Al Final Se Bajó Waja

Al final se bajó waja

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Un partido que a duras penas logra mantener una cohesión. Una candidatura llevada por un arrastre bajísimo, con una experiencia que remite a una Subsecretaría —cuyo mérito único es llegar hasta el final. Un partido que no puede conciliar su propósito de «líder de coalición» con una exasperación centrífuga de «notable partido principal» (F. Espinoza existe porque logra reunir unos votos en un sur derechizado, «gracias por los servicios encomendados»). Una candidatura proveniente de una senaduría —que es lo que le ha entregado la voz— cuya elección no fue «popular» sino por designación de Comité (reemplazo de Á. Elizalde). Un partido que afirma un «socialismo democrático» cuando no se puede sostener siquiera un programa socialdemócrata (¿socioliberalismo? ¿socialdemocracia escandinava? ¿T. Blair, O. Palme, H. Schmidt?) ni reconoce una legitimación considerable de organizaciones a su izquierda sin lloriquear («¡ay, el FA aquesto! ¡ay, el PC aquello!»).

De acuerdo, estas primarias manifiestan quizás su propósito más «racional» (dígase, interesado): medirse la tula las fuerzas entre sí. Pero el tan renombrado «socialismo democrático», con un partido plataformero nacido del propio PS ¿no habría sido mejor unirse con Tohá? ¿No tendría mejor camino, mayor eficacia, unir lo que, en rigor, nunca estuvo lejos? ¿Tan distinto es el PPD del PS? (Porque, tercera vía...)

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Advertencia para despreciables e imbéciles. (1) Desprecio con ahínco el FA por su socioliberalismo sempiterno con exasperante progresismo. (2) Considero al PC actual meramente como socialdemócrata —a lo sumo, eurocomunista, si me pillan generoso. (3) Si me interesa esta candidatura (aunque sea para despreciarla), desde luego, no me considero afecto a alguna derecha. (4) Si me llaman ultrón, lo consideraré piropo y empezaré a jotear.