sabía que era una muy mala idea todo. Ir solo, apuntarle a mi bravucón con un control, esperando a que no me golpeara antes.
Pensé en pedirles ayuda, fuera a ambos o cualquiera, Ethan podría quedarse en las sombras y sólo encargarse de apuntar y presionar botones.
Pero quería hacer cosas que sólo mi compañía podía autorizar.
— ¿Y qué pasará con el control?
— El control se quedará en la mano de tu cuerpo original, dudo que se las ingenie para saber cómo funciona, pero debes de recuperarlo cuanto antes.
Asentí, cómo si repasara mentalmente los pasos para completar la "misión".
— Hecho.
Me giré de inmediato, saliendo de la biblioteca para empezar a caminar por el resto de la preparatoria.
No tenía ni idea de dónde podía estar Caleb, ¿clases? ¿En práctica? Era cómo buscar una aguja en un pajar. Sí, era mi acosador; pero parecía que él tenía siempre el don de encontrarme.
Decidí salir con rumbo al gimnasio, apenas había personas en tal zona a esa hora, los demás estaban en clases, supongo.
Escuché el sonido de pesas, los bufidos de alguien, y finalmente... Estaba ahí. Caleb estaba levantando una pesa, flexionando sus brazos con el ceño fruncido, había sudor en todo su cuerpo. Estaba concentrado en sus ejercicios hasta que pudo verme por el reflejo del espejo.
— ¡Ahí estás, mantecoso! – dejó caer las pesas, con su expresión estúpida de siempre, aquella sonrisa petulante – ¿Qué haces aquí? ¿Por fin estás pensando en dejar de ser así de pesado?
Mi mano temblaba mientras lo veía acercarse más y más. La rabia hervía por todo mi cuerpo. Apunte con rapidez su cuerpo para presionar el botón amarillo, a lo que él sonrió confundido, más que nada burlón.
— ¿Y eso? ¿Es uno de tus gustos nerd?
Apreté la mandíbula, se estaba acercando, lento pero constante. Estaba a nada de lanzarse por el.
Se quedó quieto. Pero sabía que sólo era una trampa, de inmediato se abalanzó contra mí pero rápidamente voltee el control hacía mí, apunte y presione el botón verde.
De un momento a otro, observé mi viejo cuerpo. Y no pude evitar sonreír con satisfacción.
Mi antiguo rostro formó una expresión confusa propio del tonto de Caleb, y antes de que pudiera hacer algo, le arrebate el control.
— ¿¡Qué carajos!?
Observó sus nuevas manos gordas. A lo que de inmediato corrí con el control hacía los vestidores.
Me sentía poderoso. No, poderoso era poco, ¡me sentía grandioso! Con mis nuevas piernas fuertes avance a zancadas hasta terminar en la puerta del baño, y de inmediato la azote para poner seguro.
Giré hacía el espejo, para encontrarme directamente con el reflejo de Caleb, o mejor dicho: Mi nuevo reflejo.
Momentos atrás él sólo entrenaba con una gorra y unos pantalones, siempre era descuidado con esas cosas. Usando cualquier ropa para entrenar, siempre dejando todo impregnado con su hedor.
Me quedé congelado por un momento, hasta que una sonrisa engreída se formó en mi rostro. Levanté mi axila para empezar a oler mi nuevo aroma, sonriendo ante ello; totalmente extasiado por ello.
Acaricié mis abdominales, dejando escapar una risilla al no sentir mi antigua barriga, sólo una serie de músculos firmes. Seguí escuchando como Caleb tocaba la puerta como loco, pero eso era lo que menos importaba.
Mis manos se dirigieron a mis pectorales, y en cuánto acaricié el relieve en ellos, fue cómo ver estrellas. Una expresión entre confusión y éxtasis se formó en mi rostro, a lo que volví a tocar esa zona una y otra vez. Un gesto tonto, casi idiota, un tanto propio del antiguo Caleb apareció en mí.
¡Pero lo que fue mejor fue sentir lo que Caleb ocultaba en sus pantalones! Pude sentir la rigidez, cómo crecía hasta abultarse y pegarse de forma incómoda contra sus pantalones, rogando por ser liberado.
Saque su teléfono, lo desbloquee con su huella, empezando a tomarme fotos con distintas poses y caras. Algunas de perfil, enseñando sus abdominales o resaltando sus pectorales, otras con una expresión burlona, o con una seria.
Pero lo que más me encantó, fue sacar la lengua, rodar los ojos y hacer que se viera aun más tonto de lo que ya era. ¡Tenía el destino de Caleb en la palma de mi mano! Podía arruinar su reputación tanto cómo quisiera, volverme loco de poder. ¡Todo!
Pero entonces volvió a tocar la puerta con insistencia, y no quería sólo hacerle ver a la lejanía todo lo que estaba dispuesto a cometer, no. Quería que lo experimentará en carne y hueso.
Escondí el control en una parte del lavabo del baño, y abrí la puerta para jalarlo dentro con algo de fuerza. Mi antiguo cuerpo sin duda era un tanto pesado, pero ni eso me detendría ahora.
— ¡¿Qué demonios hiciste?! – Caleb se sacudió como un gusano en mi brazo, pero ni así solté el agarre.
— ¿Qué no es obvio, mantecoso? – me encargue de hacer extremo énfasis en aquella última palabra, quería romperlo.
— ¡No me llames así, perra! ¡Tú no sabes lo que soy capaz de hac-!
— ¿Qué serías capaz de hacer, Logan – Apreté el agarre contra mi vieja playera de videojuegos – Porque te recuerdo que ese es tu nombre ahora, tú eres Logan, y yo soy Caleb Hawks.
Sus ojos transmitieron terror, negando.
— ¡N-no!
— Sí – sonreí con pura maldad – Pero no te preocupes, creo que ya me canse de molestarte como solía hacerlo, creo que se me ha ocurrido una mucho mejor forma de utilizarte.
Lo tomé de los cabellos con fuerza, levanté mi axila y de golpe lo presioné contra ella. El antiguo Caleb soltó un quejido, y nuevamente trató de escapar, pero no. Lo haría pagar, cientos y cientos de días de que me molestara no quedarían en el olvido.
Frote su nariz de arriba a abajo contra mi piel húmeda y maloliente, mi mano agarrada de su nuca. Por un rato luchó hasta que pareció irse rindiendo poco a poco.
Sólo se escuchaban sus jadeos, su respiración entrecortada y cómo empezaba a lamer.
— ¡Cielos, parece que alguien tiene hambre!
No respondió, sólo trago saliva antes de volver a meter de lleno su rostro en mi nueva axila sudada y apestosa.
Sonreí satisfecho, jugando con él por un rato. Era más que gratificante tenerlo en la palma de mi mano, en control de cada cosa que hacía.
— ¿Te encanta, no? – Él estaba de rodillas, con el rostro sonrojado mientras jadeaba por aire, un par de hilos de saliva escapaban de sus labios mientras mi nueva masculinidad estaba al aire – Adoras qué este cuerpo ahora esté en manos de alguien que sí lo merece, ¿no?
Era como si su cerebro estuviera hecho papilla, apenas asintió antes de que lo volviera a tomar por la nuca para que me atendiera nuevamente.
Estuvimos en el vestidor por al menos dos horas, hasta que terminó con chorros y chorros de materia espumosa en su boca. ¡Al parecer Caleb también tenía baldes y baldes de néctar en sus nueces!
— ¿Quién eres ahora? – Lo tome del cabello con fuerza, lo que lo hizo jadear. La imagen era más que satisfactoria, desordenado, lleno de sustancia blanca y pegajosa, con el rostro sonrojado.
— M-me llamo L-Logan...
Sonreí.
— Qué bueno que haya quedado claro, mantecoso.
Lo solté. Me coloque una chamarra de mezclilla qué él anteriormente usaba, y nuevamente saqué mi teléfono para tomarme fotos, revelando mi nuevo cuerpo.
Se sentía asombroso, cambiar con Ethan había sido sólo un peldaño de toda la escalinata de placer que me estaba dando ser Caleb. Me quité el zapato, subiendo mi pie contra el lavabo para tomar una nueva foto.
Extrañamente... en mi viejo cuerpo jamás había tenido ese "gusto" por los pies, me parecía un tanto extraño, pero ahora... no podía apartar la mirada de mi pie.
Me acerqué como pude para olfatearlo, y fue cómo la gloria... Volví a oler, notando aromas dónde antes no los notaba, y sintiendo un gran interés por mi propio aroma.
Cómo apestaban mis axilas, o mis bolas. El aroma de mis pies... Todo mi cuerpo en realidad, era cómo un elixir. Jamás había sentido algo así, más bien. Jamás había olido algo tan... perfecto.
Entonces lo entendí.
Caleb tenía hiperosemia; un trastorno que le hacía oler los aromas aún más fuerte de lo que eran. Él estaba tan obsesionado por su mal olor porque para él olía bien.
— ¿Así qué ese era tu secreto? ¿Qué hueles tan bien para ti, que no te importa que los otros sientan asco? – sonreí, volviendo a oler mi axila – Ahora te entiendo... Huelo tan bien.
Él sólo me miró como un cachorro hipnotizado, a lo que sonreí sin más.
— Creo que ya me divertí bastante contigo. Pero ya me aburrí, así que nos vemos, perdedor.
Solté una risa para salir de los vestuarios, no sin antes recoger el control. Empecé a caminar por los pasillos de la escuela, justo era cambio de clases, así que los pasillos estaban bastante concurridos.
Levanté mi barbilla, saque el pecho y avance con confianza. No me importaba no traer playera, apestar a sudor, incluso podía oler a aquel líquido blanquecino que había vertido por montones en "Logan", yo olía como la gloria. ¡Yo era asombroso!
Terminé llegando a la biblioteca. Pensé que ya no estarían mis amigos, pero ahí estaban, Ethan estaba recostado en la mesa, al parecer harto; Miles seguía haciendo anotaciones.
Avance hacía ellos, ni siquiera me vieron venir cuando tomé a Miles por detrás para tomar su cabello. Cómo Caleb solía molestar a todos los nerds de la escuela.
— ¡Suéltame! – Trató de moverse mientras yo sólo sonreía. Ethan se despertó con angustia mientras nos miraba.
— ¿Qué pasa, nerds? Su amigo el gordo quiso hacerme algo extraño con un artilugio suyo, ¿qué tenían en mente al tratar de hacerme algo así?
La expresión de Ethan se volvió casi de terror. A lo que termine soltando una risa, afloje el agarre de Miles para sacar el control.
— Debieron haber visto sus caras.
Me senté en una silla cercana, colocando mis manos detrás de mi nuca e inclinandome hacía atrás.
— ¿Logan?... – Ethan murmuró confundido. Miles sólo tosió mientras me fulminaba con la mirada.
— No, ahora dime Caleb – dije mientras volvía a esbozar una sonrisa egocéntrica. Mire hacia la mesa, tomando uno de mis cómics para hojearlo. Quería asegurarme de que aun conservaba mi gusto por los cómics, y así era. Lo hojee un rato esperando una respuesta, aunque sólo hubo silencio – ¿No dirán nada?
— ¿¡Qué se siente!? – Miles fue el primero en hablar. Se precipitó rápido hacía mí, listo para hacer cientos de preguntas – ¿Cómo fue, dónde está el antiguo Caleb?
— Se siente increíble – Acaricié mi pecho con arrogancia, después flexione mi brazo frente a ellos para ensanchar mi bicep. Finalmente me acerqué a mi axila para lamerla – Es sentir un sinfín de experiencias nuevas, y sobre el nuevo Logan... Espero que no lo encuentren en los vestidores o su reputación quedará sepultada para siempre.
Reí profundamente. Miles y Ethan sólo me miraron con admiración, aunque en parte sabía que también era con deseo, a lo que flexione ambos brazos para ensanchar mi pecho y grandes brazos.
— Soy cómo un superhéroe. ¿No? – Hubo silencio nuevamente, sólo me miraban absortos – Vamos, chicos. Dejen de babear y mejor encuentren con quién podemos jugar.
Les señalé el control a mitad de la mesa, a lo que ellos se levantaron con prisa para salir casi corriendo de la biblioteca. Me quedé solo con una sonrisa burlona en el rostro.
Me levanté de igual forma. Para caminar al baño, aún no había terminado de explorar todo este cuerpo...
Entré al baño para empezar a quitarme lo que tenía encima, sólo quedando en calzoncillos. Me encantaba como la tela se aferraba a las piernas musculosas y gordas de Caleb, todo su esfuerzo ahora era mío.
Sus músculos, su hedor, su ropa, su teléfono. Todo, todo era mío y sólo mío.
Saqué el móvil para volver a tomarme fotos, pronto estarían por todas sus redes sociales.
Su feed en Instagram estaría pronto lleno de chicos sin playera, adiós a todas esas chicas en bikini, no. Ahora estaría lleno de chicos musculosos, o twinks ansiosos por estar a mis pies.
¡Era ahora un puto dios! Con los pies malolientes, las axilas apestosas y todo el cuerpo con aroma a almizcle. Olía asombroso... Y aun mejor, podía actuar tan tonto cómo el antiguo Caleb. Aunque con la gran diferencia de que yo explotaría al máximo ser un "himbo" tonto y apestoso.
A los chicos sin duda les va a encantar.
Continuará.
———
Espero que hayas disfrutado esta historia tanto como yo disfruté escribiéndola. Si te gustó, no olvides darle follow y compartirla para que más gente la descubra. Siempre estoy abierto a sugerencias e ideas, así que si tienes alguna fantasía o escenario en mente, déjamelo saber en los comentarios o en mensajes.
Está es la segunda parte de "Switch Up", una nueva serie para el blog, ojalá les guste.
Nos vemos en la próxima historia… ¿Quién sabe qué cuerpo ocuparás esta vez?
———
-damn heat… -
The time on my cell phone showed 2:05, the idiot Travis had made me wait but in a way that made me happy I would have to charge him $50 more for being late.
Today was a very fucking day at the gym, it was so hot that I had to change my shirt, but still the rancid aroma of sweat coming from my hairy armpits filled the interior with my car, I was in the same parking lot of the gym where it is only A couple of minutes had left a huge sweat stain on the floor.
But despite everything I loved my new life, after the great shift and finding myself in this boy's hot and muscular body, from the beginning I knew this was a good thing, when I woke up in Travis's bedroom and looked down to see two juicy pecs, a sculpted six-pack and long, hairy legs, the first thing I did was take out my huge cock that was hidden among a leafy bush of hair and give myself the best handjob of my entire life.
It had been a little over a year since that moment, I quickly got used to Travis' life, kept his muscles big and strong and all thanks to his tiny YouTube channel where he showed all his exercise routines, but that was all wasted talent for Travis' glorious, beautiful body.
I no longer had my college degree or anyone to turn to, yet I was able to easily make money from all these fags, who wanted to sleep with me and this body.
Still not in the same city where I used to live, I watched the news and learned everything that had been happening in the world and that the real Travis was out there in my tired, flabby 40-year-old office worker body.
A tapping on my car window brought me out of my thoughts, it was the real Travis I grimaced in disgust as I looked at my old face once more in front of me, I looked at the time on my phone once more, and now it was 2:07 that now meant $70.
The door of my car and Travis jumped inside it, his first action was to completely inhale the disgusting smell inside the car, after that he lunged at me trying to reach my armpits, After that he lunged at me trying to reach my armpits, but in one movement I moved his old, ugly face away from me.
-You know the rules Travis, first I want the bills-
He extended one of my hands while he took out his wallet and extended a small wad of cash. In one quick movement, I snatched the bills from him and began to count them one by one while a nervous expression formed on the real Travis's face.
-Are you fucking with me? Only $500? -
There was nothing left of the old confident Travis, the confident, outgoing boy had disappeared, in his place there was only a perverted faggot who paid me for a few minutes of my attention due to swap syndrome. When we swapped our bodies, I thought I would get rid of him to always, but this pathetic middle-aged man was clinging to me like a leech trying to get close to me with his twisted homosexual intentions. I didn't really care what he did with my old body, but I thought I could make some money a month by squeezing every penny of this situation.
-Please! Just, just 5 minutes! I had to pay this month's rent and my landlord told me that if I was late another month he would throw me out on the street.-
I rolled my eyes as Travis the bitch kept giving me stupid excuses about how hard it was to find a good job now that he was a middle-aged man and he was tired all the time from working so much.
-Okay, just shut your fucking mouth.-
I put my hand on his head and pushed him into one of my hairy pits and choked his nose with the sour sweat that was collecting in my armpits. The initial struggle quickly turned into pleasure, I could feel Tyler's breathing slow. He shook until he filled his lungs, his mouth savored the curly hairs of my armpit and sucked up the small drops of sweat with his dirty tongue as if he had crossed a desert.
Tyler's small hands slid to his crotch and he began to frantically massage his cock over his pants, occasionally Tyler would move away from my armpit to get some air and lick my muscular arms with his disgusting sticky tongue, I watched as they passed minutes on my cell phone and before 5 minutes had passed, Tyler's small wrinkled cock soiled his pants with semen.
I pushed Tyler away and a satisfied smile formed on Tyler's face, his chest rising and falling as he tried to recover from the addictive experience he had just experienced, a few hairs from my armpit had stuck to his face and a stain of sweat had formed on the collar of his shirt.
I didn't have time for this, this experience had made me horny, I wanted to unload the enormous amount of cum that wanted to escape from my huge hairy balls, but the disgusting man next to me was not worthy of this...nor did I have another $500
I extended one of my long, muscular arms and opened the door of my luxurious sports car.
-Now get out bitch, see you next week-
As soon as I clean every trace of Tyler from my car, I'll call some of my girls, so I can fill their pussies with my beautiful, hot seed.
This is a second installment of the swap syndrome story, but the only thing they share in common is the same syndrome that is spreading among those affected by the great shift, you can see more by visiting my Ko-fi page:
Fray:
I don’t know what’s going on! Yesterday, I felt like I kept going in and out of a dream.
I can vividly remember being inside of a locked room. And the weirdest part was that I was obviously not me nor was I dad!
It was bizarre because I kept trying to wake up and I felt so dizzy the entire time. That at some point— I just closed my eyes and went to sleep.
But this morning, when I woke up I was in Dad’s bed.
And I looked down at my arms and body. I knew they didn’t belong to me. But when I got to the mirror in the bathroom I totally panicked!
I felt like I couldn’t catch my breath.
Then the craziest thing happened next!
I hear somebody coming into the room, i turn around, and ITS ME!
Or at least my body.
“AHHHH!!!!! WHO ARE YOU AND WHY DO YOU LOOK LIKE ME!”
Then the imposter started talking to me.
“Fray, relax I know this is really confusing and I can explain everything to you. Just take a breath…”
“NOOO WAY!! YOU TELL ME WHO YOU ARE RIGHT NOW!!”
“I will! But you need to calm down!”
I sat down with whoever was in my body and we just sat awkwardly for a minute before he started to speak.
“So my real name is Daniel, I’m an international spy.”
“What?”
“You heard me right.”
“Uhhh so why is there an international spy in my body? And why the hell am I my dad?!?”
“Listen, my specialty and our technology back at the lab allows me to temporarily swap bodies with someone. Normally, I swap with the person who were trying to collect info on. In this case, it’s one of your father’s business partners. Something must have gotten messed up and I somehow ended up in your body.”
Wait, maybe this guys telling the truth.
“So does that mean I was in yours yesterday?”
“Yes, I assume since your dad was well himself. We were supposed to swap back late last night but I’m guessing that our team thought I was in your dad’s body and likewise with mine. And swapped you into your dad… does that make sense?”
Oh my god, this is hurting my head…
“I think so just um… a lot to take in. So we’re you going to arrest my dad or get him hurt?”
“Oh no! It’s just purely collecting info. Neither of you were supposed to know about this.”
Hmm… I’m not sure if I can trust him yet. I do think he’s telling the truth for the most part.
“So I hope theirs no hard feelings, you seem like a good kid.”
“Thanks I guess… what do we do now?”
“Well it’s a bit of a waiting game until I hear back from our headquarters.”
“Wait, you can’t just call them?”
“Uh no, unfortunately we don’t have any direct form of contact given we’re in someone’s else’s body. It could risk safety.”
“Well crap! So that means I’m stuck as my dad?”
“Um for the time being… yes.”
“Well this is just great! I’ve got a secret agent in my body and I’m trapped in my dads!”
“Oh come on Fray! Your dads not a bad looking guy. And maybe you could have fun with it…”
“What do you mean by that?”
“Well you can do things that you’ve always wanted to—anything come to mind?”
I thought for a moment.
For some reason, I couldn’t help but stare at my body. It’s so odd seeing someone else navigate it.
I’m normally a shy person and this guy seems so comfortable inside of me.
Like it’s belonged to him this entire time.
I looked down at my big feet, I always get embarrassed by them. I rarely walk around without shoes on.
This guy’s just walking around half dressed like it’s normal.
“Fray? Are you okay?”
“Yeah… well no… I don’t know… it’s just a lot.”
“Well I’m here and I promise everything will get sorted out. We just have to wait, okay?”
“Yeah, okay. Do you know how to cook?”
“I’m actually an excellent chef!”
“Good because I’m kinda hungry haha.”
“Well I’ll make us something. Oh hold on I got a foot cramp.”
He lifts my big foot up in the air and starts rubbing it.
Ugh, I hate my feet. They’re just so unusually large for my frame. And it’s weirding me out seeing them from another perspective.
“Hey uh Daniel, can you stop rubbing them.”
“Oh sorry, didn’t mean to make you uncomfortable.”
“No you’re good, I just— I can’t stand my feet. They’re probably my biggest insecurity…”
“Wait really? They aren’t bad looking. I actually appreciate them in a weird way.”
“Really?”
“Yeah, don’t get me wrong you have large feet but they look good? I don’t know the right word to use here. But you should appreciate your body for what it is Fray.”
Hm, maybe he has a point.
“Well enough conservation on the feet topic, I’ll get started on breakfast. Do you like sausage and eggs?”
“Oh yeah! And pancakes.”
“Oh solid choice! I’ll get started.”
We both head to the kitchen and it seems like Daniel has really made himself at home.
He seemed to know where most things are located.
I looked down at my dad’s hairy arms. Its still registering to me that I’m in his body.
I wonder what dad’s doing in Daniel’s right now. I sure hope he’s okay.
“So Fray, I met your friend Thomas. He’s a really nice guy, he definitely likes you.”
Wait, what did he just say?
“You met Thomas?”
“Yeah we spent the day together. Sorry, I didn’t want to risk any chance of someone noticing that I’m not you.”
“How the hell could Thomas even figure that out?!?”
“I’m sorry Fray, it’s apart of my job. I’m supposed to keep cover every time I’m in someone else’s body.”
“So what do you mean by he likes me?”
Daniel got quiet for a second.
“Hello???? Earth calling special agent Daniel!”
“I didn’t want to make a big deal out of this. If anything I thought I was going to wake up back in my body this morning…”
“What did you do?”
“Well… he kissed me. Actually, he kisses you. And you may have kissed him back…”
“ARE YOU KIDDING ME!”
“You do like the boy, right?”
God, I really didn’t want to answer this question. I do like Thomas, he’s a good friend.
And I have felt this attraction to him.
“Yeah, I guess…”
“Okay, I figured since your body was so attracted to him— why not pursue it…”
“Yeah but—”
That’s when I see my phone light up and both of us look to see who it is.
It’s a text from Thomas.
“Hey! Heading your way”
This should be great! 🙄
Ah crap! I told my roommate hundreds of times not to go into my room or touch any of my projects. And look at him now! From what I can tell, he accidentally used my body swap device with his dog Keto.
I walked into our apartment coming home from work only to find his body on all fours sniffing around the house while his dog was barking for my attention.
I could be nice and switch them back but what good would that do? Serves him right for messing with my stuff anyways.
“Sorry buddy but you’re going to have to learn your lesson the hard way.” I say to the whining puppy in front of me.
Keto in my roommate’s body crawls over to me. He looks goofy with his tongue hanging out and he starts shaking his butt as if he had a tail to wag. I pet him on the head only for him to start licking my hand. That’s when I got an idea.
I turned to my roommate in Keto’s body again,” Looks like you’ll have to be put in your crate.”
He starts barking at me as I pick him up. I place him in his crate leaving food and water.
“Maybe if you’re good tonight I may switch you back in the morning. Until then you’ll be in here so no funny business.”
I waited for him to start barking again but he was silent. “Good boy.”
I head to my bedroom and bring Keto with me. And shut the door behind us.
He seems really into licking, if you know what I mean.
Dan:
My name is Daniel Smith but most in the agency know me as Special Agent S.
You see I’m an international spy trained to collect information. But what I do is very different from most field agents. You see my mission require me to live somebody else life in order to obtain what I need.
How does it work? Well with our sophisticated technology, all I have to is lay down in this locked room while my mind is transferred with target.
While I’m off on my mission, my body is monitored by security just to make sure who’s ever in it doesn’t try anything. It also helps that I take a sedative right before—
Today’s mission: James O’Reilly, a wealthy man hosting a dinner party in downtown Dallas.
Although he’s not the main person we are planning to collect information about his business partner.
So here we go! I laid down in the bed, took my sedative, and closed my eyes.
The next moment I wake up I’ll be James O’Reilly—
I opened up my eyes and looked down.
First, thing I saw was feet.
But somethings seemed off— they’re definitely a guys feet but James is in 40s…
I look down at my hands and they youthful.
I looked around the room, it wasn’t something I’d expect for an adult man but more for a college aged boy.
Posters were hung up of bands, a pile of clothes were in the corner of the room.
I searched everywhere for a mirror. And finally came across one.
Staring back at me was a boy probably in his 20s. I started to panic! This isn’t supposed to happen.
It’s never happened before and we don’t have a protocol for mixed up swaps.
I guess the first thing I need to figure out is who’s body I’m currently in.
That’s when I hear a knock at the door.
“Fray, can I come in?”
“Uh sure!”
Well there’s a start! The kids name is Fray.
That’s when a handsome gentlemen in suit a-tire walks in. And all I could do was stare in horror.
The man in front of me was James O’Reilly!
“Son, are you okay? You look like you just saw a ghost!”
“Uh, yeah I’m okay dad.” The words rolled off my tongue as it registered— I’m in James’ son’s body.
“Well I’m about to leave for the party do you need anything before I go?”
“Uh nope! All good! Just going to have a really calm night. Nothings unusual here.”
“Are you sure you’re okay? Your face is pale.”
“Yeah I’m good probably just need to eat something.”
“Okay, well I left some cash downstairs if you want to pick something up. I’ll be home late tonight so don’t wait up for me.”
With that James gave me a hug and walked out the door.
Unsure of what to do I realized that I didn’t have a number to call nor could I go back to HQ. It’s on the other side of the country.
I’m stuck here until headquarters swaps us back.
I opened up fray’s wallet and looked at his license. He’s 20 years old and his full name is Francis.
I guess Fray must be a nickname.
I checked the clock, I have about 10 hours until the scheduled swap back happens.
I probably should just relax, sides I haven’t taken a break from a mission in awhile. And it wouldn’t make sense for me to show up as James’ son to the party.
I laid back in Fray’s bed and my eyes kept going back to his feet.
They were surprisingly huge for his frame. And I wasn’t sure what it was about them but I liked them.
His toes were long and well kept. His soles were smooth. Oh god, I think I’m getting turned on by this.
I brought his left foot up to my noise and smelled it. I can tell he hasn’t bathed today.
I pull down the pajamas I had on and was by the size of his dick. It’s huge!
It looks almost odd compared to his frame.
I started stroking it and it felt so sensitive. I’m a good way.
I let out a soft moan. Mhmmm it feels so good…
It’s so dirty and wrong, I shouldn’t be doing this in his sons body but his feet.. his slim chest… and his giant monster… oh— I’m getting close!
I bite my lip and my eyes roll to the back of my head. And I exploded all over Fray’s chest.
I was covered in it and had a dirtier thought come to mind. I take some of his juices and put it on his left sole.
I licked every last drop.
I laid back again thinking about what I just did in Fray’s body. I felt some guilt but at the same time I couldn’t wait to do it again.
That’s when I see his phone light up, someone named Thomas was calling.
I hesitated to answer it but went for it anyways.
“Hello?”
“Hey! I’m the way, should be there in 10. Have you figured out what movie we should watch?”
“Uh, not yet.”
“That’s okay I’ll be there soon, we can pick one out together. Don’t forget we still need to get some of school work done. ”
“Oh okay, I’ll see you soon then.”
“Bet! See you soon!”
Crap! His friend is coming over, I need to get dressed quick!
ADVERTENCIA DE CONTENIDO: Esta historia incluye temáticas de transformación y control de cuerpos con un enfoque sugerente. Si este tipo de narrativa no es de tu agrado o no cumples con la edad recomendada, te sugerimos no continuar. Todas las imágenes utilizadas (si las hay) pertenecen a sus respectivos dueños. No reclamo ninguna autoría sobre ellas y solo se usan con fines ilustrativos.
Si decides seguir adelante, bienvenido a Possessed Desires, donde la mente y el cuerpo nunca están completamente bajo tu control.
Switch Up: Conclusiones (Versión Español)
La vida había sido perfecta desde que Miles nos mostró el control y terminamos en estos cuerpos.
Nos habíamos vuelto los reyes de la escuela, ya no era necesario escondernos de los brabucones, o pasar desapercibidos por los pasillos, no. Ahora a cada paso que dábamos, al menos una persona nos volteaba a ver cómo si su vida dependiera de ello.
Era como tener poder en su expresión más pura. Atractivos, musculosos, ¿Quién no quisiera tener todo eso?
Algunas cosas habían cambiado, tal vez la gente lo notó o prefirió ignorarlo y tomarlo como normal. La forma en la que Blake ahora se vestía, los nuevos intereses en Caleb, los coqueteos más notables del nuevo Ruben.
O incluso la relación de Alan y Blake. Que ahora parecían no poder mantener sus manos alejadas del otro por demasiado tiempo.
Todo estaba cómo debía de ser. Nosotros a la cabeza, ya no siendo sombras.
Hubo partes extrañas y difíciles de acostumbrarnos, claro. El control de Miles aun no tenía la capacidad de dotar al anfitrión con los recuerdos y memorias del cuerpo cascarón.
Por lo qué acostumbrarse a una nueva casa, hobbies e incluso a un nuevo círculo social, era todo un reto. No imposible, pero si algo que costó al menos las primeras semanas.
Aunque, las habilidades base de los cuerpos sí parecían permanecer, como una especie de piloto automático. Descubrí en poco tiempo que me gustaba bastante el teatro, no sabía si era por el "estilo base" de Ruben, pero había una extraña satisfacción en pararme en un escenario con cientos de personas frente a mi y tenerlas comiendo de la palma de mi mano.
Debo de admitir que me he vuelto un poco egocéntrico (y aunque no me guste decirlo frente a los nuevos Caleb y Blake, eso me preocupa). Sé que ya no soy Ethan, que eso quedó muy atrás ya, ¿pero y si mi personalidad original se pierde?
Quería tomar el lugar de un chico popular, más no convertirme en cuerpo y alma en él. Mucho menos en una versión hiperproyectada de él.
— ¿Nos llamaste? – pregunté, apenas saliendo de un ensayo de teatro. Por más tiempo que haya estado dentro de este cuerpo, aun no podía acostumbrarme a él. Seguía mirando mis fuertes bíceps por el rabillo del ojo, o haciendo rebotar mis pectorales por mero juego.
— Sí, últimamente he estado pensando algo – Blake asintió para sí mismo, mirándome a mí y a Caleb en la otra esquina de la habitación.
— ¿Y qué es?
— Bueno, desde esto – sacó el control de su bolsillo – me he dado cuenta que ya no solemos estar juntos, antes íbamos a todos sitios, ahora tú estás con el teatro, tú con tus amigos bromistas o con esas cosas de cosplay.
— ¿Y tú? – Caleb habló – Sólo te la pasas con tu nuevo novio, tus entrenamientos o con tus experimentos.
Hubo un silencio, Blake negó.
— Ese no es el asunto. Me refiero a que los tres nos hemos descuidado entre nosotros, antes éramos unidos, ahora parece que no tenemos tiempo ni para responder mensajes.
Entendía lo que decía Miles pero de cierta forma, también le daba la razón a Logan.
— Tampoco has hecho tiempo para nosotros – murmuré bajando la vista.
El silencio se instaló un buen rato entre nosotros, hasta que Caleb se atrevió a romperlo.
— Los quiero, chicos. Pero tal vez es parte también de... esto – señaló su cuerpo para después hacerlo con nosotros.
— ¿Dejar de ser amigos? – pregunté con tono bajo.
— Tal... Tal vez.
Él también bajó la mirada.
— No puedo creer que en verdad estén diciendo eso – Blake nos miró con cierto recelo – ¿Dejar de ser amigos sólo porque... cambiamos de cuerpo?
— Ya no somos las mismas personas.
— ¡Lo somos por dentro, Logan!
— ... Ya no me llamó Logan.
— ¡Pero sabes que lo eras, mierda!
La respiración de Miles se volvió irregular y agitada un instante, se quedó pensativo.
— ¿Y qué propones? – Lo miré.
No dijo ni hizo nada un rato, era extremadamente incómodo hasta que empezó a avanzar hacía Caleb, serio, se puso frente a frente, pensé que estaban a punto de golpearse hasta que Blake se acercó a besarlo.
Caleb trató de empujarlo pero terminó cediendo, fue una serie intensa de besos, el más apestoso tomó cierta autoridad mientras apretaba los cabellos de la nuca del otro, apegándolo a él.
Hubo mucha lengua y saliva de por medio, eran ruidosos en extraño, poco a poco el ambiente empezó a calentarse más, Caleb tomó de la cintura a Blake para arrinconarlo contra la pared, su espalda chocó de golpe, lo que lo hizo soltar un jadeo pero aun así continuaron besándose.
Siguió por un rato hasta que pareció que recordaron que estaba yo ahí también.
— ¿Te vas a quedar sólo ahí? – Miles preguntó, mirándome con una mezcla entre lujuria e impaciencia. Al no ver respuesta, levantó la mirada hacía Logan y le hizo un ademán.
El otro se separó y avanzó hacia mí. No pasó ni un segundo que ya tenía su lengua dentro de mí, sus manos rondando y aferrándose contra mi piel.
— Ah... N-no entiendo p-porque esto nos hará v-volver a s-ser unidos
Tartamudee cómo pude mientras Logan parecía haberse convertido en una bestia sedienta de deseo besando mi cuello. No sabía si era él o rastros de su nuevo cuerpo, pero cielos... Sí que era territorial, agresivo y primitivo.
— Queríamos hacer esto juntos. ¿No? – Miles dijo, acariciando su pecho y sus abdominales descuidadamente – Deseábamos ser deportistas para ser ardientes, populares, todo juntos. ¿Pero cuándo nos dimos tiempo de probar lo que teníamos ahora?
No podía pensar en nada. Por una parte me parecía descabellado y completamente ridículo lo que decía Miles. ¿Qué tenía esto que ver con que ahora nos estuviéramos besando?
Quise pensarlo cómo una especie de estrategia de terapia de parejas pero, éramos amigos. ¿Qué era esto?
Antes de que pudiera decir más, Miles se acercó por detrás y empezó a acariciar el cuerpo de Logan, lo que lo hizo soltar leves gruñidos.
— ¿Y ese es todo tu... todo tu plan?... – murmuré pesado, enfocándome en que Miles tenía el control en las manos – ¿Es necesario que siempre traigas... eso contigo?
Él sonrió.
— No, pero me siento más cómodo así... No conozco del todo a mi nueva familia, imagina dejar el control por ahí y que todos empiecen a cambiar de cuerpo a diestra y siniestra – explicó con aquella aura de nerd que aun se filtraba de vez en cuando, no podía explicar porque, pero eso me hizo sonreír – Además de que ahora podemos hacer esto.
Presionó y apunto, y de repente, ya no lo estaba mirando, estaba observando a la pared, con mis labios contra el cuello, acomodado entre las piernas de alguien... Ahora estaba en el cuerpo de Caleb.
— Uh... ¿Por qué hiciste eso? – preguntó mi antigua voz.
— Dicen que la mejor forma de entender a otra persona es ponerse en sus zapatos, ¿no? Pues sorpresa, nosotros podemos hacerlo.
Antes de siquiera responder, de nuevo me encontré en un cuerpo ajeno, el control en mis manos. Caleb se separó, mirando sus enormes manos.
— ¿Por qué él? Es un gorila sin cerebro – murmuró acariciándose y olfateándose, a lo que hizo un gesto extraño – Mierda, ¿qué es ese aroma?
Y fue cómo si perdiera la cabeza, de repente se pegó a su axila con necesidad, inhalando fuerte y frotando su axila para llenar su nariz de sudor una y otra vez.
— Por que quería vengarme de él – Era extraño ver a Ruben hablar sin que yo estuviera a cargo – Además... Es sexy, un himbo sin cerebro, es más fácil socializar con algunas personas, no me tengo que preocupar por ser... interesante. Puedo decir cualquier estupidez y la gente se reirá, aunque... El aroma es un problema.
Hizo una mueca, pero Miles seguía perdido en aquella experiencia nueva.
— ¿Aroma?... ¿De qué rayos hablas?... Si huele delicioso...
— Eso es porque Caleb tiene hiperosmia, por eso él siempre quería oler así de fuerte. Le gustaba su propio hedor
El nuevo Caleb seguía olfateándose. Hasta que de golpe volvió a pegarse contra el cuello de Ruben, oliéndolo y besándolo.
— Mierda, si que hueles bien.
Ruben jadeo pero sus piernas se aferraron contra la cintura de Caleb, empezándose a frotar contra él.
Era un caos entre besos, Caleb oliendo la piel de Ruben, el latino jadeando y pegándose a la axila del chico. No pude contenerme y apreté el control, terminando con Caleb sobre mí.
— ¡No es justo! – el cuerpo de Blake reclamó.
— L-lo siento a-amigo.
Tartamudee con una sonrisa.
Blake se acercó y se pegó contra Caleb, empezando a acariciar su cuerpo, frotándose y besarlo.
En menos de lo que pensábamos, no quedaba ropa alguna, jadeábamos al unísono, besos torpes y manos ansiosas por todos lados. Logan en el cuerpo de Blake, yo en el de Ruben, Miles en el de Caleb. Aunque el orden no importaba mucho ya que cada cierto tiempo. Alguien tomaba el control para terminar en otro cuerpo.
— ¡Woah! ¿Por qué te decidiste por un latino? – Miles preguntó acariciando su pecho y su rostro.
— Porque es ardiente, me gustó desde el primer momento que lo vi – susurré repartiendo besos en sus muslos – Es interesante, guapo, y tiene algo único sobre los otros.
— Mucha mierda romántica – dijo Logan acariciando el pecho de Ruben desde atrás – ¿Tú por qué escogiste a Blake?
Miles soltó una risa.
— ¿Es necesario explicarlo?
— Nah... – ambos se besaron con locura.
— ¿Tu novio no se enojará por esto? – pregunté.
— Sólo estoy re uniendo lazos con mis mejores amigos. ¿Cuál es el problema?
Al poco tiempo después, el cuerpo de Ruben estaba en medio de mí en el de Caleb, Logan al frente con el de Blake. Estaba metiendo la vara de mi nuevo cuerpo directo en el nuevo de Miles. Lo que lo hizo jadear.
— ¡Ah, es grande! – se quejó.
— Otra cosa por la que lo escogí – respondió sonriendo Logan antes de que se besaran.
Estaba perdido en la sensación que no me di cuenta cuando Miles tomó el control para cambiarnos entre sí, de nuevo en nuestros cuerpos originales.
— ¡Mierda, avisa que harás eso, mfh! – no pude evitar jadear, mis ojos rodaron a blanco por un rato. Sentí cómo Caleb llenaba todo de mí, Blake se acomodo con una sonrisa al frente para tomar mi rostro entre sus manos, acariciando mis mejillas.
— ¿Recuerdas lo que hiciste conmigo cuando estaba dentro de Alan?
Trague saliva nervioso.
— A-amigo, no s-sé de que hablas
— Nah, no seas cobarde, Ethan – tomó uno de mis pectorales para estrujarlo lo que me hizo soltar un ligero grito – Dilo.
— ¡Ah, mierda! ¡Te use!
— Genial. ¿Y no crees que debes pagar por ello? – un destello se formó en sus ojos. Hizo una señal a Logan, lo que hizo que aumentará las embestidas, mis ojos volvieron a ponerse blancos del mero placer, jadee como loco. Un poco de saliva escapó de mis labios mientras sentía que Logan estampaba sus caderas con más fuerza, Miles me tomó de la barbilla con determinación.
— ¿Te encanta cómo se siente él dentro de ti, no?
— Me encanta tenerlo dentro de mí... – murmuré jadeante.
Tomó mi cuello con algo de fuerza, apretándolo.
— ¿Y se siente bien?
— Se siente tan bien – dije entre quejidos de placer.
Miles volvió a sonreír con egocentrismo, tomando mi mano para dejarla en su masculinidad, con su otra mano, me atrajo para besarme con necesidad y deseo.
Todo se volvió un caos pegajoso, sudoroso y un tanto apestoso después de eso, no quiero imaginar que lío encontró el conserje que tuvo que limpiar eso.
O la clase que entró después de eso.
Extrañamente, Miles había tenido razón. Fue como sentir de nuevo una conexión real entre los tres, como siempre había sido.
Era lindo tener de nuevo a mis mejores amigos, sabía que sería extraño – de nuevo – para otras personas ver convivir a Caleb, Ruben y Blake cómo viejos amigos, teniendo en cuenta que antes del cambio, ninguno se hablaba entre sí.
Pero lo importante era tener a mis amigos de nuevo junto a mí.
— ¿El viernes quieren hacer algo? – teclee en el chat grupal.
— ¡Sí! Se estrenará una nueva película de héroes. ¿Podemos ir a verla? – Logan respondió.
— ¿No te cansas de ser tan ñoño? – Respondí a modo de broma.
Logan sólo envío una foto.
— Un ñoño que te dejó con las piernas temblando.
Sonreí, aunque extrañamente... Miles había estado callado desde hace un rato.
— ¡MIERDA! – escribió en el chat.
— ¿Qué te pasa. Está todo bien?
— ¡CARAJO, NO! ¡NO ENCUENTRO EL CONTROL!
— ¡¿Qué?!
— ¡Debimos de dejarlo en el salón! ¡Ese fue el último lugar dónde lo usamos!
— ¿¡Amigo, que mierda!?
— ¡No lo sé. Lo olvide por completo!
— ¿Y no puedes hacer otro?
— ¡Claro que sí, ese era sólo el modelo beta! ¡Pero ahora está perdido, quién sabe dónde!
Tratamos de encontrar el control después de eso, incluso fuimos en plena noche a la escuela. Pero nada, ni rastro del control.
Miles halló una forma de poner un "seguro" a nuestros nuevos cuerpos para repeler la interferencia del control original. Así que de nuevo, todo salía bien para nosotros, pero... ¿Y el control?
———
Espero que hayas disfrutado esta historia tanto como yo disfruté escribiéndola. Si te gustó, no olvides darle follow y compartirla para que más gente la descubra. Siempre estoy abierto a sugerencias e ideas, así que si tienes alguna fantasía o escenario en mente, déjamelo saber en los comentarios o en mensajes.
Esta fue la quinta y última parte de "Switch Up", espero que les haya gustado, a mí me encantó escribirla, es mi proyecto más grande dentro de está comunidad y género, por el momento, la historia de Ethan, Miles y Logan ha llegado a su final, pero. Tener el control remoto me ha abierto una puerta a otras historias, así que he decidido hacer un spin off llamado: The Switch Club. Breves historias independientes o interconectadas entre sí para extender la fantasía de cambio de cuerpo en la preparatoria, espero que les guste lo que tengo planeado para ustedes
Nos vemos en la próxima historia… ¿Quién sabe qué cuerpo ocuparás esta vez?
———
I just added Edgar to my collection. I loved how he styled himself. Now he’s just a husk for me to wear. I’m still getting used to my new skin. I love how I look in it. I’m sure there are plenty more Edgars’ where he came from.
Alex:
Before the great shift, I was a middle aged single guy and all of my neighbors thought was I weird. But the shift put me into my neighbor’s sons body. And I have to say I’ve been living it up!
My neighbors son was one of the key players on the football team and damn the kid’s built. Just look at these muscles!
I probably flex them at least ten times a day.
I’ve spent my days mostly by my pool or making sure to keep this body in shape.
One of the best parts is that I no longer need to work! Well at least my works pretty easy. I’m now on onlyfans getting paid to show off these beautiful feet.
And a lot of my fans pay a nice premium just for some personal photos.
Before I was out of shape and pretty insecure. But now I’m hot and can’t wait to show off this bod.
Although the neighbors son is pretty pissed. I always catch him trying to get a glimpse of his old body. And I don’t mind giving him a show.
The other day I caught him rubbing his crotch while staring at me. But I don’t mind. How could you not lust after this?
I guess the Great Shift wasn’t terrible for everyone. I’m pretty happy!
Now if you can excuse me, I need to go jerk off my huge cock before I have my afternoon tan.
So My neighbor David and I ended up in each other’s son body while our son’s ended up in ours.
It’s an interesting situation around. Although both of our sons seem to love it. 
Lately, we’ve been sharing a house just to manage the boys easier. And it’s been difficult.
The hard part me is trying to control my adult teen while also dealing with teenage hormones. I really forgot what it’s like to be this horny all of the time.
The other day David walked in on me jerking off. In his sons body, how embarrassing!
It was a bit awkward for sure but he didn’t say anything—probably just trying to keep the peace.
Hopefully they will figure this whole thing out because I don’t know how I’m going to control myself. Oh god! I have another boner!
After walking in on Don I knew all bets were off! I’ve been fighting the urge to jerk off myself.
But after seeing him with my sons dick in his hand I knew I needed some relief myself.
It’s odd being so much younger again and even more bizarre seeing Don’s son walk around in my body. The worst part is that I think Don’s son is gay and had a crush on me.
Now every time I see my former self I have to hide my boner.
I just hope neither of the boys noticed!
The Great Shift has been the best thing ever!
Not only did we both end up in each other’s dad’s bodies but both of them are too distracted by our bodies to pay any attention to what we’ve been doing.
Most of our summer has been exploring and getting to know our new selves. We even sleep in the same bed together which makes every night fun!
It’s a little weird messing around with my dads body at night. But it’s been some time since the Great Shift happened and I don’t even think about it that way anymore.
To me my dads body now belongs to Andrew.
Another cool part is that Andrew and I will sneak out to go to bars! And no one suspects a thing since were in adult bodies.
And before either of our dads wake up we always sneak back just in time.
Man, I love the Great Shift and I’m glad I get to go through it with my best friend.