Mar., 01 de dic. de 2020
Vivo con la constante y eterna disyuntiva de los que nada le temen a la vida. Vivo asociando estrellas para asimilar la actividad de mi corazón. Vivo con los sentidos en medio de la naturaleza. ¡Y todavía me pierdo de tanto! Vivo escuchando las historias de los pueblos; viviendo la humanidad imperfectible de los que viven y sueñan al mismo tiempo, amando el mismísimo amor. Elevando lo bello de un botón floral y la magnificencia de un árbol acariciando el cielo. Y aún hay tanto por percibir... Por eso vivo. Por eso nos encontramos. Por eso te vivo completamente. Hablar de ti es vivir. Y a mí me gusta vivir.
Nadie jamás fue antídoto y veneno, hasta que conocí el peso de su ausencia.
Tengo algo bueno. Sí, tengo una gran virtud: hago determinadas cosas increíblemente rápido. Cocino rápido, tardo un suspiro en comprar en el súpermercado; antes de que pestañees ya estoy duchado, perfumado y vestido. Recoger la mesa después de comer, poner un lavavajillas, ir de sitio a otro andando. Soy un puto rayo. Es mi súper poder.
Enero de 2020
Oh, Dios, yo sé tu nombre pero no te conozco; yo sé su nombre pero no la menciono.
«Por inercia ha prendido el televisor para escuchar el noticiero madrugador, pero tan temprano que la pantalla se ha llenado de esa zumbadora tormenta de puntos luminosos que parece descargar toda la reprimida violencia eléctrica del aparato cada vez que no hay nada en el aire. Las imágenes en el aire ocultan la violencia de la misma forma que la distancia lo hace con lo que Luciano ha terminado por llamar "paisajes-conceptos". tiene la certeza de que ver a Lima desde su ventanal o al Perú desde un noticiero es totalmente distinto a estar pisando esos lugares, pero eso es algo que lo indigna cada vez menos o, en todo caso, se acostumbra convivir con la indignación cada vez más. Época pre-electoral y ya no sabe ni por quién votar: en el banco no hay con quien conversar seriamente de política.
Al cortar el pan de desayuno, no mucho tiempo después de haber desenterrado la cabeza de la almohada, piensa que ella lo ha vuelto a saludar desde los tiempos y los lugares sin nombre. La austeridad lo hace tener sueños extraños y recuerda que al despertar ha intentado odiar algo sin poder odiarlo porque las cosas ahora son como tienen que ser. Sonríe mientras se peina frente al espejo con sus ojos bien puestos sobre sus propios ojos(los únicos que pueden devolverle el fielmente invertido reflejo). Alistándose para el mundo, como tantos otros frente a sus espejos, se ve como dentro de otro marco conceptual, pensando que un héroe se puede formar a partir de una extrema debilidad de carácter, de esa debilidad del que quiere ser algo pero se demora en conseguirlo.
La imagen de la muchacha de los lugares y tiempos sin nombre vuelve interrumpir sus reflexiones con una sonrisa tan franca que hace los paisajes- conceptos rectángulos solemnes y ridículos. Encuentra raro toparse una y otra vez con esa mujer soñada porque el amor es algo terrestre, algo tan dentro de un lugar específico, un encierro que lleva a través del delirio del orgasmo a las zonas de lo atemporal y lo confuso. Pero esa mujer lo llevas a zonas con solo mirarlo, como asegurándole que hay otros caminos para vivir el amor. Luciano vuelve a rascarse las nalgas mientras observa desde el ventanal los techos que ocultan espacios.
Después de todo es el mismo aire para todos, es el mismo aire fresco ante el que se puede cerrar los ojos y el amor se hace tan presente que se puede respirar (no suspirar, como diría algún romántico, sino aspirar, tomarlo como un elemento más del entorno para trabajarlo en beneficio del propio sentimiento). Alimentado de mañanas despejadas como ésta, debe trabajar para recuperar el terreno perdido del amor.»
Melvin Ledgard. Los sentimientos de Luciano
Juev., 10 de dic. de 2020
Te he encontrado en un poema de Emily Dickinson. Búscate, búscate que seguro te encuentras. Que yo en cuanto lo leí, sentí la urgencia de leerlo en voz alta para que el mundo se enterase de nuestro amor. Porque dime, «si hay personas que no tienen vergüenza luego de decir una mentira, por qué tendría yo vergüenza o reparo alguno en decirte que te quiero».
Vier., 18 de dic. de 2020
Mantienes una conversación sobre ella con la página en blanco todos los días. En tu sangre fluye el éxtasis de su alma entera siendo marea viva en el corazón; barca sobre tinta de esta fiebre del alma solamente una, única, momento único de entre todos lo momentos del mundo.
Dom., 22 de nov. de 2020
No me doy cuenta de la magnitud de mi cariño hacia ti. Y es lo de menos. Todo mi ser te evoca. Tu sonrisa y tu mirada a todas horas. En cada estrella del universo, en todos los tiempos del mundo. En cada palabra viviente y por cada sonido que habite el amor. En cada corazón de un niño estás. En cada semilla de esta tierra creces.
Junio de 2018
Porque no escribo para nadie, porque no persigo nada. He de decir mucho, escribir a la nada y esa nada tenga su rostro. Me he perdido entre la peor circunstancia y ya no me siento capaz de regresar. Pero he querido regresar… Magnífico el sueño donde mis ojos cruzaron con los suyos, regresando, una tras otra, hacia su delicada pendiente, observándola en la memoria de mis sueños. Despiadados sean los sueños que no me permiten verla de nuevo.
Mar., 5 de jul. de 2022
3:37 a. m.
Tus fotos son ahora mis postales favoritas. Me gusta la sutil posdata escrita en esa curva violenta de tu boca. Tú... tan solo estás sonriendo… Y ya me sabes a inmensidad.