No sé para qué escribo, ni para quién. Pero sé que quizá con mis palabras cambie muchas mentes o eso espero.
Jamilys Azócar
Cada vez pienso más en ti y tú maldita sonrisa, pienso en cómo te ves respirando un nuevo día, como son tus posturas en la cama y lo que se encuentra al final de la comisura de su boca.
Usted, tan opaco y ansioso. Podría decirle que se ve tan bonito de la mano conmigo, se ve feliz intentándolo. Está bien, en el fondo está bien pero respirando entre cortado. Te quiero a luz del día y a medias de la madrugada.
Es imposible imaginarme con alguien más, nadie más podría tocarme como lo hace usted. Como me tocas con tus pupilas dilatas y a media cara triste. Como no podría enamorarse de usted a plena luz del día, escribiéndole y recitándole algo bonito mientras toma su taza de café.
Me imagino lo impredecible que es usted, que me toma y me deja pero me tiene allí. En sus piernas o entre. Podría escribirle miles de noches, cuantas usted me pida pero no suplique por sonrisas, ven y cuenta mis lágrimas, desaparécelas. Te quiero a ojos abiertos como también soñándote, divagando entre pensamientos y nubes, te quiero a sonrisas y entre punto y coma, entre comillas y a tres puntos suspensivos.
Té deseo pero acabó. Casi no puedo diferenciar entre “té quiero” y “te quiero”. Los dos me saben a ti y a tus labios sabor pastel.
Podría pintarte un arco iris en la espalda, recorrerlo por completo. Contar cada pedazo de meteorito que cae por ella, cada sombra que se impregna en ti. Daría todo por ver tu primera sonrisa al despertar, por sentir tus primerizos abrazos, porque me tocaras con dedos hábiles y a respiraciones lentas. No te necesito pero te quiero, tan simple como ello.
Te puedo hablar de amor miles de horas, de cómo se enamoraron la vida y la muerte, de cómo se oculta el sol para dejar ver a la luna. Te puedo contar de cosas que brillan con luz propia.
Que no daría por dar un paseo entre tu clavícula y tu espalda, entre tus ojos y tu boca, entre tus piernas, navegar en tus lágrimas, volverte un desierto con espinas de rosas.
Somos nada que pueden terminar siendo algo con sabor a todo, podemos ser arte. Te imagino en unos meses, loco por mis cabellos enredados y por mis ojeras, mis ojos achinados y mi sonrisa media rota. Sólo es cuestión de madrugas y alguna de tus fracciones y las mías. Unamos el dolor, puede que surja, puede que no nos dejemos ir.
¿No te da frío andar por ahí sin mí?
poetaprohibido (via bohemiofilosofico)
¿Me estoy ahogando o sólo salvando?
Estoy soñando que te estoy buscando
Estoy corriendo por un bosque lleno de flores
Empiezo a tropezar con ramas secas
Me están persiguiendo y exactamente no eres tú
Mirar atrás es dar un paso en falso pero necesitaba verte
Estás tan gris, tan débil, tan frágil, tan vacío y transparente.
Mi piel está algo erizada, mis manos no son capaces de sentirte
Podría susurrarte que casi siento morirme
No toco fondo, estoy cayendo de un acantilado
Me distraje en tus ojos color miel, en tu cuerpo hecho de los arboles
No pude dejar de extrañar todos los lunares como mapas
Llegué al punto de tocar fondo, estaba mojada, caí en un mar negro
Un mar sin medidas
Un mar sin lados
Un mar lleno de rocas
Un mar que se resumía en tus ojeras y la comisura de tus labios.
Me estaba hundiendo, por dormirme estuve a punto de ahogarme.
Desperté y estaba usted a mi lado, observando mis pestañas y
Casi perdiéndose en ellas.
Lo terrible de la fotografía no es que nos recuerde dolorosamente la ausencia del objeto, sino que nos revela la ausencia del sujeto.
Beatriz Villicañas (via entreletrasycafeina)
Nadie, pero nadie, puede negar que no le ha pasado esto
Hola, me llamo Azul. Algunos textos en páginas para hacerte sonreír con algún recuerdo. Redacto todo lo que siento acá. Si quieres saber algo >>> http://ask.fm/JamilysAzocar
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