DE ANDROIDES Y CIUDADES NEÓN: CIBERPUNK

DE ANDROIDES Y CIUDADES NEÓN: CIBERPUNK

Por Victor C.T.

¿Qué es el alma? ¿Qué es el cuerpo? ¿Dónde empieza cada uno y qué es lo que nos define como seres humanos? Este es una pregunta existencial que desde sus inicios ha sido explorada por el Ciberpunk.

Nacido de la literatura, el término fue acuñado por dos componentes: “Ciber”, etimología griega de la palabra gobierno, y Punk cuya referencia no es específicamente a un género musical sino a una postura disidente, lo cual encaja con el mundo que este género nos plantea: un futuro distópico donde coexiste la alta tecnología y la marginalidad.

Teniendo a la novela 1984 de George Orwell (1949) como primer antecedente, aquellos mundos del mañana casi utópicos planteados desde el optimismo más genuino de la literatura fantástica vendrían a ser sustituidos por ficciones especulativas donde los panoramas grises y las estructuras sociales estaban bajo el dominio de fuerzas todopoderosas de control político.

Pero fue a finales de los 60 cuando Philip K. Dick con ¿Sueñan los androides con ovejas electricas? (1968) comenzaría a darle forma al imaginario que caracteriza al Ciberpunk. Este libro en el que fue basada parcialmente la cinta clásica Blade Runner (1982) de Scott Ridley, dejaría el camino abierto para lo que vendría a ser la consolidación del género.

En medio de la Guerra Fría, el mundo empezaba a cambiar de formas inimaginables; la era digital comenzaba a tomar forma y las divisiones políticas eran más que notorias en una década clave para el mundo por significar la transición hacia la última parte del milenio.

Bajo este panorama es que surge Neuromante (1984), obra de William Gibson que vendría a darle forma definitiva al género: Ciudades sobrepobladas, realidades virtuales, capitalismo desmedido, ambientes oscuros con luces neón donde coexisten inteligencias artificiales, humanos con implantes mecánicos, refugiados y hackers, como si de un gueto de alta tecnología se tratase.

No tardíos, los medios visuales centraron enseguida su atención en estas realidades híbridas donde el avance había traído todo, menos paz ¿Sería la base su éxito la propia alegoría a los cambios que experimentaba en ese momento la sociedad?

A diferencia de otros géneros dentro del llamado Sci-Fi, la gente vio en el Ciberpunk una realidad tangible pues la llegada masiva del internet hacía pensar que el futuro había alcanzando a la humanidad.

Esta capacidad de exploración narrativa dio paso a múltiples filmes que desde su perspectiva particular, lo exploraron y dotaron de esencia, posicionándolo en los años 80 y 90 como uno de los grandes de la ciencia ficción.

Cintas como Videodrome (1983) dirigida por David Cronenberg muestran ese lado frenético de las sociedades donde la estática y los monitores se funden poco a poco en el inconsciente de los perturbados protagonistas. Otras como la japonesa Tetsuo, The Iron Man (1989) de Shinya Tsukamoto exploran desde la perspectiva del terror surrealista el miedo a la fusión del hombre y la máquina.

Videodrome (1983)

Tetsuo, The Iron Man (1989)

Retomándolo desde el lado más nihilista, Strange Days (1995) de Ralph Fiennes aborda esta ficción de realidades virtuales utilizando las técnicas propias del cine noir heredadas de Blade Runner.

Strange Days (1995)

Del lado de la animación japonesa, cintas como la enigmática Akira (Katsuhiro Otomo, 1988) o Ghost In The Shell (Mamoru Oshii, 1995) exploran la relación entre el espíritu y la máquina, además de profundizar en las conexiones mentales y planteamientos filosóficos como la propia naturaleza de la vida ante un plano artificial.

Akira (1998)

Ghost In The Shell (1995)

Hollywood por supuesto que no podía quedarse atrás e hizo lo propio con Total Recall (1990) que con Paul Verhoeven a la cabeza como director, puso a Arnold Schwarzenegger a pelear contra robots y sus propios recuerdos, rodeado de un Marte sumido en el descontrol social. Pero fue con la llegada de Matrix en 1999 que el Ciberpunk alcanzó lo más alto del mainstream.

Total Recall (1990)

Matrix (1999)

Surgida de la imaginación de las hermanas Wachowski, la cinta nos lleva en una vorágine de acción que hace a los personajes cuestionarse la realidad a la vez que luchan contra el orden artificial que ha sometido a la humanidad, con diálogos plagados de analogías cuya riqueza llevo a la trilogía a alcanzar el estatus de culto y lograr millonarias ganancias en taquilla.

El paralelismo y la crítica social del Ciberpunk en el siglo pasado y la actualidad es innegable, siendo esta una de las causas principales por las que en años recientes ha retomado fuerza: la tecnología que en apariencia es un símbolo de progreso y riqueza al ser de difícil acceso, en estas urbes futuristas ha acrecentado las brechas sociales a la vez que las mega corporaciones y gobiernos corruptos se apoderan de un mundo enajenado con la red.

Hoy en día la necesidad vital del internet en la vida cotidiana, el avance de los sistemas de realidad virtual y las inteligencias artificiales en desarrollo no hace más que validar su vigencia y nos hace preguntarnos ¿Falta mucho tiempo para que los androides sueñen con ovejas eléctricas?