Kurt Cobain

Abrí los ojos, yo solo dormía -supongo que me despertaron sus llantos y gritos-, entré de prisa a su cuarto. Estaba derramada en el suelo; ella y parte de su sangre, parecía una pesadilla. Ha sobrevivido a demasiados huracánes, pero ésta vez no soportó, y se dejó caer al vacío. No, no era un sueño; mi hermana se había cortado las venas y yo sólo dormia. Ojalá hubiese sido tan solo un mal sueño. ¡Qué inútil! Inútil yo, simplemente me senté junto a ella y vendé sus muñecas. ¡¿Para qué una maldita venda si ella lo que necesitaba era que le sanaran el corazón?! Pero yo de sanar no sé, el mío anda siempre roto. Le han hecho tanto daño, y yo, bueno, yo también la he matado un poco. La sangre se detuvo, se coaguló o tal vez el corte vertical no fue lo suficientemente profundo, pero ella pudo haber muerto, y yo sólo dormía. Sus gemidos, el sutil olor a sangre y la imagen de su rostro hinchado de tanto llorar; jamás saldrán de mi mente. Desde entonces me pregunto ¿cuántos duermen mientras deseámos morir, o cuántos mueren mientras nosotros intentámos dormir?

16 de julio del 2017

I’m EMA

Una persona con depresión no siempre tiene cortés.Una persona con depresión no siempre deja de comer.Una persona con depresión no siempre tiene malas notas.Una persona con depresión no siempre está llorando.Una persona con depresión no siempre tiene ojeras.

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A los ojos tristes hay que hacerles menos preguntas y darle más abrazos

(via textosdeunasuicida)

Estoy ebria de tristeza.

Todos tenemos un demonio en nuestro interior, pero cuidado con  los demonios de CAPRICORNIO, Escorpio y Aries, sus regentes Saturno, Marte y Plutón, no son fáciles de conllevar si predominan en la carta natal. 

En las despedidas más tristes nadie dice adiós.

(via frases-sentimientos)

Es absolutamente necesario suicidarse cada cierto tiempo. Huir de uno mismo, perderse, levitar, ayunar, sentir el cuerpo vacio, agotado, dolorido. Mudar la piel, beber, vomitar, tocar fondo, follar con desesperación y luego no recordar nada. Estar ausente de todo. Para después, aferrarse de nuevo a la vida. Reencontrarse. Vestir colores pastel, andar a paso ligero y sonreir a los vecinos cuando te saludan en la escalera. -¿Qué tal estás, preciosa? -Jodidamente bien, gracias.

(via sediciosa-idea)